En esta época, son muchas las alternativas que se buscan para pasar un buen invierno y evitar los molestos resfríos. Entre estas posibilidades está el consumo de complejos vitamínicos, costumbre que muchas veces puede generar más problemas que beneficios.
“Si la dieta es adecuada a las necesidades energético-nutricionales, fisiológicas y físicas de la edad y el sexo de las personas saludables, no será necesario obtener las vitaminas de fuente farmacológica, pues ellas están en la mayoría de los alimentos tanto de origen vegetal como animal”, explica Mónica Jiménez, docente de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello.
Según la nutricionista, “se hace necesario suplementar, complementar o fortificar los alimentos o dietas, cuando las personas enferman o nacen con trastornos que requieren la modificación permanente de la dieta, suprimiendo el consumo de uno o una variedad de alimentos. Otro grupo de personas que requiere la indicación controlada de suplementación vitamínica, son los deportistas de alto rendimiento, debido al aumento del gasto energético y la pérdida de agua por la sudoración”, subraya.
“Además, se debe recordar que en el proceso alimentación-nutrición se relacionan sustancias que actúan como estimulantes o inhibidores de la absorción y/o biodisponibilidad de estos micronutrientes, ello es particularmente importante en el caso de: fierro, ácido fólico, calcio, Vit B12.
Por ejemplo, las personas con buena nutrición de fierro están previniendo tener anemia ferropriva, entonces para aquellas personas que tienen déficit de fierro, una buena forma de estimular su absorción es ingerir los alimentos ricos en fierro (cárneos) o éste en su forma farmacológica con alimentos de alto contenido de vitamina c (vegetales y cítricos) ella potencia la absorción del fierro, por el contrario los elementos fitatos y oxalatos presentes en cereales y té inhiben la absorción del fierro”, agrega la nutricionista.
Un modelo de comida que significará mejorar la absorción del fierro consiste en: Carnes guisadas, asadas, a la plancha (aves, vacuno, pescados) con ensaladas aliñadas con jugo de limón y con acompañamiento de papas, si debe tomar además un medicamento de terapia de fierro ingerirlo con limonada o naranjada de preferencia jugo de naranja natural, los cereales, arroz, choclo, fideos pastas y masas comerlos en preparación aparte no mezclar con las carnes.
Normativa
En nuestro país existe una normativa legal actualizada desde el año 2002 al 2005 del Ministerio de Salud acerca del uso de las vitaminas y los minerales como fortificantes en la industria de alimentos preparados, con el propósito de resolver o prevenir problemas específicos de salud
pública. “Son resoluciones exentas con articulados especiales, por ejemplo, los preparados para deportistas, regímenes especiales (intolerancia a la lactosa, intolerancia al gluten, y otros)”, especifica la profesional.
Además, la docente de la U. Andrés Bello agrega que “se han establecido en comités de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Administración de Drogas y Alimentos de EE.UU. (FDA) y otras organizaciones mundiales, los valores de ingesta diaria recomendada y en el caso de suplementación o fortificación, límite máximo admisible. Ambos datos deben ser informados en el rotulado de los alimentos y estos valores se indican por kilo de peso corporal de las personas, medidas que deben observarse estrictamente sobre todo en el caso de los niños pequeños”.
La nutricionista recomienda tener especial cuidado con los preparados alimenticios en polvo, indicados como reemplazantes de la comida convencional y usados en tratamientos para controlar el aumento del peso corporal. “Muchos de ellos, a pesar de publicitar que son enriquecidos y fortificados con vitaminas y minerales, no cumplen con tales especificaciones”, subraya Mónica Jiménez.
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