lunes, enero 12, 2009

¿Dónde habita la memoria?

El secretario de Estado de Universidades inaugura el edificio de Servicios Centrales de Investigación de la UPO, donde se desarrollan estudios punteros sobre neurociencia

¿En qué parte concreta del cerebro se almacenan los recuerdos de las personas? ¿Hay una especie de almacén de moléculas donde se guarda la memoria? ¿Cómo accedemos a ella cuando la necesitamos? Estas cuestiones de vital importancia para comprender el cerebro y, por tanto, el alma del ser humano (hay quienes afirman que son la misma cosa) se intentan resolver en el edificio de Servicios Centrales de Investigación de la Universidad Pablo de Olavide, un complejo de más de 2.500 metros cuadrados que ayer fue inaugurado oficialmente por el secretario de Estado de Universidades, Màrius Rubiralta, que estuvo acompañado por el rector Juan Jiménez y el secretario general de Universidades de la Junta de Andalucía, Francisco Andrés Triguero.

"Nosotros creemos que los recuerdos no se guardan en un almacén determinado. No existe un lugar concreto al que se acude para evocar algo. Más bien la memoria forma parte de los circuitos del cerebro. Todavía queda mucho que investigar". La que habla es Agnes Gruart, profesora titular de la Olavide e investigadora del Animalario, uno de los módulos más punteros del edificio y en el que trabajan unas 25 personas.

Las investigaciones que aquí se desarrollan pueden dar claves definitivas para comprender enfermedades que actualmente se han convertido en un auténtico problema social, como el alzhéimer. Estamos ante un conjunto de laboratorios especializados en electrofísica y comportamiento. En resumen y vulgarizando, los investigadores que aquí trabajan se dedican a estudiar la actividad cerebral de ratones y conejos para intentar conocer mejor la mente humana.

Actualmente, los experimentos se centran en intentar comprender en qué consiste "el mecanismo del aprendizaje", dice Gruart, lo que llevaría a entender mejor la memoria, ya que todo lo memorizado es aprendido con anterioridad.

¿Cómo se hace esto? Para entenderlo mejor, un ejemplo: en un laboratorio se ha instalado una urna de cristal donde un ratón aprende que cada vez que pulsa una palanca sale una bolita de comida. Este ratón lleva instalado en el cráneo un electrodo que se conecta por cable a un complejo sistema informático que registra cuál es su actividad cerebral. Evidentemente se trata de una Caja de Skinner -un invento antiguo para estudiar el comportamiento animal- pero con una novedad: se puede registrar lo que pasa por el cerebro del ratón.

Montar un laboratorio de este tipo no es fácil. "No son máquinas que se puedan comprar en el mercado, las diseñamos nosotros mismos", dice José María Delgado a Màrius Rubiralta. Delgado es uno de los investigadores estrella de la Olavide, catedrático de Fisiología y director de la División de Neurociencias de la UPO. Todo un fichaje estrella de esta universidad sevillana que demuestra su apuesta por la investigación científica.

En otra sala, un ratón recibe un soplo en un ojo cada vez que suena un pitido. Posteriormente, el animal seguirá cerrando el párpado al mismo tiempo que se emita el sonido, aunque ya se haya retirado el mecanismo del soplo. Todo lo que pasa por la cabeza del ratón también es registrado por esa inmensa maquinaria que multiplica por mucho el tamaño de su pequeño cerebro. La ciencia se reviste a veces de este sadismo inconsciente y aséptico, como se comprueba también en la sala donde conejos y ratones tienen ya instalados los electrodos y esperan el ser enchufados a los ordenadores mientras sufren sin final la misma tortura, como un castigó de la mitología griega. "No le ponemos nombres a los ratones. Al principio lo hacíamos, pero la experiencia no dio buenos resultados", comenta Agnes Gruart.

Además del Animalario (también conocido como Bioterio) el edificio de Servicios Centrales de Investigación tiene un total de 16 laboratorios donde se ubican diversos grupos de investigación relacionados con las ciencias biomédicas o los estudios físicos con técnicas láser.

Todos los proyectos de investigación están financiados por la Junta de Andalucía, los ministerios de Ciencia e Innovación y Sanidad y por el VII Programa Marco de la Unión Europea (áreas de Biomedicina y Bioingeniería). Algunos grupos de investigación tienen financiación de entidades privadas (fundaciones) o de multinacionales farmaceúticas.

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