domingo, octubre 26, 2008

EE.UU.: por la crisis, los inmigrantes envían menos dinero a sus países

Hay un rincón del bullicioso Mezquite Market que permanece congelado. Allí hay rejas, vidrios blindados y señoritas que bostezan esperando a sus clientes. En este mercado que se especializa en mercadería mexicana, uno de los negocios más prósperos solía ser el envío de dinero de los inmigrantes hacia sus países de origen. Pero la situación cambió. La crisis económica y financiera golpea con fuerza a los latinoamericanos que están trabajando en Estados Unidos y ellos cada vez pueden mandar menos plata a sus familias. O tienen que trabajar mucho más para poder seguir enviando lo mismo.

"Yo mandaba 200 ó 250 dólares cada 15 días, ahora sólo puedo 60, o como mucho 100", cuenta Bernardino Lázaro, que se acerca a la caja no para enviar remesas sino para pagar la luz.

Bernardino es mexicano, de Puebla, donde tiene a su madre y a su hermana. Hace 10 años que trabaja en Albuquerque como carpintero. "Ahora la economía está dura, no hay trabajo como antes", se lamenta y señala que, aunque quiere trabajar más, no puede porque tampoco hay horas extras. En Nuevo México, junto con Arizona, Florida, Texas y California, la proporción de latinos es enorme y en algunos casos llega al 40% de los habitantes.

Las remesas de los mexicanos en EE.UU.-la mayoría de los inmigrantes aquí- sufrieron en agosto una baja récord desde que se comenzaron a registrar esas sumas, hace 12 años. El banco central de México dijo que cayeron un 12% desde agosto de 2007 y se estima que seguirán en baja porque la crisis aún no ha tocado fondo.

Debido a las noticias que llegan desde EE.UU., tampoco los mexicanos están ahora ansiosos por venir. Según la Patrulla Fronteriza, en el año fiscal que terminó en setiembre hubo sólo 723.825 arrestos de gente que trataba de cruzar sin papeles, un 18% menos que el año pasado y un 39% menos que los 1.2 millones del 2005.

La merma de remesas afecta las economías de algunos países americanos porque es una fuente importante de divisas. En Ecuador calculan que se redujeron un 7,7% en comparación con el año anterior y se cree que caerán aún más. Lo mismo sucede en El Salvador, donde se calcula que un 25% de los 5,8 millones de habitantes subsisten gracias a la ayuda de familiares en EE.UU.

El restaurante Frontier es un punto de encuentro de familias y estudiantes de la Universidad de Nuevo México. Está abierto las 24 horas, algo raro en el interior de este país donde es casi imposible cenar después de las 9 de la noche. José Benavídez trabaja en la limpieza del restaurante, pero ahora está almorzando tortillas en una mesa apartada. Tiene a su familia en Ciudad Juárez y dice que el dinero se lo manda a su "jefa", es decir a su mamá en México. "A mí me pagan bien. Por hora aquí me dan como 9.50 dolares, pero he trabajado duro en mis francos, por eso puedo seguir mandando dinero como siempre", señala. José envía unos 150 dólares por semana para que su familia "pague los biles (cuentas), el agua, el gas y todo eso". Pero el mexicano se esfuerza el doble. "Agarro más horas, trabajo más duro, trabajo mis días de descanso", dice.

José tiene la suerte de conservar su empleo. Hay otros que lo perdieron y, ante la severidad de la crisis, analizan volver a sus países. El gobierno de la Ciudad de México, por ejemplo, estima que entre 20 mil y 30 mil inmigrantes más volverán a EE.UU. próximamente porque no pueden encontrar trabajo. En los consulados de California y Chicago informaron que unos 4.000 mexicanos más de lo habitual volvieron a su país por la crisis. Afecta, sobre todo, a los que empleados en la construcción, uno de los sectores más vapuleados por el descalabro económico.

José Rivas envía entre 300 y 500 dólares cada dos meses a su familia en Guatemala, pero ahora no podrá seguir con ese ritmo. Amasa tortillas en el restaurante y dice que quiere trabajar más, pero que conseguir horas extras no es fácil. "El precio de la gasolina, las rentas, los alimentos, está todo más caro", señala y dice que para poder seguir ayudando a su madre y sus hermanos tiene que ajustarse el cinturón. "Hay que tratar de salir menos, gastar menos. Porque si la situación se complica, hay que tener algo para sobrevivir. No podés mandar todo. Hay que tener un respaldo".

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