viernes, enero 16, 2009

"¿Hasta qué punto las emociones nos pueden curar?"


Gaspar Hernàndez ha ganado el Premi Josep Pla con El silenci. En él, una joven japonesa enferma de cáncer pide a un amigo escéptico que le hable para curarla.

--Una terapia, dice usted, "muy extravagante".
--Ella lo hace porque está convencida del poder curativo de la voz. El tema es, ¿hasta qué punto las emociones nos pueden curar, si también nos pueden hacer enfermar?

--¿Parte del supuesto de que la mente puede sanar al cuerpo?
--Hay una disciplina nueva, la psiconeuroendocrinoinmunología, que se ocupa de hasta qué punto las emociones modifican nuestra capacidad inmunológica. Es uno de los pilares de la novela. Y el otro es la meditación como instrumento de cambio personal y social.

--Pero no es un ensayo.
--No, es una novela, en ella hay acción e intriga.

--Aunque sea un monólogo ante un cuerpo dormido.
--Y desnudo, algo que también tiene un elemento erótico... La gente que la ha leído dice que no puede dejarla.

--Se proyecta usted personalmente en el narrador, que manifiesta una actitud escéptica.
--Es un álter ego mío. Soy periodista y lo que hago es investigar y dar a conocer este material. Igual que en las contras de EL PERIÓDICO, yo no opino y pregunto. Me gustaría dejar claro que tengo una confianza total en nuestros médicos, pero también que se está haciendo un gran trabajo desde algunas llamadas terapias alternativas.

--¿No son víctimas demasiadas veces de farsantes?
--Por eso comparto la voluntad reguladora de la Generalitat. No puede ser que alguien que ha hecho un curso quiera curar a nadie. Pero creo también que la clase médica debería pensar qué falla para que tanta gente vaya a los homeópatas o los acupuntores. Quizá que estos les escuchan 45 minutos.

--En la velada del premio habló del resurgir de una nueva conciencia universal...
--Está formada por un grupo de gente cada vez más numeroso, que primero quiere hacer un cambio interior para contribuir a cambiar el mundo. En estos momentos, por ejemplo, en los gimnasios de Barcelona se practica más yoga que aeróbic. Pero los medios hablan poco de ello, y los políticos y la literatura nada. Excepto Hermann Hesse, y para de contar. Si salimos de aquí solo encontramos una especie de esoterismo radical de unas novelas que no me convencen.

--¿Por qué buscamos estas tablas de salvación?
--Porque han desaparecido contenedores como la religión y la familia que nos hacían gestionar mejor las emociones y nos protegían.

--¿Necesitamos manual de instrucciones para vivir?
--Más bien aprender instrumentos prácticos para vivir, como la meditación. Y en cuanto a los libros de autoayuda, los hay buenos y malos. Rojas Marcos y Punset hacen autoayuda con rigor, y otros, por la patilla.

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