Un estudio de Salud revela que la obesidad del padre es un factor de riesgo para los
Un estudio elaborado por la Consejería de Salud del Gobierno de La Rioja muestra que la obesidad en el padre es un «fuerte» factor de riesgo para la obesidad infantil, mientras que tener una madre obesa no se comporta como factor de riesgo. El estudio, publicado en el Boletín Epidemiológico de la Consejería, recuerda que la obesidad en los padres es un factor de riesgo conocido sobre la obesidad infantil. «Si uno de los padres es obeso, la probabilidad de que el niño también lo sea se incrementa por 3, pero si lo son ambos padres, el riesgo se multiplica por 10», añade el documento, que lleva por título «Factores asociados a la obesidad infantil en menores de 15 años».
El estudio ha consistido en el análisis de casos y controles, realizados a través de la Red de Pediatras Centinelas de La Rioja, a niños de 2 a 14 años con un índice de masa corporal menor del percentil 85 y quienes acudieron a las consultas de pediatría de un centro de salud
La edad media fue de 8,8 años, con un mínimo de 3,1 y un máximo de 14. El estudio obtuvo información sobre variables como peso y talla actuales, país de origen del niño y de sus padres, antecedentes familiares y personales, actividad física, sedentarismo y hábitos alimentarios.
Otra de sus conclusiones es que desayunar es un factor de protección de la obesidad infantil, mientras que los autores no han encontrado una relación de la obesidad infantil con la actividad física ni con las actividades de ocio relacionadas con ver la televisión o jugar con el ordenador.
Detalla que un trabajo realizado en Canarias muestra resultados similares, ya que no se observa relación entre el sobrepeso y la obesidad y la actividad física, medida por el número de horas dedicadas a ver televisión o a jugar a videojuegos y las horas de actividad deportiva. El informe afirma que no se ha identificado una asociación entre hábitos de consumo y obesidad, «probablemente porque la encuesta empleada no discrimina en cuanto a cantidades, sino sólo al hecho del consumo». Además, insiste en la importancia de prevenir.
Otro dato que aporta el estudio es que en los niños españoles de 2 a 13 años se han descrito como factores protectores de obesidad desayunar y practicar deporte, mientras que son factores de riesgo el consumo bajo de frutas y verduras y el consumo de bollería y bebidas azucaradas. Otros factores de riesgo son los de ver más de una hora diaria la televisión, un bajo nivel de instrucción materno y un bajo nivel socioeconómico familiar
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