miércoles, febrero 04, 2009

Michael Scofield cambia el uniforme a rayas por la placa

Después de haberse escapado de más de una cárcel, de haber llevado el uniforme de recluso, de haber huído de las autoridades... Michael Scofield se convierte mañana en policía de Los Ángeles por un día, en la nueva entrega de 'Prison Break', la serie carcelaria que emite laSexta tras 'El mentalista'.



En el episodio 'Eagles and Angels', Michael y los demás localizan a otro portador de un fragmento de Scylla en un consulado. Cuando se acercan a inspeccionar, descubren que es la esposa del cónsul, muy cercana al jefe de La Compañía. La preparación de una gala en honor de la mujer y de algunos policías muertos en acto de servicio les podría dar la oportunidad de apoderarse de la tarjeta haciéndose pasar por agentes. Mientras, Sara está destrozada al saber que Bruce ha muerto.

Prison Break, que batió récords en el estreno de su cuarta temporada en laSexta con más de 1,2 millones de espectadores y un 6,7% de share, está protagonizada por Michael Scofield (Wentworth Miller), que centrará de nuevo la trama de esta nueva etapa de la serie. En ella, Miller emprende una persecución en busca venganza a La Compañía bajo las órdenes de Don Self, un agente especial de la policía. Dominic Purcell y Sarah Wayne Callies son también protagonistas de la ficción.

Diez razones por las que "El Mentalista" triunfa

Los críticos en EEUU le dan un notable y desde su estreno allí en septiembre, cada vez tiene más audiencia.

También ha pasado la prueba del algodón entre los profesionales por aquí. Pero lo que importa es si gusta o no gusta a los (las) que tienen el mando en la mano cuando llega el momento de tirarse en el sofá. Y va a ser que sí.

El Mentalista y su prota (Simon Baker) enganchan tanto en EEUU como en España.



Y si aún no conocéis a Patrick Jane y compañía, mañana TNT emite los tres primeros capítulos, uno detrás de otro, a partir de las 2215: la mejor forma de entrar en contacto con cualquier serie, con una buena dosis en vena y del tirón.

Las 10 razones por las que triunfa se podrían resumir en una, El Mentalista es, sencillamente, una serie entretenida. Ya, sí suena bobo, pero resulta que luego no es tan fácil eso de "entretener"

Bueno, ya que me pongo, me pongo:

1. Patrick Jane cae simpático, tiene un punto de humor bien escogido. Parece que se ríe de sí mismo, no del espectador.

2. Simon Baker, el actor, es guapo, pero sin exagerar. Tiene una mirada inquietante, pero no es de esos guapos demasiado guapos.

3. Patrick Jane es inteligente, pero sin exagerar. Da la impresión de que con un pequeño esfuerzo, todos podríamos ser como él (en mi caso, es un decir...)

4. Patrick Jane usa la lógica, su cabeza, sus ojos, no extraños instrumentos o polvitos o yo qué se qué de nombre impronunciable y que casi nadie ha visto en su vida. Cuando te explica cómo ha llegado a una conclusión, tiene sentido y es comprensible.

5. Teresa Lisbon, la jefa, no es una rubia plasticosa de las que corren con tacones tras un sospechoso. Es buena actriz.

6. La tensión sexual entre Patrick Jane y Teresa Lisbon es sutil, pero funciona. Le da vidilla a los episodios.

7. El equipo, los polis, resultan simpáticos y creíbles porque no son perfectitos: tienen todos un punto friki que les hace más cercanos.

8. Las tramas están bien armadas, ni demasiado obvias ni excesivamente rebuscadas. Los guionistas se ganan el sueldo.

9. El antagonista, John el Rojo, está a la altura del protagonista. La maldad, oculta y bajo la superficie, está presente y aparece de vez en cuando. Eso le da algo de profundidad, sin exagerar.

10. Y sí, entretiene. Con El Mentalista pasas un buen rato y no te comes el tarro.

'El mentalista' y el estreno de la temporada de 'Prison break' obtienen buenos datos en La Sexta a pesar de la competencia

El mentalista repitió éxito de audiencia en laSexta superando de nuevo los dos millones de espectadores con la emisión de su tercer episodio.

El capítulo de ayer fue seguido por una media de 2.064.000 espectadores y obtuvo un 9,9% de cuota de pantalla, en una de las noches más competidas de la televisión. Con este dato, laSexta superó los resultados de Cuatro (8,1%) y de TVE2 (1,2%).

Entre los espectadores de TDT, el sistema de televisión del futuro, el episodio de ayer de El mentalista obtuvo un 15% de share.

La serie, que es el estreno más visto de la temporada en Estados Unidos, fue líder absoluta en Baleares, con un 16,9% de cuota de pantalla. Otros territorios en los que El mentalista obtuvo datos destacados son Canarias (14,9%), donde laSexta fue la segunda opción de los espectadores, Euskadi (12,6%) y Madrid (11,2%).



El minuto más visto de El mentalista, que narra la historia de un hombre que lee entre mentiras y utiliza sus poderes para resolver crímenes, interpretado por el actor Simon Baker, tuvo lugar a las 22:45 horas. En este pico de audiencia, estaban viendo laSexta 2.777.000 espectadores, que representan un 13,3% de share.

La audiencia acumulada por laSexta durante la emisión de El mentalista superó los cuatro millones de espectadores (4.477.000).

Tras El mentalista, laSexta ofreció el estreno de la cuarta temporada de Prison break, que obtuvo un doble récord histórico, con su máximo número de espectadores y de cuota de pantalla. Ayer, una media de 1.212.000 espectadores, que representan un 6,7% de share, siguieron el capítulo de Prison break.

En TDT, el episodio de estreno de Prison break obtuvo un 10,1% de cuota de pantalla.

Por territorios, el capítulo de la serie estadounidense de laSexta superó el listón del 9% de share en cuatro ámbitos televisivos: Canarias (10,4%), Cataluña (9,4%), Euskadi (9,4%) y Baleares (9,2%).

El minuto de oro de Prison break se produjo a las 23:21 horas, cuando estaban viendo laSexta 1.567.000 espectadores, equivalentes a un 8,3% de cuota de pantalla.

La audiencia acumulada por laSexta con la emisión de la nueva temporada de Prison break alcanzó los 3.503.000 espectadores.

Llega El Mentalista

TNT se ha hecho con la serie de mayor éxito en EE.UU "EL Mentalista"en esta nueva temporada de creación de nuevas tramas. Cuando se estrenó en Septiembre logró una audiencia de 16 millones. Cuatro meses después se esperaba que bajara, pero NO. Ahora 20 millones de estadounidenses siguen a El Mentalista. Y en España no podía tardar en llegar

El director de TNT, Domingo Corral, asegura estar encantado de poder contar con esta serie. “En EE.UU van por el noveno capítulo y nosotros estamos en el cuarto, así que no vamos mal”

“Los canales españoles de series nos tenemos que acercar a la ventana de emisión de Estados Unidos” afirma Domingo Corral. Y es que uno de los principales problemas que hay en España es el doblaje; se tarde mucho en doblar una serie y eso hace que se retrase su emisión en nuestro país. Por ello desde TNT han decidió por un lado esperar a doblar las series americanas y por otro lado emitirlas dobladas para así agilizar su emisión.

“De esta manera la audiencia no tendrá que esperar más de una semana desde la emisión del capitulo en EE.UU para poder verlo en su pantalla” asegurá el director de TNT.

“Yo creo que la teconología digital te permite jugar con la versión original, los subtitulos, etc. Pero en esta ocasión los subtitulos van integrados sin que el espctador los pida” añade Domingo Corral.

“Una de las razones por las que las series son tan pirateadas por Internet es por el retraso de emisión que hay en España. Estoy en contra de al piratería pero entiendo que los espectadores no quieran esperar 4 meses para ver sus serie favorita” asegura el director de TNT.

El éxito de esta serie nadie sabe porque es. No es novedosas, como pudo ser Los Sopranos. Enlaza con los detectives clásicos de toda la vida, de hecho el protagonista no tiene ningún “superpoder” sino que simplemente es alquien que observa, un gran observador que retiene la información. “Tiene una capacidad de observar que otros no tienen, como lo que hacía Sherlock Holmes” asegura Domingo Corral.

"Mentalismo online": un reto para la mente a través de Internet

La primera experiencia de “Mentalismo Online” llega a Internet. Todos los internautas pueden tomar parte en este experimento pionero de poder mental en red a partir del próximo 13 de enero, a las 22.15 horas, en la página web del experimento.
Con motivo del estreno de la nueva serie de TNT “El Mentalista”, el canal de televisión de Turner ha planteado un reto sin precedentes hasta el momento: demostrar el poder que ejerce la mente a través de Internet.

En la serie, el mentalista Patrick Jane utiliza sus dotes mentales para resolver los casos más complicados del departamento de investigaciones policiales de California. En el experimento de “Mentalismo Online”, José Crestini, mentalista que dirige el experimento, va más allá, ya que señalará al culpable a la vez que miles de personas desde sus casas. Los internautas, a través del poder mental y de observación, serán los verdaderos mentalistas.

