Médica geriatra de la residencia Igurco Unbe y miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Médicos de Residencias.
La dieta, la hidratación y el ejercicio físico son las bases de un estilo saludable que proporciona una vida sana y duradera a las personas que cuidan de estos aspectos. Concretamente, el ejercicio físico es uno de los elementos principales de todo programa destinado al mayor. Lemas tan conocidos como «una vejez joven» y «vida a los años», entre otros, tienen su base en la realización de una actividad física apropiada durante toda la vida.
Con el ejercicio físico progresivo, reglado y regular conseguimos una adicción al mismo; la razón de esto quizá se encuentre en la liberación de endorfinas, que producen una sensación de bienestar físico y psíquico. Se logra también una disminución de los niveles de glucemia -muy frecuentemente aumentados por los cambios fisiológicos que conlleva el envejecimiento normal-, una ostensible mejora del aparato locomotor y cardiovascular, así como una regulación del tránsito intestinal, contribuyendo a evitar el estreñimiento, problema frecuente e importante en las personas mayores.
La actividad física debe ser adecuada a la situación individual. La edad no representa un límite para realizar actividades deportivas; existen reuniones y eventos internacionales (como el que está teniendo lugar estos días en Barakaldo) donde se reúnen personas mayores, muchos de ellos atletas de competición en su juventud. La modalidad deportiva está condicionada por la destreza individual, siendo lo más importante conocer las limitaciones físicas personales, ser perseverantes, aceptar la evolución natural del organismo con los cambios que conlleva el paso de los años y, si existe alguna dolencia orgánica añadida (osteoporosis, hipertensión, cardiopatía, EPOC, etc.), sobrellevarla de forma consecuente adaptando el tipo de ejercicio.
La alimentación va a estar condicionada y adaptada al tipo de actividad física, ya que las necesidades nutricionales se calculan en función de la edad, sexo y actividad a desarrollar. De igual modo, en los deportes de competición y deporte reglado es muy importante establecerse una dieta específica en la etapa previa a la realización del ejercicio, así como durante el mismo día de la actividad y en el periodo posterior, de recuperación, unas pautas de hidratación adecuadas.
Las personas mayores deben adaptarse a sus circunstancias personales y a a su preparación física previa. Muchos mayores de nuestro entorno suben prácticamente a diario a montes cercanos; algunos, incluso, han superado ya la barrera de los 90 años. Lo recomendable es no llegar al límite realizando actividades extenuantes. Se debe buscar, simplemente, sentir buenas y agradables sensaciones cuando se realiza la actividad deportiva o ejercicio físico, tanto antes como durante y después de la actividad. Y no marcarse metas competitivas, sino de bienestar psicofísico.
No lo olviden: la actividad física regular y mantenida mejora la calidad de vida.
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