viernes, noviembre 21, 2008

Control de la IRA: La terapia "gringa"

Cuando enfrenta un contratiempo, ¿siente que se le endurece el estómago, sus manos se rigidizan o le parece estar viendo un punto rojo?Puede que sufra ataques de ira. Aunque no es un problema fácil de reconocer, se vuelve cada vez más frecuente. Pero se puede atacar.

Madonna decidió atacar el problema de raíz. Tenía tanta rabia contra su ex Guy Ritchie por andar contando detalles íntimos del fenecido matrimonio, que se obligó a tomar cursos de control de la ira.

Con tanto empeño, que desde el lugar del mundo donde se encuentre -en medio de la gira "Sticky and Sweet" que también la traerá a Chile- viaja periódicamente a Nueva York para asistir a las charlas en el Centro de la Kabbalah.

En Estados Unidos, el asistir a cursos de "anger management" es uno de los castigos más comunes para quienes por primera vez cometen algún delito con violencia. La modelo Naomi Campbell ha sido sentenciada varias veces a tomar este tipo de tratamientos. El rapero conocido como "50 Cent" también ha tenido que calmar su furia, al igual que la cantante Courtney Love y el boxeador Mike Tyson.

El tema fue incluso motivo central de la película "Locos de ira", con Adam Sandler y Jack Nicholson.

Y en Chile -aunque tímidamente todavía- las terapias para controlar la ira empiezan también a tomar forma.

Lo principal: Reconocer el problema

Juan Pablo Westphal, psicólogo de Clínica Santa María, señala que el origen de la ira suele ser la frustración. Y que una persona furiosa no se da cuenta de su problema hasta que el daño está hecho: "No lo notan, porque eso implica hacerse responsable, lo que puede generar sentimiento de culpa, y a nadie le gusta sentir culpa".

Pedro Retamal, profesor de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, señala que los pacientes suelen buscar ayuda sólo cuando su modo de actuar incide en el trabajo y existe la posibilidad de ser despedido. Antes de eso, pocos están dispuestos a reconocer su problema y son otros los que lo hacen buscar ayuda.

En este contexto, es sintomático que algunos organismos de capacitación (OTEC) están llevando el manejo de la ira hasta el puesto de trabajo. Eliana Villegas, de C&E, señala que es cada día más necesario debido a que el estrés y el cansancio hacen que el ambiente laboral sea más pesado: "Las personas reaccionan de manera violenta, andan irritables y sensibles. No saben expresar bien su molestia hasta que explotan", detalla.

Su receta, en líneas simples, es primero es detectar las actitudes negativas y luego aplicar "tips" como respirar de manera consciente y profunda. Se puede complementar con ejercicios como tirar patadas al aire o gritar con una almohada en la boca (obviamente, en la casa).

Terapias grupales son más efectivas

La psicóloga y docente de la Universidad Santo Tomás Alejandra Vidal señala que muchos niños y adolescentes asisten a terapias para manejar impulsos y emociones, porque es la edad en que más cuesta el autocontrol.

Vidal considera que las terapias grupales son más efectivas, principalmente porque las herramientas enseñadas se pueden practicar de inmediato. Hay mucho juego de roles, en donde se recrean situaciones ficticias para reconocer los síntomas de la rabia. Así, se descubren indicadores, como que se endurece el estómago, las manos se ponen rígidas o se tiene la sensación de estar viendo un punto rojo (los pacientes efectivamente perciben esto producto de la adrenalina) cuando vienen los deseos de manifestar la ira en violencia.

Tratamientos alternativos

También hay tratamientos para controlar la ira desde las terapias menos tradicionales. Por ejemplo, Rosemarie Domke, especialista en el "Arte Sekhem" (reúne medicina alternativa, danza, esencias florales y reiki) invita a sus alumnos a relajarse y a liberar la ira contenida con movimientos corporales. A través del Magnified Healing se busca transformar la frustración en aprendizaje personal. También realiza terapias Rebirthing para limpiar el organismo de la ira con armonización.

Todo porque, asegura, "la ira es una emoción tóxica que deja un residual bioquímico en el cuerpo".

Señala que cada vez recibe a gente más joven, pero la mayoría de sus clientas son mujeres entre los 45 y los 60 años, que son inseguras y viven molestas por todo. Tras las sesiones, cuenta, logran comentarios del tipo "¡Te ves más joven!".

También hay otras opciones más radicales, como la "destructoterapia", que consiste en moler a golpes objetos domésticos como televisores, sillas o mesas en un ambiente controlado. Raúl Cofré, quien trajo este método a Chile, señala que cada sesión no dura más de 10 minutos, pero son intensos: "Sacan esa agresividad escondida, sin que eso genere maldad", cuenta y agrega que esto produce endorfinas, lo que termina siendo un relajante muscular natural. "Es como si corrieras una hora".

Remedio: Paz interior

Para la psicóloga Pilar Sordo, el problema está en que en Chile hay "un culto a la cara de culo". En su opinión, el que siempre está con el ceño fruncido irradia seriedad, madurez e inteligencia. Por otro lado, el que se ríe todo el tiempo es el inmaduro. Asegura que la gran mayoría de la gente anda enojada, sin saber por qué: "Nadie les pregunta qué les pasa, lo que los ayudaría a tomar conciencia de su problema, pero el que anda contento sí tiene que dar explicaciones".

Señala que la paz interior es el antónimo de la ira, y ésta se logra disfrutando los pequeños detalles de la vida: "Mirar a los ojos a tu pareja, disfrutar la sonrisa de tus hijos, observar la naturaleza y ser agradecidos por eso".

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