La agencia internacional de medios Initiative, en colaboración con la española Marcasfera, lanzan esta campaña interactiva sin precedentes que pretende trasladar el espíritu de la serie al espectador, convirtiéndole en el verdadero protagonista.
"La serie está teniendo un éxito extraordinario en todo el mundo y por eso queremos hacer algo extraordinario para su lanzamiento en España" -afirma Patricia Ezquerra, planificadora de la campaña de “Mentalismo Online”.

El "mentalista online", José Crestini

José Crestini diseña y dirige el experimento de “Mentalismo Online” que se podrá seguir el próximo 13 de enero, desde las 22.15 horas en www.mentalismoonline.com: “Mi objetivo es explorar las posibilidades de Internet para transmitir en red la ilusión de un espectáculo en directo” –afirma Crestini.

Este mentalista y mago es muy popular en Internet por su faceta activa en la llamada web social o web 2.0. A través de su Blog Mágico o de su grupo de fans en la conocida red Facebook, comparte con otros profesionales y aficionados su pasión por el mundo del poder mental y sus secretos.

TNT estrena a partir del 14 de enero la primera temporada de esta serie creada por Bruno Heller, responsable de “Roma”, uno de los mayores éxitos de HBO.

«Me encantan los españoles, son fieros y apasionados»

Es la estrella del año y todo se lo debe a la televisión. Simon Baker es el protagonista de 'El mentalista', serie que lidera las audiencias televisivas norteamericanas y que está de moda en España gracias a La Sexta. No es la primera vez que este atractivo actor australiano saborea las mieles del éxito en la pequeña pantalla, donde su trabajo en la serie 'The Guardian' le valió una nominación al Globo de Oro. Pero el empujón se lo ha dado su personaje en 'El mentalista', un falso médium convertido en detective por su extraordinaria intuición que ha arrebatado al doctor House el título de rey de las audiencias. Baker, de 40 años, casado y con dos hijos, también ha hecho sus pinitos en el cine, donde debutó con un papel secundario en la oscarizada 'L.A. Confidential' y en 'El diablo se viste de Prada'.

- Parece que la venganza mueve a su personaje. ¿Cuánto va a explorar la serie ese aspecto de su personalidad?

- Depende de lo que decidan los guionistas. Creo que es importante que cada episodio revele aspectos nuevos de la personalidad del personaje, sobre todo si es un elemento tan importante como la venganza. Como actor siempre trato de encontrar aspectos que impriman carácter a los personajes que interpreto, eso brinda un punto de seducción que atrae a la audiencia.

-Estuvo cuatro años trabajando en 'The Guardian' y aunque tenía su público nunca llegó a triunfar ¿Que define el éxito de una serie?

-Es algo misterioso, nadie tiene la fúrmula perfecta. En 'The Guardian' tenía un papel muy deprimente y tratábamos de obligar a la audiencia a seguirlo semana a semana. 'El mentalista' es muy distinto, el personaje tiene encanto, es seductor aunque él evita a toda costa ese aspecto de su personalidad. Hemos conseguido una extraña combinación en la que al mismo tiempo que se odia a sí mismo tiene un gran sentido del humor y nada le produce miedo. Recuerdo que cuando interpretaba 'The Guardian' me interesaba más la interpretación, conmover al público con mi trabajo, era un ingenuo. Ahora lo que me interesa es entretener a la audiencia, que pase un buen rato.

- ¿Que fue lo que más le sorprendió cuando leyó los guiones de la serie por primera vez?

- Lo primero es que me divierte. Me sorprendo a mi mismo disfrutando con mi personaje, es como regresar al colegio. No me parece que esté trabajando, sino pasando un buen rato. Me tomo mi interpretación en serio: es un reto el primer año de cualquier serie.

-¿Cómo se involucró en 'El mentalista'?

- Cuando leí el guión me gustó mi personaje, pensé que todavía había lugar para otra serie de estas características. Como actor no me gusta limitarme y este es un personaje muy bien escrito, interesante a muchos niveles, con el que el público no se aburre. También me gustaba la idea de hacer una serie en la que cada capítulo tuviera un principio y un final, que la audiencia no tuviera necesidad de seguir semana a semana lo que le ocurre a mi personaje.

-¿Cómo ha cambiado su vida desde que trabaja en la serie?

-Ahora entra más dinero en mi cuenta del banco y mi administrador tiene más trabajo (risas). La televisión es un medio que expone a los actores. Cuando decides protagonizar una serie estas comprometiéndote en matrimonio porque si tiene éxito le dedicas muchos años de tu vida a un mismo personaje.

'El Mentalista' se enfrenta a un nuevo caso de asesinato


La serie que ha marcado récords de audiencia en laSexta, 'El Mentalista' vuelve con un nuevo capítulo. En esta entrega, Patrick Jane (Simon Baker) incita a una joven en shock a recordar que pasó la noche que asesinaron a su mejor amiga. La ficción, que cuenta la historia de un hombre (Patrick Jane) que utiliza sus poderes para resolver crímenes, consiguió en su estreno en laSexta una audiencia media de más de dos millones de espectadores.

En el capítulo titulado 'Secuoya roja', Jane y el resto del equipo acuden a la llamada del sheriff en busca de ayuda. Sus hombres han hallado en mitad del bosque un coche con restos de sangre y el cadáver de una chica llamada Kara Palmer. Se la vio por última vez en el bar del pueblo en compañía de Nicole Gilbert, su mejor amiga. Cuando ésta aparece llena de magulladuras y empuñando un cuchillo fuera de sí, todos sospechan de ella. Sin embargo, Jane no cree en su culpabilidad y presiona a la chica para que recuerde lo que ocurrió aquella noche.

Xico Tarrés y el mentalista retrasado

Anthony BlakeAnthony Blake, mentalista autor de obras como ‘Tu poder mental’, ‘Tu poder intuitivo’ o ‘Lo que sé del más allá’, también llega tarde. Sudando a chorros por la frente se presentó en un acto de homenaje a famosos amantes de Ibiza cuando ya había concluído. El presidente del Consell Insular de Ibiza Xico Tarrés, con menos poder mental, pero sí un dominio absoluto del ‘más acá’ enseguida llamó a filas a toda la administración pitiusa que acababa de abandonar el acto, que no era poca, para que interpretaran el tradicional posado de barrera de jugadores de fútbol antes de un lanzamiento de falta.

Si es que una cosa es adivinar el pensamiento y otra muy distinta los atascos de la M-30 o la ubicación de un stand en una feria descomunal. Y eso que a pesar de los retrasos a Ibiza se le está dando cada vez mejor esto de organizar homenajes a los famosos o famosillos, según se mire el cartel que la consellera de Promoción Turística, Pepa Marí, logró arrastrar hasta la plaza ibicenca: Un buen puñao de tetamen, muslamen y morramen, aderezado con un director de cine, un escritor, una tenista y un mentalista retrasado (o que llega tarde).

Y si el acto ibicenco brilló no fue tan sólo por las joyas con las que la diseñadora Neli Caldentey, propietaria de la firma Marmade, obsequió a los homenajeados, sino especialmente por su brevedad de sus discursos y la cesión del protagonismo a los invitados. Y eso que muy pocos abrieron la boca. La presentadora Arancha de Benito, a la modelo Amalia Arescu, al escritor Javier Moro, la actriz Elena Furiase y la tenista Vivi Ruano, tan sólo la abrieron para sonreir mientras se colocaban en el cuello el particular collar de Caldentey. El concejal de Turismo de Ibiza, Vicente Ferrer; el de San Antonio José Ramón Serra Pilot, el de San Juan, Joan Torres, y el alcalde de Santa Eulalia Vicent Marí, el de San José, Josep Marí Ribas Agustinet y el San Antonio, José Sala, se las vieron y se las desearon para saber si debían darles el collar en la mano o atárselo al cuello cual medalla olímpica.

Marí aprovechó para agradecer a los galardonados su contribución de cara a difundir las características de la isla y detalló que una de las cualidades por la que la gente visita a Ibiza es por «la libertad que puede respirar». Los dos representantes de la cultura presentes en el acto aportaron su granito de arena elogiando las características de la isla, quizá el único momento en el que los presentes se daban cuenta de que el acto estaba vinculado a la isla, además de por cartón en el que posaban los famosos, donde muy acertadamente la marca Ibiza preside el acto tras desterrar el promocionalmente inútil Eivissa. El ex director de cine, Antonio Isasi, reconoció sentirse un «hombre afortunado» por haber conocido este lugar que descubrió a los seis años de edad, y enfatizó que «lleva a la isla muy dentro de sí», dado que aparte de sus cualidades naturales cuenta con «grandísimos amigos que son parte de su patrimonio».

martes, febrero 03, 2009

250 años de terror, en Ediciones Irreverentes

Ediciones Irreverentes publica "250 años de terror", una antología con clásicos como Potocki, von Kleist, Pushkin, Dumas, Mérimée, Gerard de Nerval, Baudelaire, Bécquer, Villiers de l’Isle Adam, Guy de Maupassant, Emilia Pardo Bazán y Anton Chejov. Para los amantes del terror de comienzos del S.XX, se ha seleccionado a Horacio Quiroga, Saki y Lovecraft. Y en 250 años de terror hay una gran muestra del mejor terror actual, con autores como Álvaro Díaz Escobedo, José Enrique Canabal, Miguel Gómez Yebra, Manuel Villa-Mabela, Francisco Legaz, Tomás Pérez, Miguel Angel de Rus y Raúl Hernández Garrido. Incluimos booktráiler al final del texto.

