domingo, octubre 26, 2008

Tristeza y depresión desde la infancia

Para que una persona decida cortar su existencia, existen diversos y complejos factores de riesgo, entre los cuales según el cuadro clínico se resalta, el padecer una enfermedad mental, pero la más común es la depresión.

De acuerdo a las estadísticas de la Procuraduría General de Justicia en el Estado y del Instituto de Salud Mental, la mayoría de las causas que desencadenan en suicidios es la depresión, provocada por enfermedades crónicas, alcoholismo, adicciones, problemas familiares y sentimentales.

Así lo explica la especialista en psiquiatría, Dora Chamorro Salinas, Subdirectora del Hospital Psiquíatrico de la ciudad de Durango “Dr. Miguel Vallebueno”.

El cuadro clínico que presenta una persona con tendencia al suicidio es caracterizado por ánimo bajo, insomnio, poca energía, se pierde interés por las cosas, sin apetito, incluso las personas sufren de un sentimiento de minusvalía.

Se sienten culpables y una serie de manifestaciones que van más allá de la tristeza, pero es necesario hacer una diferencia entre la tristeza y la
depresión.

“La tristeza es un sentimiento normal, como la alegría.

Y la depresión con todos estos factores que acabamos de mencionar, van más allá y duran más de dos semanas para poder integrarse por completo en este diagnóstico”.

Mientras que la depresión es un factor constante, todos los días se sienten mal y su estado de ánimo es nulo, explicó la entrevistada.

Y al hablar sobre cuáles son los factores de riesgo del suicidio, destacó que las personas en primer lugar muestran un cuadro depresivo quizá desde la infancia.

“Y se sabe que la depresión (mucha gente no lo sabe) se manifiesta hasta en el primer día del recién nacido, esto se llama depresión anaclítica”.

La depresión, es la enfermedad mental más común en los seres humanos.

En los adolescentes las causas del suicidio, son similares a los de los adultos pero con la diferencia de que los adolescentes, generalmente provienen de un hogar disfuncional, en donde hay violencia familiar, en donde el padre o madre abusan del alcohol o de otra sustancia, o bien se registra la falta de uno de los padres.

Cuestionada sobre cómo se pueden identificar estos factores, la especialista reitera, “en primer lugar, el niño o adolescente que se suicida generalmente provienen de hogares disfuncionales, pero difícilmente la madre o el padre de estos niños van a poder detectar estas conductas, si entre ellos hay una disfunción ni siquiera voltean a ver a sus hijos, menos van a tener la oportunidad de ver un problema o un cambio de conducta”.

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