sábado, noviembre 15, 2008

´La discapacidad está en la mente´



Hace tres años se accidentó en su vehículo y amarró su vida a una silla de ruedas; hoy tiene una cerrajería con tres empleados, le da servicio al Hospital Ángeles, Coppel, Colegio Sinaloa y a domicilios particulares.

Fue el 20 de noviembre de 2003 cuando el accidente revolucionó la vida de Édgar Eduardo Vázquez Castro. Había tomado alcohol con amigos en un campo pesquero y conducía a exceso de velocidad por una vía sin señalamientos. Un tope que no vio lo volcó.

Édgar es una de los 900 personas que se lesionan al año en accidentes viales en Sinaloa. También es parte del 5 por ciento de los discapacitados que no se enclaustran en sus casas y que salen adelante, según datos de la organización Piensa Primero.

"Y una cosa te lleva a la otra, ahí estuve tomando. Me quise venir temprano, como a las 5:30 de la tarde porque había mucho mosco; empezamos como a las 2:00 de la tarde. Esa fue una de las causas, la otra fue que no había señalamientos para los topes. Cuando el carro pegó con el bordo, se quebró la barra de la dirección y se volcó el carro hacia los sembradíos", recordó.

Cuando despertó ya habían pasado dos días. Se encontraba encamado en el hospital y el diagnostico fue cruel: quedó cuadraplégico. No podía mover las piernas ni las manos, tampoco podía sudar, ya que se le dañó la glándula sudorípara.

El no poder transpirar es uno de los principales problemas que padece Édgar. Su gusto por la actividad física es tal, que estudió la licenciatura en Educación Física antes de dedicarse a la las llaves y chapas.

A pesar de su problema acostumbra practicar natación. Ha llegado a nadar hasta 3 horas diarias.
"Después de ahí cambió todo, pero veneno que no mata te hace más fuerte". A su mando tiene tres empleados en la cerrajería ubicada en Villas del Río. Conduce su propio vehículo y ya puede mover las manos.

"Lo que yo trato de cambiar es que la gente diga: 'Ay, pobrecito". Sí hay gente que llega y me ve como con lástima, pero soy una persona común y corriente", insistió.

"Antes hacía mucho coraje por los estacionamientos, cuando veía cajones de discapacitados ocupados por personas normales. Ahora ya no me enojo, agarro un lugar de una persona normal y digo: 'Este lugar le va a servir a un discapacitado'".

Y remarcó: "Ya no me siento una persona discapacitada. Hace más el que quiere que el que puede. La discapacidad no está en el cuerpo, está en la cabeza, en la mente".

Tras sus avances en lo físico y en lo económico, Édgar agregó que hay sólo una cosa que como discapacitado no puede hacer: Rendirse.



DE VIVA VOZ

- "Antes pensaba: '¿Cuándo voy a caminar con mi hija agarrado de la mano?', pero ahora le agarro la mano a mi hija y le doy a la silla de ruedas".

- "El único consejo que les puedo dar a los jóvenes es que si toman que no manejen, porque es un boleto a la muerte, o a una silla de ruedas".


POR QUÉ HAY TANTOS ACCIDENTES, SEGÚN Édgar:
- La gente maneja en estado de ebriedad.
- Falta de responsabilidad de los padres.
- Escaso respeto a los señalamientos viales.
- Falta de aplicación de reglamentos.

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