Según Miguel Angel de Rus, editor y novelista,“El miedo ya no es lo que era. Los primeros cuentos de terror se centran en ambientes inspirados en la Edad Media y tienen temática religiosa y relación con el más allá: presencias diabólicas, muertos que salen de sus tumbas, las torturas de la Inquisición y los terribles castigos que recaen sobre el hombre que pretende ser Dios. Más tarde llega lo que se podría definir como terror a los avances del hombre; el hipnotismo, el magnetismo, los autómatas. Llega la novela gótica, en castillos, paisajes sombríos, bosques tenebrosos, palacios, ruinas con apariciones fantasmales, extraños ruidos, esqueletos, elementos demoníacos, pero desde mediados del S. XX se incorporan a la literatura de terror los horrores cotidianos al relato o la novela de terror; dos guerras mundiales, el genocidio, las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, los criminales en serie, los grupos mafiosos. Esta línea creativa se une a la que nace con el desarrollo de los estudios sobre la mente humana, en la que el terror se basa en las situaciones espantosas que provocan personas aparentemente normales. Ese cambio en lo que produce miedo en los últimos siglos es lo que hemos pretendido mostrar en este libro.”


-250 años de terror
Varios autores

250 años de terror 250 años de terror es una extraordinaria antología en la que Ediciones Irreverentes ha reunido a los más prestigiosos autores de un género literario que levanta pasiones y que nos ayuda a enfrentarnos con nuestros miedos y nuestros fantasmas interiores. Los mejores escritores de terror desde finales del S.XVIII hasta la actualidad se dan cita en esta obra imprescindible para los amantes del miedo.

El lector podrá encontrar temas precursores de la literatura fantástica y del terror: vampirismo, aparecidos, fantasmas, muertos vivientes, monstruos, el pánico ante la locura, el miedo supersticioso ante ídolos paganos, pero también los modernos terrores; nazismo, canibalismo, el Estado contra el hombre, la ausencia de Dios y de algo en lo que creer, los intrincados laberintos por los que deambula el cerebro humano, aplastado por una sociedad que consume a los individuos. Y hay miedo de los ignorantes a la ciencia y al arte, un miedo atávico que puede llevar a cometer atrocidades.

Hay terror de autores de finales del S.XVIII y de autores muy actuales; miedo para todos los gustos, pero con un nexo de unión: una altísima calidad literaria. Hay terror gótico, para los amantes de lo clásico, terror basado en lo desconocido, en leyendas, ambientado en palacios y castillos en ruinas, habitualmente historias nocturnas, con personajes amparados en la oscuridad, en la penumbra de lugares lejanos y exóticos, y hay temor de lo conocido, de la maldad humana, de los sueños producidos por el alcohol y las drogas, miedo de un mundo actual dominado por seres perversos.

El mentalista mallorquín

Tomy Merlin asegura que es capaz de leer entre los recovecos de la mente humana sin necesidad de hacer preguntas. A diferencia de su homólogo televisivo, Patrick Jane, él se dedica al espectáculo. "La Policía es reacia a utilizarnos", asegura

M. CUART. PALMA. Cuando Patrick Jane pisa la escena del crimen, todo el mundo echa a temblar. El protagonista de la serie más popular en Estados Unidos, que emite ahora La Sexta, es capaz de descubrir a simple vista que el detenido no es culpable, que ha sido el padre el que ha asesinado a su hija y, ya de paso, que el color favorito de su esposa es el azul. Algo así le sucede a Tomy Merlin, su homólogo mallorquín. "Hay gente a la que causo miedo, y a otros respeto", asegura este mentalista nato -"la mente es un libro abierto, sólo hay que saber leerlo", dice-, que ve en la serie una buena oportunidad para dar a conocer su potencial.

"En España, la Policía es reacia a utilizar mentalistas, pero los ha habido en casos como el de Mari Luz, en el que uno dijo que sabía que la niña estaba en el agua dos días antes de que la encontraran", recuerda Merlin. Él mismo aceptaría colaborar con las fuerzas de seguridad si se lo pidieran. "Iría, porque siempre estoy dispuesto a ayudar, pero yo me dedico al espectáculo", aclara. Y en esas está desde hace años, combinando su energía con la magia, dentro y fuera de los escenarios.

"Hace un tiempo fui a comer a un restaurante y al acercarse la camarera le conté los problemas que tenía y se asustó", recuerda el mentalista, al que han llegado a pedir que se callara "para que no hablara más de la cuenta".

Y es que, dice Merlin, "el mentalismo es un arma de doble filo" y puede usarse para hacer daño si los escrúpulos brillan por su ausencia. "Hay gente que me llama para que consiga que su novio vuelva con ella y no lo acepto porque las cosas tienen que ir por su cauce", defiende.

El arsenal de recursos de Merlin incluye la capacidad de responder a preguntas no verbalizadas, la habilidad para mover objetos a distancia, encender bombillas con sólo sujetarlas, la adivinación en frío o la hipnosis, que "permite quitar dolores físicos, adelgazar, dejar el alcohol o incluso encontrar cosas que hace años que se habían perdido". También es capaz de prever grandes catástrofes, aunque no siempre de forma clara. La crisis, por ejemplo, no la vio venir, "pero sí la mala energía de la gente y su preocupación". Una noche, en cambio, vio un avión con gente oriental en peligro, y al poco descubrió por los medios que una aeronave coreana se había estrellado.

La popularidad de Tomy Merlin aumentó gracias a su paso por Tú sí que vales, donde iba a actuar como mago, aunque uno de los Morancos se empeñó en que hiciera valer sus dotes como mentalista y respondiera a su pregunta. "Por dentro pensé: qué mala leche", reconoce. Aunque hizo un esfuerzo y salió del paso. "Me preguntó en qué provincia vivía un amigo suyo, y supe que era en Valencia", abunda Merlin, consciente de que, con el mentalismo, no todo son ventajas. "Vas un paso por delante, y sabes cuándo te mienten, pero la gente te llega a llamar a las tantas de la mañana para pedir ayuda", se queja.

Asegura que las personas somos "altavoces" y que él es capaz de escuchar lo que propagan, aunque no se cree distinto a los demás. "Todo el mundo puede ser mentalista", sostiene. Para ello, inexcusable, "creer que se puede hacer". Luego practicar, sin empezar buscando la panacea. "Quien está pensando en adivinar el número de la lotería se concentra más en el dinero que en la cifra". Y claro, no funciona.

El espíritu del monasterio

Así se titula la primera obra musical estrenada en Valdediós por encargo del Círculo, en la que J. Cue trata de reflejar el paciente, sosegado y constate cultivo del espíritu al que están entregados los monjes en ese monasterio. Lo mismo que el resto de las obras que el Círculo encargó a diferentes compositores asturianos, cuyos títulos bien demuestran esta deuda: «Las siete oraciones de Valdediós» (R. Prada), «Lux in silentium» (H. Luaces) y «Fantasía sobre lo inhumano» (R. Sutil).

El Círculo como asociación laica reconoce de esta forma que la espiritualidad es una fuente de energía para las artes, las ciencias y las letras. Porque cuando nos constituimos en el año 1990 nos propusimos fomentar y proteger esas manifestaciones de lamente humana que nos permiten hacer partícipes a los demás de las emociones que sentimos en la profundidad de nuestra individualidad. Lo mismo que tenemos por objeto fomentar y proteger las manifestaciones de la mente que sirven para conocer e interpretar el mundo. Ciencias, artes y letras son hijas de la mente y viven en el espíritu o se nutren de él, como el Círculo vive en la espiritualidad de Valdediós.

Sentimos mucho la marcha de los monjes del Císter que, con su trabajo y su dedicación, habían logrado renovar este centro de reflexión y de cultura. Debemos admirar su labor y reconocer en ella que el tamaño de la comunidad no es lo más importante.

Todos sabemos que ellos preferirían quedarse, lo mismo que a nosotros nos gustaría que lo hicieran. Las autoridades eclesiásticas han decidido una renovación y no corresponde a esta asociación juzgar su oportunidad y su pertinencia. Desde el Círculo seguiremos, mientras nos sea permitido, con nuestra labor cultural, aunque nos sentiremos huérfanos sin la presencia de los monjes del Císter.

Este escrito ha sido elaborado por Martín Caicoya, presidente del Círculo Cultural de Valdediós, en nombre de todo el colectivo.

