La norma que prohíbe la comida 'basura' en las aulas lleva un retraso de dos años y medio
La Consejería de Sanidad presentó a bombo y platillo en diciembre de 2006 el borrador de un decreto para desterrar la bollería industrial, las bebidas hipercalóricas y las golosinas de las máquinas expendedoras y cantinas de los colegios e institutos de la Región. La norma iba también a regular por ley el contenido de los menús escolares. Dos años y medio después, el texto legal continúa sin ser aprobado. La administración ha ido dando distintos plazos para su entrada en vigor, y ninguno se ha cumplido. Primero se dijo que el decreto estaría listo para el curso 2007-2008. No fue así. El año pasado se prometió que la bollería y comida basura desaparecería este curso. Pero los meses han pasado y la norma no ha dado señales de vida.
El director general de Salud Pública, Francisco García Ruiz, aseguró ayer que confía en que la norma pueda estar en vigor para el regreso de los niños a las aulas el próximo septiembre.
La Consejería justifica el retraso por «las modificaciones» que se han hecho en el borrador inicial a petición de la Consejería de Educación. «Nos pidieron que incluyésemos las dietas especiales, como las destinadas a niños celíacos», explica García Ruiz. «También se contempla la posibilidad de que el niño pueda llevar su comida de casa si necesita una alimentación específica que no ofrece el comedor de su colegio. En esos casos se garantiza que haya unas condiciones adecuadas de almacenamiento».
Sanidad niega que el retraso se deba a la presión de las empresas o a cualquier otra circunstancia. Asegura que el texto llegó hace un mes al Consejo Jurídico de la Región. Habrá que esperar ahora a que este organismo dictamine para que el decreto llegue por fin al Consejo de Gobierno. Hasta entonces, el retraso seguirá batiendo récords.
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