Queridos peques. Ya de vuelta al cole. Quedaron atrás las vacaciones, la navidad, los reyes, los juguetes y regalos… Seguro que muchas emociones. Muchos sentimientos. Y ahora de nuevo a clase. Reencuentro con amigos, los profes, las materias…
¿Sabríais escribir o dibujar en un papel los diversos sentimientos que habéis tenido en estos días pasados? Quizá alegría, ilusión, esperanza, rabia, envidia a algún hermano, amor, sorpresa, etc, etc…. Seguro que también algún enfado. Nuestro mundo emocional es muy rico y diverso y muy cambiante. Otro ejercicio que os propongo: al final de un día normal, escribid los diversos sentimientos que habéis tenido durante el día. Haced esto un tiempo, por ejemplo un mes. Veréis después la riqueza de emociones que tenemos.
Ocurre sin embargo que somos poco conscientes de las mismas. Somos analfabetos emocionales. Nos enseñan a pensar, discurrir, analizar con la mente racional. Pero nuestra inteligencia emocional esta poco desarrollada. Yo prefiero hablar de "sabiduría emocional". Es más que saber de emociones. Es saborear, percibir en el corazón y en el cuerpo lo que estoy sintiendo.
Pero… ¿Qué es la Inteligencia emocional? El primer autor que ha sistematizado más el tema fue Daniel Goleman. El la define como: "la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos, y de manejar adecuadamente las relaciones". Analicemos la definición más despacio. La inteligencia emocional tiene 5 componentes:
1. La capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos: sentirlos, identificarlos, aceptarlos. Distinguir unos de otros. Es la base. Es fundamental.
2. La gestión o autorregulación de los mismos. No es suficiente conocerlos. Tengo que ser capaz de gestionarlos, regularlos, encauzarlos y de alguna manera dominarlos, para que no me dominen ellos a mí. Lo ideal es llegar a una fluidez según la cual las emociones y sentimientos se autorregulan, como el agua o la azúcar en sangre. Estos dos elementos constituyen lo que se llama "inteligencia intrapersonal".
3. Automotivación para el logro personal y social. Tener claras nuestras metas y objetivos y tener motivaciones profundas que nos impulsan a conseguirlas.
4. Reconocimiento de los sentimientos de los demás. Lo necesitamos también. Vivimos en sociedad, en familia, en grupos de amigos. Tengo que ser capaz de reconocer qué están sintiendo las personas con las que me relaciono habitualmente.
5. Gestión de las relaciones o habilidades sociales. La persona sabia emocionalmente sabe como gestionar y relacionarse con los otros cuando están enfadados, tienen rabia, cuando hay un conflicto en pareja o en la familia. Para ello se necesita tener una serie de habilidades sociales, como la escucha activa, la empatía, la capacidad de negociación, entre otras. Estos dos últimos componentes constituyen lo que se llama la inteligencia interpersonal.
Ya sabemos los componentes de la inteligencia o sabiduría emocional. Según ellos podemos elaborar un perfil de la persona emocionalmente inteligente. Varios autores los han agrupado en estos ítems:
1. Sabe las emociones que esta sintiendo y por qué.
2. Es capaz de gestionar saludablemente sus emociones.
3. Comprende los vínculos entre sus sentimientos, pensamientos, palabras y acciones.
4. Conoce como sus sentimientos influyen en su conducta.
5. Tiene conocimiento de los valores y objetivos que quiere alcanzar.
6. Es consciente de sus motivaciones profundas para lo que emprende.
7. Se posiciona con criterio ante los problemas éticos y sociales.
8. Es capaz de humanizar su trabajo y relaciones sociales.
9. Se siente protagonista y agente activo y directo de su vida.
10. Se siente capaz y valioso.
11. Se moviliza hacia la consecución de sus metas.
12. Considera que los acontecimientos que suceden son un reto, que le moviliza el enfrentamiento sin culpa.
13. Es capaz de expresar sus emociones y necesidades, según desee y crea.
14. Siente con profundidad alegría y pena. No es plana ni estática.
15. Es creadora de posibilidades.
Puntúate en estos ítems. Descubre si eres una persona analfabeta o con sabiduría emocional. Espero pases la prueba positivamente.
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