El Discóbolo de Mirón llegará a España por primera vez en abril



El Museo Arqueológico de Alicante acogerá la muestra "La Belleza del Cuerpo. Arte y pensamiento en la Grecia Antigua", una exposición que traerá a España por primera vez la obra de El Discóbolo de Mirón, verdadera pieza estrella de esta muestra, fruto de la colaboración del museo alicantino con el British Museum.


"La definición universal del cuerpo griego está en la esencia misma del humanismo. Fueron los griegos los primeros en dirigir la mente humana hacia el autoconocimiento y concibieron cuerpo y mente como uno solo y como objeto portador de belleza y conocimiento", ha explicado el responsable de las colecciones de la Grecia Clásica del British Museum, Ian Jenkins, durante la presentación realizada en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid de la exposición "La Belleza del Cuerpo. Arte y pensamiento en la Grecia Antigua", que se abrirá al público en el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) el próximo 3 de abril y podrá ser visitada hasta el 5 de octubre.



Una exposición que traerá a España por primera vez la obra de El Discóbolo de Mirón, verdadera pieza estrella de esta muestra, fruto de la colaboración del museo alicantino con el British Museum. La muestra resulta de una exposición itinerante ideada por el British Museum se compone de 125 piezas procedentes del propio Museo, muchas de las cuales fueron adquiridas por el museo londinense al famoso mecenas y coleccionista de arte Charles Townley, que ocuparán todo el espacio dedicado a exposiciones temporales, así como la sala noble de la Biblioteca del Museo, en este caso dedicada a la exposición de una serie de objetos que harán referencia a la presencia griega en tierras contestanas.



"La exposición ha sido diseñada conjuntamente por los dos museos siguiendo las indicaciones de Ian Jenkins y muestra el humanismo esencial del mundo griego dentro de una estética fundamental para el patrimonio de la humanidad. La perfección de los mármoles que se incluyen en la muestra, aunque es bien conocida, va más haya de todo lo que el visitante haya podido ver con anterioridad", asegura Lesley Fitton, directora del Departamento de Grecia y Roma del British Museum.

Además del Discóbolo de Mirón, la exposición "La belleza del cuerpo. Arte y pensamiento de la Grecia Antigua", en cuya elaboración vienen trabajando conjuntamente desde principios del pasado 2008 técnicos británicos y españoles, contará con piezas tan importantes como el Atleta Westmacott, un busto de Hércules y una figura de Zeus, calificada de auténtico icono arqueológico, que evoca la famosa escultura de Fidias que se consideró como una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Además, la muestra también incluye mármoles, cerámicas, estatuas, bronces, monedas y terracotas, entre otras piezas.


"Huellas en la contestania"

Alicante será la primera ciudad del mundo sede de esta exposición que tanto el MARQ como el British Museum acompañarán a las futuras itinerancias que pueda realizar por otros complejos museísticos de todo el mundo. La Reina Doña Sofía, quien inauguró el MARQ en el año 2002, ha aceptado presidir en su inauguración el Comité de Honor de la muestra, cuyos comisarios serán el director técnico y el director de Exposiciones del MARQ, Manuel Olcina y Jorge Soler, respectivamente, en colaboración con Lesley Fitton e Ian Jenkins.

"Las colecciones del museo viajan por todo el mundo y algunos países como España se han convertido ya en nuestros colaboradores habituales. Por eso hemos puesto en marcha esta colaboración con el MARQ, un museo nuevo, inaugurado en 2002, que en 2004 consiguió el premio al mejor museo europeo del año. En principio, la colaboración de un museo que, como el nuestro, tiene 250 años de historia con otro que tan sólo tiene siete, podría parecer difícil en principio,pero lo cierto es que realmente funciona", declaró durante la presentación de la muestra Lesley Fitton.

Por su parte, Manuel Olcina adelantó también que la exposición se verá complementada con otra que, bajo el título de "Huellas griegas en la Contestania", mostrará la presencia y el reflejo del arte griego en la Hispania preromana para contextualizar el legado del mundo griego en nuestro país.

Lanzar el disco

El término Discóbolo procede del griego clásico y significa "lanzar el disco". La escultura que Miron, nacido en Eleuteria y formado junto al maestro Ageladas, realizó en el siglo V a.C. representa precisamente a un atleta en el momento de mayor tensión del lanzamiento, cuando balancea el disco hacia atrás y está a punto de proyectarlo hacia delante. Para muchos, una de las más hermosas representaciones de la belleza del cuerpo humano en movimiento a lo largo de toda la historia de la humanidad.

El ejemplo y las lecciones de Darwin

Hace 200 años, el 12 de febrero de 1809, nació Charles Darwin. Podemos debatir si los trabajos y teorías -y a la cabeza de éstas, la del origen de las especies mediante selección natural- de Darwin son más o menos importantes que el sistema geométrico que sistematizó Euclides, que la dinámica y teoría gravitacional de Newton, que la química que creó Lavoisier, que la relatividad de Einstein, que la física cuántica o que la teoría biológico-molecular de la herencia, pero lo que es difícil negar es que ninguna de esas contribuciones logró lo que consiguieron las de Darwin, que desencadenaron una serie de procesos que afectaron a algo tan básico como nuestras ideas acerca de la relación que nos liga con otras formas de vida animal que existen o han existido en la Tierra. En este sentido, abordó cuestiones que van dirigidas a la médula de la condición humana.

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La vida del gran científico inglés estuvo llena de amor a la familia, decencia y ansia de justicia

Un libro reciente atribuía a la Reina la publicidad de una determinada visión del origen del mundo

Expresado muy brevemente, Darwin sustanció con muy variadas evidencias la idea (que otros antes que él habían propuesto) de que las especies evolucionan, encontrando además un mecanismo que hacía plausible tal evolución; defendió que la vida es como un árbol, de cuyas raíces han ido brotando diferentes ramas, esto es, especies que con el paso del tiempo continúan diversificándose, dando origen a otras bajo la presión de determinados condicionamientos. Después de esforzarse por encajar en una gran síntesis las piezas (zoología, botánica, taxonomía, anatomía comparada, geología, paleontología, cría domestica de especies, biogeografía...) del gigantesco rompecabezas que es la naturaleza, y estimulado por la noticia de que Alfred Wallace había llegado a conclusiones similares, aunque no tan sustanciadas, en noviembre de 1859 -pronto hará, por consiguiente, 150 años- publicó un libro que forma parte del tesoro más precioso de que dispone la humanidad: El origen de las especies. Doce años más tarde, en otro gran libro (El origen del hombre), aplicó a los humanos las lecciones del primero, despojándonos del lugar privilegiado en la naturaleza que hasta entonces nos habíamos adjudicado.

A lo largo del siglo y medio que nos separa de la publicación de El origen de las especies, la esencia de su contenido no ha hecho sino recibir confirmación tras confirmación. Puede que aún resten cuestiones por dilucidar, pero el evolucionismo darwiniano nos suministra un marco conceptual y explicativo imprescindible para comprender el mundo natural de manera racional, sin recurrir a mitos.

A la vista de todo lo dicho, podría pensarse que la única actualidad de Darwin y de su obra es la de honrar su memoria utilizando la excusa de los dos mencionados aniversarios. Ojalá fuese así. La evolución entendida a la manera de Darwin es un hecho científico, contrastado de manera abrumadora, y su relevancia para situarnos en el mundo es obvia, pero no es universalmente aceptada. En Estados Unidos solamente la acepta el 40% de la población. En Europa su aceptación es mayor, especialmente entre los franceses y los escandinavos (creen en ella aproximadamente el 80%), aunque no deja de tener problemas: en una encuesta realizada en Reino Unido por la BBC en 2006, el 48% la aceptaba, mientras que el 39% optaba por alguna forma de creacionismo, y un 13% "no sabía".

La historia de la oposición de los creacionistas a Darwin ha sido comentada en numerosas ocasiones y no pretendo volver a este asunto, que, sin embargo, continúa vigente, aunque ahora sea recurriendo sobre todo a una nueva terminología: el diseño inteligente, la idea de que un Dios debió de diseñar cada una de las especies que existen. Me interesa más hacer hincapié en el hecho de que una teoría científica contrastada y de enorme relevancia social sea rechazada o muy pobremente comprendida. En mi opinión, una explicación posible del tal rechazo reside en el desconocimiento.

Debatimos insistentemente -ahora estoy pensando en España- acerca de los programas educativos para nuestros jóvenes; por ejemplo, si es aceptable o no imponer asignaturas como Educación para la Ciudadanía, ante la cual algunos argumentan que limita la libertad de los padres a ejercer sus derechos en la formación (moral y religiosa) de sus hijos. Y, mientras tanto, la enseñanza de ciencias sufre cada vez de más carencias.

