Comida para perros y bombillas, "gastos" de políticos británicos
Comida para perros y bombillas figuran entre los artículos que algunos políticos británicos reclamaron como gastos, según publicó el lunes un periódico, en la última de una serie de informaciones que han avergonzado al Parlamento y perjudicado al primer ministro Gordon Brown.
Después de días de sonrojantes titulares sobre miembros el Partido Laborista de Brown reclamando miles de libras en gastos por cosas como reparaciones caseras o servicios de limpieza, el foco cayó el lunes sobre los conservadores en la oposición.
The Daily Telegraph publicó detalles de una factura de 4,47 libras (5 euros) de comida para perros reclamada por la portavoz conservadora por Gales Cheryl Gillan.
Por su parte, David Willetts, portavoz conservador para "innovación, universidades y oficios" pidió 115 libras más IVA por el cambio de 25 bombillas en su segunda residencia en Londres. Reclamó otras 80 libras "para cambiar luces en el baño", según el Telegraph.
El líder conservador David Cameron intentó limitar los daños diciendo que era el momento de que todos los políticos admitieran que el sistema de gastos debía cambiarse.
Este fue "otro mal día para el Parlamento y francamente, otro mal día para el Partido Conservador", declaró en comentarios emitidos por televisión y radio.
"Sentimos que sucediera esto y se necesita un cambio", añadió. "Tenemos que reconocer lo mal que está la situación y lo indignada que está la opinión pública".
La polémica sobre los gastos - que surgió en marzo cuando se descubrió que un miembro del Gobierno de Brown reclamó gastos por películas porno y un tapón de baño - está dañando en especial al Ejecutivo de centroizquierda en un momento en el que los votantes se están viendo obligados a apretarse el cinturón por la recesión económica.
Un sondeo de opinión de BPIX en el diario Mail on Sunday daba a los laboristas un 23 por ciento de apoyos, frente al 45 por ciento de los conservadores, lo suficiente como para dar al principal partido de la oposición una victoria arrolladora en unas elecciones parlamentarias previstas par mediados de 2010.
El diario dijo que la encuesta mostraba que, por primera vez, una mayoría de votantes - 52 por ciento - creía que Brown debería dimitir, y los resultados fueron los peores para el Laborismo desde 194
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