SAN JOSÉ.— Algunos de ellos ganan más dinero por un solo trabajo del que pueden embolsillarse, juntos, Jennifer López y Ricky Martin tras una temporada de conciertos. Y, en algunos casos, sus decisiones pueden impactar en más vidas que los goles de Cuauhtémoc Blanco o las desventuras amorosas de Betty la fea.
Son latinos también. Y aunque distantes de la espectacularidad que define a los artistas o el afán por ser vistos que caracteriza a los políticos, son las mejores cartas que pueden mostrarse a quienes rugen por el constante flujo de inmigrantes.
Son 100. Y la Agencia de servicios comunitarios para los mexicoamericanos (MACSA, por sus siglas en inglés) los llama los latinos más influyentes del Valle del Silicio.
Seis que merecieron ese reconocimiento —cuya entrega se celebró a lo grande el sábado 30 de junio, en la Plaza de la Herencia Mexicana— pertenecen a Red Hispana (Hispanic net), una organización que se define a sí misma como un “robusto ecosistema de emprendedores”.
La Red reúne a buena cantidad de latinos que destacan en un área donde poco se les solía mencionar: el desarrollo de tecnología. Y entre sus propósitos centrales está el ampliar la participación de la raza en negocios que tienen como terreno el ciberespacio.
De pochos y mexicanos
Roberto Medrano cuenta que cruzó la frontera, proveniente de México, cargado de sueños, con escaso dinero y una guitarra. Vino a trabajar duro; precisa que “como todos”. Era 1971.
Medrano se aplicó a estudiar inglés por las noches mientras que durante el día trabajaba… en lo que había. Consiguió inscribirse en la Universidad del Sur California, donde estudió ingeniería electrónica. Hoy suma un par de maestrías, una de ellas del prestigiado Instituto Tecnológico de Massachusetts, la otra de la Universidad de California en Los Ángeles.
Nacido en San Luis Río Colorado, Sonora, Medrano es una eminencia en el blindaje de sistemas de cómputo. “Fui unas de las primeras 15 o 16 personas que comenzamos a trabajar en este tema para la Casa Blanca”, comenta. Más de diez años después, aún forma parte del Comité de asesores sobre Seguridad Nacional del presidente de los Estados Unidos.
Hewlett Packard tuvo a este sonorense entre sus cien ejecutivos más importantes, y es una leyenda, porque hizo ganar a esa compañía más de 200 millones de dólares al propiciar un incremento en las ventas de sistemas de seguridad para internet.
Roberto Medrano, miembro de la directiva de la Red Hispana, fue reconocido como uno de los 100 latinos más influyentes del Valle del Silicio.
Margarita Quihuis, presidenta de la Red, también fue incluida en la lista de MACSA. De madre mexicana y padre norteamericano, esta californiana no tiene empacho en autodenominarse “pocha”.
Graduada en Stanford como ingeniera en petroquímica, recuerda: “Íbamos a Jerez, Zacatecas —de donde su madre es originaria—, y siempre había algo, como una barrera entre los nacidos acá y los nacidos allá… Parte de ese resentimiento prevalece contra nosotros. ¿Pero qué acaso no se dan cuenta? ¡Pochos y mexicanos somos primos!”.
Quihuis es una profesional en la promoción de negocios —lo mismo ha asesorado que invertido capitales de riesgo—; también una especialista en migración, específicamente focalizada a las remesas; impulsa por igual el desarrollo de empresas amigables con el medio ambiente y participa en negocios de biotecnología. En todas estas actividades su línea conductora es la alta tecnología.
Ahora mismo, Quihuis desarrolla nuevas herramientas. Tiene ya establecido Índigo Financiera, un “banco móvil”, que ayuda a los inmigrantes, históricamente reticentes al uso de servicios bancarios, a entender su papel como agentes de cambio en sus países de origen.
Refiere que en 2005 los emigrantes enviaron a América Latina “50 billones de dólares” vía remesas. “Más dinero del que Bill Gates dispone en su fundación para combatir la pobreza”, comenta. Y agrega: “Es obvio que los emigrantes tenemos el poder de cambiar la situación de nuestros países”.
En 1964, Lino López, fundador de MACSA, escogió sinceras, aunque fuertes, palabras para describir la situación de su raza en el condado de Santa Clara. Los comparó con “desechos” sociales. Aquellos años, la restricción de derechos para los inmigrantes era aún mayor.
A 43 años de aquel discurso embravecido de su fundador, MACSA es capaz de mencionar a 100, entre muchos más latinos, que como Quihuis o Medrano destacan como líderes en tierra de emprendedores.
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