No parece preocuparnos demasiado, por ejemplo, si se enseñan adecuadamente sistemas científicos tan básicos como la teoría de la evolución de las especies. El pasado noviembre, se publicó un libro en el que se adjudicaba a la Reina, doña Sofía, la siguiente manifestación: "Se ha de enseñar religión en los colegios, al menos hasta cierta edad: los niños necesitan una explicación del origen del mundo y de la vida".

Podrá resultar doloroso a algunos, pero la única explicación que da lugar a comprobaciones contrastables sobre el origen del mundo y de la vida procede de la física, de la química, de la geología y de la biología. La religión pertenece a otro ámbito.

¿Es legítimo ocultar a los niños ese mundo científico, condicionando así sus opiniones futuras, en aras a algo así como "mantener su inocencia", o por las ideologías de sus padres? Haciendo públicas sus opiniones en una cuestión cuya importancia no puede ignorar, y por la elevada posición que ocupa, doña Sofía hizo publicidad de una determinada forma de entender el mundo, que jamás ha recibido comprobaciones contrastables.

Una forma, además, que, al menos en España, de la mano de la jerarquía católica, pretende intervenir en apartados que pertenecen al poder legislativo, como son los programas educativos o lo que es admisible o no en los tratamientos médicos (no puedo olvidar en este punto las manifestaciones de la Conferencia Episcopal Española a raíz del nacimiento, en octubre de 2008, de un niño tratado genéticamente para curar a un hermano que sufría anemia congénita: "El nacimiento de una persona humana ha venido acompañado de la destrucción de sus propios hermanos a los que se ha privado del derecho a la vida"; palabras no sólo cuestionables desde el punto de vista de la ciencia sino también, en mi opinión, carentes de compasión ante el sufrimiento ajeno).

Necesitamos educar en la ciencia a nuestros jóvenes; no, naturalmente, para que entiendan que ella es el juez supremo para las opciones que quiere asumir una sociedad democrática. La ciencia es, simplemente, un instrumento -el mejor- que los humanos hemos inventado para librarnos de mitos, orientarnos ante el futuro y protegernos de una naturaleza que no nos favorece especialmente. Sucede, no obstante, que no se ha instalado de manera tan segura en nuestras sociedades como se podría pensar, siendo contemplada frecuentemente con sospecha. Si como muestra sirve un botón, he aquí la siguiente cita (Juan Manuel de Prada, XL Semanal, 5-11/X/2008): "La ciencia parece dispuesta a demostrar esto y lo otro; y mañana podrá sin empacho alguno desdecirse y demostrar que lo opuesto a lo contrario es lo cierto, en un tirabuzón enloquecido y sin fin. Y todo ello bajo un manto de inapelable respetabilidad". Por supuesto que existen científicos envanecidos, incluso tramposos, y también que se cometen errores, pero no olvidemos que en última instancia la ciencia no es sino capacidad de identificar y remediar equivocaciones, de buscar sistemas con capacidad predictiva.

Recordar y celebrar a Darwin es más que un acto festivo; constituye un homenaje a la ambición y el rigor intelectual, al poder de nuestra mente humana para comprender el mundo. Y también es un ejemplo de que la investigación científica no tiene por qué ser ajena a atributos humanos como son el amor a la familia, la decencia, la discreción o el ansia de justicia. La biografía de Charles Darwin -un hombre que llevó a cabo un largo y complejo camino, que le llevó a consecuencias que no había previsto y que le obligaron a desprenderse, en un doloroso proceso, de las creencias religiosas en que había sido educado- está repleta de todo esto.

Unen fuerzas con los brijes

Hace mucho tiempo, cada humano poseía un brije, animal mágico con el que podía fusionarse y crear un ente muy poderoso.

Cuentan que gracias a esa armonía, se construyeron obras magníficas como la Gran Muralla China o las pirámides egipcias o aztecas, última cultura que conocía el secreto de la alianza.

Pero la llegada de la tecnología y la ciencia hizo que la raza humana dejara olvidados sus sueños, y con ellos su estrecha relación con los brijes.

Ahora, unos adolescentes se abocarán a rescatar esa alianza, ante un negro futuro que se avecina.

Ricardo G. Duprat y la productora Santo Domingo Animation, son los responsables de llevar esta aventura a la pantalla grande, en una película animada.

“Es la historia de tres niños que descubren por accidente ser los elegidos para establecer la alianza ancestral entre humanos y brijes, que son espíritus animales que siempre han existido a lo largo de la historia”, dice Duprat.

“Cuando el humano y el brije logran sincronizarse a cierta edad, pueden unir fuerzas para construir grandes cosas, defenderse de sus enemigos o pelear”, añade.

Brijes lleva cuatro años “cocinándose” en la mente del ejecutivo, quien es además el autor de la idea original.

“En las culturas ancestrales podemos observar que todos veían una relación con los animales.

“Los indios de Norteamérica tenían sus tótems, los egipcios tenían al dios Ra, que era la forma unida del halcón y Ramsés.

“Este es el año del buey para los chinos, siempre ha habido esa relación. Un día vi alebrijes y dije: ‘Qué pasaría si cobraran vida’”, recuerda.

Las voces de los personajes animados recaen en varios actores de doblaje, pero se escuchará también la de Pedro Armendáriz Jr., en el papel de Ra, uno de los dioses brijes.

También están Aleks Syntek, como la forma guerrera de Freddy (un saltamontes humano), y Édgar Vivar, en la evolución de Kimo (un camaleón humano).

El largometraje está siendo hecho en 2D, pero hará uso de maquetas reales digitalizadas y del SGI, para darle un mejor acabado a las ciudades que se verán.

“Resulta que el calendario azteca es en realidad el códice brije, y para lograr la alianza, los personajes van saltando en el tiempo. Tomamos elementos reales e históricos de personajes que han existido, pero nos hemos tomado la libertad artística.

“Por ejemplo, vemos que cuando Hernán Cortés tortura a Cuauhtémoc, es porque sabe que los aztecas son los últimos en conocer los secretos de la sincronía humano-brije”, detalla Duprat.

Brijes es dirigida por Benito Fernández (Sabel: Redemption) y se estrenaría en la primavera de 2010.

La cinta es un concepto que ha interesado mucho a los grandes canales de paga y cuya idea es convertirlo posteriormente en serie de televisión.

Réquiem por Venecia

Venecia es el supremo paradigma de la invención del hombre sobre el capricho del creado que manifiesta el vértice de su exaltación aprovechándose de los fenómenos que le ofrece la naturaleza: la niebla, el agua alta y la lluvia.

Parto genial de la mente humana, cristalizado en belleza y armonía, para sobrevivir en ese su sutil equilibrio de su existencia, que le impone la majestuosidad de su frágil arquitectura en contacto con los fenómenos que le rodean, necesita de un estilo y ritmo de vida que no admite alteraciones que pudieran violar su esencia y, en consecuencia, destruirla para siempre. Todo en ella está proporcionado, en cuanto simétrico y armonioso, con la medida del hombre: sus "campos" y "campielli", sus palacios, sus casas, su dulce perspectiva. Su equilibrio con el ser humano es perfecto. No existe, en su topografía horizontal, nada que estorbe, nada de audaz o agresivo o retorcido como para dejar de inspirar serenidad, paz. Siempre que vuelvo a Venecia, y son tantas -a veces, desde Florencia, voy y regreso el mismo día-, tengo la sensación de encontrarme inmerso en un mar de luces que, atenuadas por el agua de su laguna y de sus canales, es decir, reflejándolas, alejándolas de su originario resplandor, contribuyen a reencontrarme con ese equilibrio espiritual perdido entre las calles y esquinas de aquellas que hoy se llaman grandes ciudadades. Venecia no es sólo belleza, posee, también, el prodigioso don de ser extremadamente refinada. Es la expresión consumada de un concepto aristocrático de la vida.

Venecia, tal y como es ahora, no podrá sobrevivir mucho de frente a las presiones de orden utilitario-económico. Su belleza es frágil, vulnerable, no soporta contaminaciones, vulgaridad.

En Roma, por ejemplo, en su grandiosidad, con sus imponentes perspectivas, con sus inmensos bloques de piedra y de mármol que recuerdan ciertos paisajes naturales, con sus obeliscos que se alzan hacia el cielo, con el fluir del agua de sus colosales fuentes, en medio a los arcos que recuerdan los triunfos de los césares de su Imperio, en el Coliseo o en San Pedro, el hombre viene absorbido, desaparece.

En Venecia, por el contrario, el hombre, habiendo sido construida a su medida, forma, también, parte del paisaje y ese hombre puede desnaturalizarla, arruinarla, destruirla.

El día que esto suceda el mundo habrá perdido para siempre la obra más refinada que saliera de su inteligencia creadora. Es como si las arenas del desierto se engulleran, de un trago, las pirámides de Egipto sin dejar trazas de existencia, o un imponente terremoto no dejara piedra sobre piedra de los templos de Angkor-Wat o la cordillera andina sufriera un cataclismo capaz de hacer desaparecer de la faz de sus vetas el Machu-Pichu o que una oleda de bárbaros invasores acabaran, para siempre, con las sublimes filigranas de la Alhambra.

