martes, octubre 07, 2008

Siete países de la UE aseguran ya el 100% del dinero depositado en los bancos

El terremoto de la iniciativa de Irlanda de garantizar todos los depósitos bancarios en su país durante dos años siguió ayer teniendo réplicas en el resto de capitales europeas, después de que Alemania hicera exactamente lo mismo que antes criticaba el domingo por la noche. Concretamente ayer se sumaron a estas garantías extras Austria, Suecia, Dinamarca y Portugal, que siguen la estela iniciada por Irlanda y a la que se apuntaron en los últimos días también Reino Unido y Francia, aunque con diferentes formatos. En total, son ya siete los países de la UE que garantizan el 100% de los depósitos.

Este goteo de decisiones unilaterales ha chocado tanto con la imagen de unidad que intentaron dar los países más influyentes de Europa, el pasado sabado en la mini cumbre de París, que la Presidencia de la Unión Europea, este semestre en manos de Francia, se vió obligada a publicar una declaración conjunta en la que aseguraba que «todos los dirigentes de la Unión Europea tomarán todas las medidas necesarias para asegurar la estabilidad del sistema financiero, bien por la vía de la inyección de dinero a través de los Bancos centrales, por la de la toma de participación directa en las entidades o por la mejora de los mecanismos de supervisión y de protección de depósitos». «Ningún ahorrador ha perdido dinero en nuestros bancos y vamos a tomar las medidas necesarias para que éso no ocurra, apoyando el sistema financiero», concluye la Presidencia.

Esta declaración se produce después de que los países europeos hayan ido tomando las decisiones individuales que han considerado oportunas sin ningún tipo de coordinación, lo que contribuye a aumentar la desconfianza de los mercados.

Por su parte la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, aseguró ayer en relación con las garantías de los depósitos que el Gobierno de Dublin ha enviado señales de apertura y parece dispuesto a extender la cobertura a los bancos extranjeros que operan en su país, una de las principales objeciones que planteada Bruselas.

Mientras tanto los quince ministros de Economía y Finanzas que tienen el euro, el Eurogrupo, se reunían ayer en Luxemburgo para intentar avanzar en una coordinación que, hasta la fecha, ha brillado por su ausencia.

El ministro de Economía español, Pedro Solbes, volvía a insistir a su llegada a la reunión en que lo mejor es la respuesta conjunta a la crisis, tanto en las posibles soluciones como en materia de aumento de la garantía de los depósitos.

Pero la realidad se impone machaconamente y es que, hasta la fecha, el único denominador común que han encontrado los Veintisiete para afrontar la crisis financiera fue la declaración de la Presidencia de ayer en la que, en realidad se deja todo el abanico de posibilidades abierto para que cada país salga al rescate de sus entidaes como le parezca oportuno.

Por su parte, el presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, presente también en Luxemburgo, aseguró que el BCE continuará inyectando, «tanto tiempo como sea necesario», liquidez en el sistema bancario para ayudar a los establecimientos financieros a superar la crisis actual.

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