Washington no se plantea levantar el embargo comercial y de inversiones que mantiene sobre Cuba. Si alguien tenía alguna esperanza, esta se desvaneció el miércoles cuando el presidente George Bush dijo en un discurso pronunciado en el Departamento de Estado que "EEUU mantendrá el embargo hasta que llegue la democracia" a la isla.
Bush pidió la creación de un fondo multimillonario internacional para agilizar la transición democrática en Cuba y ofreció incentivos si se logra el cambio. Exigió también que se libere a todos los presos políticos e insistió en que las autoridades cubanas han utilizado el embargo como pretexto porque "la fuente del sufrimiento no es el embargo, sino el sistema".
El mandatario se refirió al relevo de poder ocurrido en la isla hace un año. "Estados Unidos no dará oxígeno a un viejo régimen que toma represalias contra su propio pueblo", dijo Bush. "No apoyaremos el viejo régimen con nuevas caras, el viejo sistema sostenido por nuevas cadenas”.
La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y el secretario de Comercio, Carlos Gutiérrez, serán los encargados de trasladar al resto de países de la comunidad internacional la creación de ese "fondo internacional de libertad" para Cuba.
La ayuda, que "estará disponible si el Gobierno de la isla garantiza el respeto a los derechos fundamentales", serviría para pagar mejoras en las infraestructuras cubanas y otras iniciativas, aunque siempre supeditado a avances democráticos.
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Felipe Pérez Roque, respondió a Bush diciendo que sus palabras constituyen un "acto irresponsable" y evocan el uso de la fuerza para lograr el derrocamiento de la revolución.
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