"!Oh Venecia! !Oh Venecia! -clamaba Lord Byron-,

cuando tu muros marmóreos estén sepultados por las aguas,

un llanto de las naciones se alzará por encima de tus ruinas sumergidas,

un alto lamento a lo largo del destructor mar.

Si yo nórdico errante lloro sobre ti

¿qué deberían hacer tus hijos?"

Venecia, decididamente, no está hecha para soportar un turismo de masa.

Pero sus hijos, a despecho de Lord Byron, están pero que muy bien dispuestos a sacar provecho, mientras dure, de ese turismo que será su implacable destructor.

Pensando que veinte millones de turistas al año son demasiados como para que sea soportado el equilibrio en que la ciudad flota sobre el agua, los ediles venecianos, antes de que se cumplan los desastres anunciados por los versos del poeta inglés, han pensado explotar a esa ingente masa de bárbaros dstructores no sólo vendiéndoles baratijas de plástico y bocadillos untados con sombras de jamón, sino haciéndoles pagar la necesidad impelente del desahogo de sus humores corporales que, inevitablemente, de una forma o de otra, irían a parar, contaminándolas, a las aguas de su laguna y de sus canales.

Han echado bien las cuentas y han pensado que en su discurrir, una jornada, por entre las calles venecianas, cualquier turista, o ciudadano residente en la ciudad, tendrá la necesidad de hacer pis o aguas mayores, al menos un par de veces. Veinte millones de turistas equivaldrían, según sus cálculos, a cuarenta millones de meadas, dos "per cápita", pensando únicamente en aquellos que visitan un solo día la ciudad. Y han puesto precio a esa evacuación corporal: se deberá pagar 3 euros, en los servicios públicos, por un par de meadas, ni una más, al día; a quien tenga necesidad de mear más se le duplicará el impuesto, y así hasta el desahogo completo de sus vejigas o intestinos.

Y lo han previsto todo, que los venecianos, a lo largo de su gloriosa historia, siempre tuvieron buen ojo de mercantes para tratar de negocios. Si se reserva a través a internet se puede adquirir una tarjeta de crédito, la wc.Card, que les dará derecho, por el módico precio de 2 euros, a mear durante todo un entero día. Esta original e innovadora tasa se aplicará también a los residentes que escojan el hacer pis en los servicos públicos de la ciudad y que tendrán derecho a una wc.card de abono anual que costará 3,10 euros y que se deberá recargar con un mínimo de 5 euros, pagando, después, sólo 25 céntimos por cada ingreso en los retretes públicos. A los que ya han pasado los sesenta se les permitirá acceder a los servicos públicos siempre y cuando estén provistos de su wc.card, por ahora dicen que gratis, pero no me fio. Yo, por mi parte, estoy ansioso de añadir a mis tarjetas bancarias de crédito y a las de los supermercados, esta otra que me dará derecho a mear sobre las ya sucísimas aguas venecianas. Lo haré, inmediatamente, a través de la maravilla de la red.

Ya Goethe, en su Viaje a Italia, describía desde Venecia, el 1 de octubre de 1786, "la imperdonable suciedad de la ciudad en cuanto fue construida para mantenerla siempre limpia, ni más ni menos que cualquier otra ciudad holandesa". Es de imaginar la reacción que tendría el genial vate germánico ante el incivil comportamiento del que, seguramente, un buen número de entre esos veinte millones de turistas, tratando de evitar las ordenanzas municipales, orinen, directamente, en medio de sus calles o en rincones cercanos a las aguas de algún pequeño canal.

Cuenta Katharine Hepburn en su bellísima autobiografía, Yo misma. Historias de mi vida, que rodando en Venecia, en 1954, Locuras de verano, bajo las órdenes del gran director inglés David Lean, tuvo que caer, en una célebre escena de aquella deliciosa comedia, a las aguas de un canal veneciano, contagiándose de una infección, muy rebelde a la cura, de estafilococos que la estropeó la vista por el resto de sus días.

Mientras las arcas municipales de la ciudad de Venecia se enriquecerán de varios y conspicuos millones de euros anuales, los estafilococos estarán de enhorabuena. Cuarenta millones de meadas anuales les llevarán a disfrutar, subiendo desde las aguas que corren por debajo del puente de Rialto, de las delicias del arte de palacios, museos e iglesias de la mágica ciudad de la laguna. Un poco menos felices serán los visitantes que, por un descuido, con o sin wc.card, resbalen en algún canal, llevándose como souvernir, además de una góndola de plástico fabricada en China, una invisible legión de estafilococos que les acompañaran de por vida.

Y si este ritmo continúa con su imparable fluir es posible que, en el correr de pocas decenas de años, un día de niebla, con el agua alta y la lluvia, los tres elementos que componen su magia, la entera ciudad de Venecia sucumba bajo los efectos de un gigantesco tsunami de meadas que la sepultarán, para siempre, en un viscoso, proceloso y nada poético mar de orines y de mierda.

Los robots podrían liberarse de las limitaciones mentales humana


Es probable que para que el androide desarrolle una inteligencia parecida a la del Hombre necesite egoísmo y ambición

A la hora de construir inteligencias artificiales, el Hombre goza de mucha mayor libertad que la que tuvo la Naturaleza cuando “construyó” a al ser humano. Pueden estar absolutamente liberadas de las restricciones y limitaciones de la organización mental humana. Incluso podrían hasta no tener referencia alguna con lo natural, con lo ya existente. Desafortunadamente, es probable que para que el androide desarrolle una inteligencia parecida a la del Hombre necesite algunas de sus supuestas “debilidades”, como el egoísmo y la ambición. Por Sergio Moriello.


Los robots podrían liberarse de las limitaciones de la organización mental humana
Teniendo en cuenta la corriente clásica y mayoritaria de la actualidad, algunos piensan que la inteligencia artificial de un robot humanoide será algo extraña, ajena, algo que no comparte la experiencia humana. Acaso sea brillante pero no humana, aunque sería deseable que no sea inhumana. Podría estar tan inmersa en el reino del silicio, tan lejos de las preocupaciones originadas en el carbono (por ejemplo, el envejecimiento y el deterioro del organismo), que tal vez surjan problemas de comunicación con ella [Dibbell, 1996].

El robot humanoide clásico no tiene instintos ni necesidades (como respirar o tener sexo) ni esa especie de inteligencia vital que manifiestan los mamíferos superiores. Sin embargo, es un tipo de inteligencia, aunque ciertamente limitada, estrechamente especializada, y con capacidades de creación y adaptabilidad aun muy pobres [Skyvington, 1978, p. 122]. En otras palabras, las máquinas poseen –por ahora– tan sólo una inteligencia específica, confinada y restringida a la ejecución de determinadas tareas (a pesar de ser, en algunos casos, superior a la humana). El problema es el exacerbado antropomorfismo: cuanto menos se asemeja una entidad al Hombre, menos sentido tiene para éste atribuirle una inteligencia como la suya [Minsky, 1986, p. 301].

Arquitectura mental

El tipo de arquitectura mental que debería tener un robot humanoide depende de la clase de inteligencia que se desea para él. Si se busca un sistema que sea eficiente, que piense racionalmente, se debería utilizar la lógica (en sus diferentes modalidades) y hacer prevalecer la objetividad frente a la subjetividad (para lo cual, tal vez, no se necesite un cuerpo físico). Si, en cambio, se busca un sistema que actúe de forma parecida a como lo hace un humano, se debería construir con un elevado grado de inteligencia general y un amplio conocimiento del mundo, con sentido común (para lo cual se necesite no sólo un cuerpo físico, sino incluso con forma humana y que esté situado) [Ritchie, 1985, p. 150].

En este último caso, hay que ser consciente de lo que es esencial y lo que es accidental en el Hombre; su inteligencia tiene serias limitaciones y no hay motivos para que las máquinas tengan que compartirlas. No sólo se podrían reproducir sus fortalezas, sino que también se podrían evitar muchas de sus múltiples debilidades. En efecto, el sistema cerebro-mente del homo sapiens evolucionó a lo largo de millones de años con el objetivo de sobrevivir. Sus diferentes módulos se expandieron gradualmente sin disponer de una adecuada planificación previa…, algo que se torna bastante evidente [Crevier, 1996, p. 332/5].

Identidad propia

Aquí surge un interrogante que será necesario dilucidar (o, por lo menos, tener en cuenta) al tratar de implementar esta clase de robots. ¿Qué “identidad común” se adoptará como característica normal, estándar, uniforme? Es decir, ¿cuál será el “ser ontológico”, el “ser genérico”, el “ser idealizado”, aquellos aspectos constitutivos que compartirán todos los robots de un mismo tipo?
Dicho con otras palabras, ¿cuál será su género (andrógino, hombre, mujer u otro)?, ¿debería ser laico o tener una religión? Y, en este último caso, ¿qué religión (cristiana, judía, musulmana, budista u otra)? ¿Cuál será su cultura (individualista occidental o colectivista oriental)? Y, en cada caso, ¿latina, norteamericana o europea; árabe, china o soviética? ¿Cuál su etnia (blanca, negra, amarilla u otra)? ¿Cuál su ideología (capitalista, socialista, comunista u otra)?

