miércoles, julio 18, 2007

El oso recupera su territorio y vuelve a zonas de montaña de Belmonte de donde desapareció hace quince años

Desde 1992, las sierras del norte del concejo de Belmonte de Miranda habían dejado de ser un territorio osero. Entonces, una partida de cazadores furtivos mató a tiros a la última hembra reproductora del monte Courio. Corrían años críticos para la especie, que desapareció de los hábitats situados en zonas bajas y se refugió en sus enclaves de alta montaña, pero la situación ha mejorado poco a poco y los resultados ya se aprecian sobre el terreno. El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas) anunció ayer que su personal ha constatado el regreso de un grupo nutrido de ejemplares -al menos 18 desde 2005- al espacio limítrofe entre los concejos de Belmonte y Salas. Los avistamientos directos y el incremento de los ataques a colmenas prueban el retorno del oso a uno de sus dominios tradicionales.

Los plantígrados nunca se alejaron por completo de Belmonte. Las sierras de Peña, Manteca y Begega no dejaron de ser lugares de paso de la especie. Pero su presencia sí se había perdido en los alrededores del Courio, un espacio significativo porque era uno de los puntos de reproducción más septentrionales de Asturias. La muerte de aquella osa fue un golpe importante, porque las hembras tienen hábitos más sedentarios que los machos y contribuyen a atraerlos a los lugares donde se establecen. Los técnicos del Fapas creen que una de las claves de la actividad actual es el asentamiento en la zona de cuatro hembras reproductoras acompañadas por varios cachorros.

Población consolidada

«Es una buena noticia porque confirma la tendencia del oso a recuperar territorios en las zonas más bajas del Suroccidente y porque vuelve a haber población en zonas donde hace más de diez años que no se veía», explica el presidente de la organización conservacionista, Roberto Hartasánchez. La organización conservacionista interpreta esa expansión de los hábitats de la especie como un efecto de la consolidación de su población. «Es un efecto del descenso de la mortalidad en los ejemplares adultos, aunque ahora el problema es garantizar la supervivencia de las crías», añade. La falta de comida derivada de la prohibición de abandonar carroñas en los montes plantea a los osos graves problemas para alimentarse.

Aunque la mayor parte de la superficie de Belmonte se encuentra fuera de los terrenos protegidos por las figuras de parque natural y reserva de la biosfera, Fapas subraya su valor ecológico y estratégico para la conservación del oso en la Cordillera Cantábrica. El paisaje, que combina grandes montañas con valles profundos cubiertos por densos bosques de castaños, proporciona a la especie el refugio y el alimento que necesita para sobrevivir. Hartasánchez considera «muy significativo» que la población haya aumentado a pesar de las transformaciones introducidas en los ecosistemas por la apertura de un parque eólico y el impacto de la explotación aurífera que Río Narcea mantuvo hasta diciembre del año pasado en Boinás. La empresa ha emprendido un proceso de restauración que durará dos años.


@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@



2000 € al Mes Pueden Ser Tuyos



¿Qué puedes hacer para verlos en tus manos?


Aprender a trabajar - no duramente - sino con inteligencia


Manda un email con tu nombre en el Asunto y entérate.


advclass3@gmail.com



@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@

No hay comentarios: