viernes, octubre 24, 2008

Sobrevivir, vivir, contar

El milagro de los Andes, 36 años después encuentra a los sobrevivientes -adolescentes entonces- como hombres que tienen un conmovedor legado para transmitir. Los chicos, que un 13 de octubre cuando cayó el avión en el que viajaban de Uruguay a Chile pensaron que no tendrían chances de soportar los 30 grados bajo y sobrevivir, hoy explican qué los hizo superar el momento más trágico y difícil de sus vidas.

"Cuando nos encontramos descubrimos que hay algo más que esa amistad." Antonio Vizintín.

Reunidos en el Old Christian´s Club donde jugaban al rugby, peinan canas, cuentan nietos y recuerdan anécdotas con la misma frescura y terminología de su adolescencia, queda en ese lugar el tiempo detenido en sus recuerdos, que son muchos.

Bromean, se llaman por apodos que tienen como 40 años, se ríen de sí mismos y hablan de los que nos están.

La excusa del encuentro es "La sociedad de la nieve", que lanzará la semana próxima Pablo Vierci, ex compañero y amigo de los sobrevivientes y autor del libro de Sudamericana.

"El final de la historia tenía que ser contado por todos y después de muchos años". Vierci

"Es una historia que tiene tragedia, aventura, piedad, transgresión, creación y salvación. Pero hay algo más. Cuando ellos hablan, quien los escucha, o lee, sube con ellos a la montaña, escala su propia cordillera y cuando baja al llano, lo hace transformado. Conocer y experimentar la sociedad de la nieve provoca al lector un estremecimiento", explica Vierci.

Surgen muchas preguntas que van más allá de las obviedades del caso. Muchos de ellos no están acostumbrados a hablar de lo que les pasó. Incluso ninguno de los que regresaron con vida a Montevideo hizo terapia ni recibió tratamiento profesional para superar el trauma del accidente.

No se creen héroes, pero se saben dueños de una fortaleza espiritual y psíquica que deja perplejo a quien pueda hablar unos minutos con cualquiera de ellos.

El espíritu de grupo -coinciden- fue lo que los salvó. Los códigos de amistad, que iban más allá de integrar un equipo de rugby, fueron un sostén para soportar situaciones límite a las que nadie puede ni imaginar tener que enfrentar.



Recuerdo latente. ¿Cómo es vivir con el recuerdo de algo tan trágico? ¿Es parte de su cotidianeidad o es necesario no recordar para seguir adelante?

"Trato de tener una vida lo más común posible y de hecho lo he podido lograr. Lo de los Andes es una marca que voy a llevar toda mi vida." Antonio Vizintín

"En ningún momento tengo presente lo que nos pasó." Pedro Algorta

"Tuve períodos. Al principio lo tuve muy presente, a diario; luego en un período de 10 años tuve mucho laburo y no lo tuve tan presente y los últimos 10 años lo tengo a diario y le saco un partido increíble. Lo tengo presente todo el día." Eduardo Strauch

"Está presente permanentemente en la mente y en el cuerpo. Por un motivo u otro, siempre viene al caso, sobre todo por los que no volvieron. Por eso los sobrevivientes hicimos la fundación Viven para el rescate de personas marginadas cuya vida es una sobrevivencia diaria y nuestroas amigos están presentes permanentemente porque es en nombre de ellos que nos obligan a hacer las cosas que debemos antes de irnos". José Luis Inciarte

Fortaleza interior. ¿Qué los ayudó a seguir: la fe religiosa, la contención de los seres queridos o alguna terapia?

"Una gran tranquilidad de conciencia, tratamos de que las cosas fueran lo mejor para todos y que tomamos la decisión adecuada en su momento." Vizintín

"Lo que nos ayudó fue la familia y los amigos, la contención." Algorta

"Me ayudó ser un ser humano, haber tenido un objetivo, tener una mente sana y una mente muy fuerte para despejar lo que no me servía. Me ayudé con mi mente, jamás tuve una sola pesadilla ni una duda de lo que pasó en la Cordillera." Strauch

"Apenas bajé del helicóptero, la tragedia quedó atrás. Pasé 30 años sin hablar del tema, me didiqué a hacer mi vida, todo lo que había escrito en la libretita que iba a hacer si sobrevivía." Inciarte.
Sobrevivir, vivir, contar Foto: LA NACION Foto: Martín Lucesole

El legado. ¿Qué mensaje tienen para sus hijos y nietos?

"La historia deja un trabajo en equipo muy importante, un sacrificio y un mensaje que creo que es no parar nunca a pesar de que las situaciones parezcan muy difíciles". Vizintín

"Haber luchado muy duro para sobrevivir y haberlo conseguido." Algorta

"Tenemos un legado enorme y se los transmito a mis hijos. Veo la repercusión en la gente, en todas partes del mundo. Nuestra historia es única, es una enseñanza sobre la vida, sobre el ser humano, sobre la muerte, sobre nuestro espíritu." Strauch

"Soy un hombre común y corriente. Trato de devolver a la fundación Viven algo de lo tanto que he recibido". Inciarte.

La concepción de la muerte. ¿Cambió la manera de pensar en la muerte?

"Más que la concepción de la muerte, la concepción de la vida cambió." Vizintín

"Tuve después de la avalancha la sensación de estar muerto, la muerte nos rondaba. Cambié el concepto sobre la muerte, estoy más tranquilo, no tengo ningún temor a la muerte y también cambié mi concepto sobre Dios también." Strauch

"Allá en la montaña aprendí, buscando una razón para tanto sufrimiento y dolor, que la muerte no era un castigo. Cuando la conocí, sepultado por toneladas de nieve en la avalancha vi que era un paraíso de paz y felicidad. Me iba a reencontrar con mi viejo y fue el momento de más felicidad y paz en la vida. Eso hasta que nació mi primer hijo." Inciarte.

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