En el ser humano, todas estas características son parte integrante de su mente, de sus “modelos mentales”. Y siguiendo, ¿cuál será el código de comportamiento de los robots y cuál su ética? ¿Estarán sometidos a leyes confeccionadas por humanos o darán preferencia a sus propios valores? Como se aprecia, no se trata de un sistema simple sino de una compleja red de interrelaciones.

Diseño chapucero

La inteligencia humana no fue diseñada con claridad ni bien ordenada, sino que es el resultado de un proceso de sucesivos ensayos a lo largo de millones de años. Se trata de una acumulación progresiva de estructuras y funciones neuronales que se basan sobre las formas vivas que han evolucionado antes que el Hombre. Éste no sufrió una reestructuración completa tal que lo convirtiese en un animal racional bien diseñado. Como bien dice Rupert Riedl, “estamos cercados por las limitaciones de nuestra capacidad cognoscitiva, por los límites de los sentidos, dice Hume; por los del entendimiento, arguye Kant; por los de las capacidades cerebrales, añade Hubert Rohracher, y por las del espíritu, concluye Chomsky” [Riedl, 1983, p. 220], y a las que habría que agregar las limitaciones lingüísticas que restringen la flexibilidad del pensamiento.

En efecto, con su estructura lineal de sujeto-predicado, las lenguas indoeuropeas fuerzan a sus hablantes a pensar en términos lineales de causa y efecto, mientras que la realidad profunda está compuesta por relaciones múltiples, paralelas y/o causalidad recursiva (cadenas de causas-efectos que se vuelven sobre sí mismas, que se realimentan).

Problemas

El sistema cerebro-mente humano no ha cambiado sustancialmente en los últimos 50.000 años, pero seguirá evolucionando lentamente y se volverá más complejo. Está diseñado para operar –de forma más o menos eficiente- durante un tiempo de vida promedio de unos 75 años o poco más; más allá del cual comienza a mostrar síntomas de un deterioro progresivo.

También está habituado a actuar en forma de “rebaño” dentro de pequeñas tribus nómades (con poca interacción fuera del grupo y siguiendo de forma inconsciente a los líderes); no en forma autónoma dentro de los grandes conglomerados urbanos de 10 o 20 mil individuos o, más recientemente, dentro de las comunidades virtuales de cientos de millones de personas a través de la web [Johnson, 2003, p. 183].

Por otra parte, el homo sapiens tiene una capacidad limitada de registro –estático y local– de la realidad profunda, por lo que muy frecuentemente no puede percibir el carácter evolutivo y transitorio de grandes sistemas (por ejemplo, sociales, culturales, históricos, astronómicos, etc.) [François, 1977, p. 111]. Sólo es capaz de hacer una prospectiva simplista a corto plazo, percibiendo secuencias simples de causa y efecto (y limitadas en el espacio y en el tiempo), en lugar de una combinación de factores que se influyen mutuamente [O’Connor y McDermott, 1998, p. 20].

Su pensamiento consciente no es muy apto para hacer frente a muchos detalles concretos o a objetivos múltiples y simultáneos, puede verse distorsionado por la parte afectiva (emociones, sentimientos y estados anímicos), está fuertemente influido por la comunidad a la que pertenece y es muy perezoso (evita la reflexión larga y profunda).

Limitaciones

El ser humano no comprende muy bien cómo se comportan ciertos sistemas complejos (especialmente sus interacciones, demoras, descentralización y fenómenos colectivos) ni tampoco su inter-dependencia con la Naturaleza: no es consciente de que todo organismo que destruye su entorno se acaba autodestruyendo. Se distrae fácilmente y su memoria es limitada, poco confiable, falible y se deteriora con el tiempo... incluso puede generar falsos recuerdos (confunde los hechos reales con los imaginados). Sus decisiones muchas veces son impulsivas y una vez tomadas son difíciles de modificar (incluso si dispone de pruebas de que está equivocado).

Es muy egocéntrico, muchas veces desenfrenado y necesita la influencia reguladora de la sociedad para evitar alcanzar extremos desagradables [Marinoff, 2007, p. 90 y 98]. No sabe cómo organizar sus organizaciones sociales a fin de volverlas eficientes, posiblemente como un fiel reflejo de la desorganización que impera dentro de su propia mente. Y, si bien puede ser que esté optimizado para el lenguaje hablado, está muy mal preparado para interpretar los dibujos en perspectiva, la fotografía, la televisión o los gráficos por computadora [Piscitelli, 2002, p. 67].

Quizás sea por todos estos motivos que el Hombre dispone de un repertorio relativamente limitado de patrones fijos de interpretación útil de la realidad profunda y de que algunos (o varios) “instintos” de sentido común –adquiridos durante la evolución (en particular, los referidos a la física, aunque también a la biología y a la psicología)–, si bien todos importantes en el pasado, probablemente estén mal adaptados al mundo moderno y no sean la mejor forma de tratar con la mayoría de la información actual y futura.

Restricciones

La inteligencia humana presenta varias restricciones intrínsecas en sus tres dimensiones (biológica, psicológica y social). Son límites impuestos por la propia Naturaleza: al igual que un perro no puede ni siquiera imaginar la teoría de la relatividad o un chimpancé no es capaz de meditar aunque sea superficialmente sobre el concepto de átomo, es posible que al Hombre también le está vedada la comprensión de ciertos aspectos de la Realidad (por ejemplo, el infinito, la nada, la eternidad o las dimensiones superiores) [Horgan, 1994].

Aunque su mayor neocorteza le permita concebir modelos dinámicos más abstractos del mundo, realizar predicciones más complejas y/o analogías más profundas, es posible que no pueda comprenderse a sí mismo, de igual modo en que el ojo no puede verse a sí mismo, el cuchillo no puede cortarse a sí mismo y el fuego no puede quemarse a sí mismo.
Tal vez algunos conceptos sean demasiado “expansivos” para el lenguaje corriente, desmedidamente “grandes” para la imaginación actual, ocupen un excesivo “espacio mental” o “escapen” a la red conceptual del homo sapiens.

Y es que sólo puede aspirar a concebir aquello para lo cual está preparado su cerebro-mente. ¿Es probable que los robots –con un equipamiento funcional diferente del humano– desarrollen los mismos conceptos? [Moriello, 2005, p. 227].

Después de todo, la inteligencia animal está inevitablemente condicionada por la especialización evolutiva, por los estímulos que pueden reconocer y evaluar con facilidad: la inteligencia olfativa de la rata se relaciona con su vida nocturna y la inteligencia auditiva del delfín está ligada con su orientación por medio del sonar [Morgado, 2002, p. 28].

Inteligencia construida

A la hora de construir inteligencias artificiales, el Hombre goza de mucha mayor libertad que la que tuvo la Naturaleza cuando “construyó” a éste. Pueden estar absolutamente liberadas de las restricciones y limitaciones de la organización mental humana. Incluso podrían hasta no tener referencia alguna con lo natural, con lo ya existente. ¿Sería capaz el homo sapiens de evitar caer en sus propias fallas: la crueldad, el vicio, la soberbia, la avaricia...? ¿Podría asimismo evitar repetir su historia: la corrupción de las grandes culturas luego de su florecimiento?

Desafortunadamente, es probable que para que el androide desarrolle una inteligencia parecida a la del Hombre necesite algunas de sus supuestas “debilidades”, como el egoísmo y la ambición. Estas cualidades también forman parte de su mente [Ritchie, 1985, p. 150]. No hay contradicción en esto; después de todo, y como afirma un antiguo proverbio budista, “aunque parecen ser opuestas, ambas alas son necesarias para el vuelo de un pájaro” [Moriello, 2005, p. 228].

Ventajas

La inteligencia inorgánica supera a la humana en muchos campos: la rápida ejecución de complejos cálculos matemáticos; la enorme velocidad de procesamiento y de transferencia de información; la habilidad para considerar instantáneamente muchas posibilidades diferentes; la capacidad para ocuparse de numerosas cosas al mismo tiempo y para considerar los problemas desde una perspectiva completa (no fragmentaria); la habilidad para “formar imágenes” y trabajar en espacios matemáticos multidimensionales; la destreza para manejar geometrías extrañas y conceptos alejados de la experiencia sensorial directa y habitual (como lo muy grande, lo muy pequeño, lo muy rápido, lo muy lento, o lo muy complejo); la abrumadora capacidad para absorber datos de Internet (textos, imágenes, tablas, bases de datos, videos, música, etc.), el enorme poder inferencial; el almacenamiento de grandes cantidades de información y su recuerdo indefinido sin olvido posible (no se degrada con el tiempo); la ausencia de la interferencia distorsionadora de las emociones sobre el pensamiento y la memoria; la capacidad para comunicarse a enormes velocidades (con gran cantidad de sus iguales, intercambiando y difundiendo –de forma instantánea– todos sus conocimientos, experiencias y pensamientos); y la competencia para aplicar eficazmente los principios de la lógica, de las probabilidades, de la estadística y de la relatividad [Moriello, 2005, p. 228].

Desventajas

Por su parte, la inteligencia humana es muy superior a la inorgánica en muchos campos: el reconocimiento de patrones y configuraciones (y la distinción entre similitudes y diferencias); la elaboración de estrategias complejas; la creatividad, la imaginación, la inventiva, la espontaneidad, la improvisación y la intuición; la capacidad de trabajar con datos insuficientes, ambiguos y/o imprecisos; la identificación del contexto; el manejo de situaciones aproximativas, difusas o inciertas; la habilidad para enfrentarse a lo improvisto e inesperado; la interpretación de señales contradictorias y hasta caóticas; la capacidad para abstraer y generalizar; y la habilidad para extraer conclusiones acertadas y rápidas a partir de grandes cantidades de datos. También sobresalen en las habilidades homeostáticas (auto-reparación y auto-recuperación), adaptativas (flexibilidad para adecuarse al entorno), mecánicas (locomoción, navegación, control manual y coordinación sensomotora) y colectivas (entendimiento por empatía, interacción social y pensamiento grupal, comunitario y social) [Moriello, 2005, p. 228].

Bibliografía

1. Crevier, D., Inteligencia Artificial. Acento Editorial, 1996.
2. Dibbell, J., The race to build intelligent machines. TIME (marzo, 25, 1996), vol. 147, N° 13.
3. François, Ch., Introducción a la prospectiva. Editorial Pleamar, 1977.
4. Horgan, J., “¿Puede explicarse la conciencia?”. Investigación y Ciencia (septiembre, 1994), N° 216, p. 70-7.
5. Johnson, S., Sistemas emergentes. Editorial Fondo de Cultura Económica, 2003.
6. Marinoff, L., Más Platón y menos Prozac. Ediciones B, 2007, 7° edición.
7. Minsky, M., La Sociedad de la mente. Editorial Galápago, 1986.
8. Morgado, I. (comp.), Emoción y Conocimiento. Editorial Tusquets, 2002.
9. Moriello, S., Inteligencia Natural y Sintética. Editorial Nueva Librería, 2005.
10. O’Connor, J. y McDermott, I., Introducción al Pensamiento Sistémico. Editorial Urano, 1998.
11. Piscitelli, A., Ciberculturas 2.0. En la era de las máquinas inteligentes. Editorial Paidós, 2002.
12. Riedl, R., Biología del conocimiento. Editorial Labor, 1983.
13. Ritchie, D., El Cerebro Binario. Editorial Sudamericana-Planeta, 1985.
14. Skyvington, W., Machina sapiens. Editorial Huemul, 1978.


Sergio A. Moriello es Ingeniero en Electrónica, Postgraduado en Periodismo Científico y en Administración Empresarial y Magister en Ingeniería en Sistemas de Información. Lidera GDAIA (Grupo de Desarrollo de Agentes Inteligentes Autónomos, UTN-FRBA) y es vicepresidente de GESI (Grupo de Estudio de Sistemas Integrados). Es autor de los libros Inteligencias Sintéticas (Alsina, 2001) e Inteligencia Natural y Sintética (Nueva Librería, 2005).

Variaciones del paisaje urbano

El estilo fantasioso y desenfadado del artista castellonense Juan Ripollés protagoniza, hasta el 29 de marzo, una muestra al aire libre en la Plaza del Triunfo. Las 15 esculturas de hierro y bronce que forman parte de la colección Universo urbano están creadas, advierte su autor, "para ser tocadas" y para plantear un juego, entre la ingenuidad y la ironía, con el espectador que las contempla.

Ripollés, que presentó su exposición junto con el alcalde de la ciudad, Alfredo Sánchez Monteseirín, y la delegada de Cultura, Maribel Montaño, explicó que su producción se marca el objetivo de alimentar el alma humana. "Siempre digo que el ser humano necesita comer para vivir, pero hay dos formas de comer y de vivir. Una forma es la que precisa el animal y otra la del hombre, que se basa en comer en el estómago, pero también en la mente", reflexiona el creador, que considera que su obra contribuye a "cultivar el cerebro".

Aunque se define a sí mismo más sensitivo que intelectual -"yo no sé; siento, pero no sé", declara-, el interés por la investigación de Ripollés le ha llevado a desarrollar una técnica pionera, un revestimiento de cristal de Murano triturado que provoca que el color elegido para la pieza sea "eterno". Dos de las obras que integran el catálogo de la muestra se adscriben a este novedoso proceso.

La celebración de Universo urbano supone el reencuentro de Ripollés con Sevilla, ciudad en la que vivió en los 60 y donde realizó dos exposiciones, que programó la desaparecida galería Pasarela.

Además de las esculturas de Ripollés en la Plaza del Triunfo, el paisaje urbano tendrá a partir de esta semana otra variación con las obras de Miguel Berrocal (Villanueva de Algaidas, Málaga, 1933-2006) que se podrán ver desde mañana en la Plaza Nueva.

Berrocal. Guerreros y toreros, programada hasta el 26 de marzo y patrocinada por Unicaja, es un formidable conjunto escultórico que ya se ha expuesto en las calles de Málaga. Se compone de 12 voluminosas piezas que oscilan entre los 1,5 y los 4,5 metros y que giran alrededor de claves recurrentes del autor como son la representación del torso y el estudio de los fragmentos.

De este modo, la selección quiere ser un acercamiento a la investigación estética del escultor. El malagueño, que entre otros méritos logró la Medalla de Oro de Andalucía en 1993, profundizó en diferentes técnicas de fundición que conoció gracias a sus estudios en la Facultad de Ciencias Exactas, en Madrid. Esta formación se amplió más tarde con una beca del Gobierno francés, que motivó que Berrocal se trasladara a París, y con la residencia del autor en Verona, centro de la industria metalúrgica italiana.

La muestra se abre con El Diestro, homenaje de Berrocal al mundo de la tauromaquia, y continúa con la serie de los Almogávares, diez torsos en bronce realizados entre 1981 y 1983. El Torso de Luces, otra obra en la que el escultor se inspira en la anatomía humana, cierra el conjunto.

Google y la Nasa colaboran en una nueva escuela futurista

Google y la Nasa destinarán todos sus esfuerzos a un proyecto conjunto de una nueva escuela para futuristas ubicada en Silicon Valley, en la que se preparará a los científicos para una era en la que las máquinas superarán en inteligencia a las personas.

La nueva institución, conocida como “Universidad de la Singularidad”, estará dirigida por Ray Kurzweil, cuyas predicciones sobre el ritmo exponencial de los cambios tecnológicos le han convertido en una figura polémica en los círculos tecnológicos. El respaldo de Google y de la Nasa pone de manifiesto que existe una aceptación cada vez mayor de las ideas de Kurzweil, que cree que antes de mediados de este siglo la inteligencia artificial aventajará a la de los seres humanos, lo que nos conducirá a una nueva era en la civilización.

La Universidad de la Singularidad ofrecerá cursos sobre biotecnología, nanotecnología e inteligencia artificial en el Centro de Investigación Ames de la Nasa, muy cerca de Googleplex, el centro de operaciones de Google.

La llamada “singularidad” consiste en un periodo de estudio sobre los rápidos progresos tecnológicos a corto plazo. Kurzweil, un inventor estadounidense, acuñó el término en su libro “La Singularidad se Acerca”, publicado en 2005.

Sus defensores aseguran que, durante la singularidad, las máquinas tendrán la capacidad de superarse a sí mismas mediante el uso de la inteligencia artificial y que los ordenadores que aventajen a la mente humana resolverán problemas como la escasez de energía, el cambio climático y el hambre en el mundo.

No obstante, los detractores aseguran que esa singularidad puede ser peligrosa. Algunos creen incluso que una inteligencia artificial maliciosa podría aniquilar a la raza humana. Kurzweil explica que la universidad comienza ahora su andadura porque muchas tecnologías están a punto de experimentar avances espectaculares. “No se trata solamente de la electrónica y los ordenadores; hablamos de cualquier tecnología en la que se pueda medir el contenido de la información, como la genética”, afirma Kurzweil.

La escuela cuenta con el patrocinio de Larry Page, cofundador de Google y de Peter Diamandis, consejero delegado de X-Prize, organización que concede becas para el estudio de los cambios tecnológicos. “Intentaremos afianzar en la universidad lo que está en los laboratorios, donde existe un entendimiento sobre lo que pertenece a la esfera de lo posible en el futuro. Antes de que algo se convierta en un avance fundamental, siempre parece una locura”, aseguraba Diamandis, futuro rector de la institución.

A pesar de su nombre, la escuela no tendrá un reconocimiento oficial. En ese sentido, será como la Universidad Internacional del Espacio ubicada en Estrasburgo, Francia: una escuela multicultural e interdisciplinar a cuya fundación contribuyó Diamandis en 1987.