domingo, octubre 12, 2008

La obsesión por comer sano puede convertirse en un trastorno alimentario

La obsesión por comer sano puede convertirse en un trastorno alimentario
Los jóvenes que padecen este trastorno suelen destacar en los deportes.

La obsesión por ingerir alimentos sanos puede derivar en un trastorno alimentario que se conoce como ortorexia. Las personas que padecen esta enfermedad tienen distintas concepciones de cada uno de los productos, distinguiendo los que contienen conservantes, los industriales y los biológicos.

Este tipo de patología es más común en los varones. Según informa el director del Área de Salud Mental del Hospital de Poniente, Francisco Vázquez, «son los chicos los más propensos a adquirir este tipo de enfermedad, ya que se suelen obsesionar por obtener un cuerpo escultural y empiezan a controlar todo lo que comen».

En líneas generales, se trata de hombres jóvenes, con edades comprendidas entre los 17 y 20 años, que destacan en los deportes, pero que a nivel emocional cambian constantemente. Además, surge el problema de que «pasan desapercibidos porque no están delgados», añade Vázquez.

No obstante, la calidad de vida de los afectados es lamentable, «con un desgaste emocional tremendo», ya que se obsesionan por controlar todo lo que ingieren. Los síntomas de la ortorexia son similares a los otros trastornos alimentarios como la anorexia o bulimia. «Se vuelven irritables, sienten malestar y no rinden igual en el trabajo o en los centros educativos», comenta el director de Salud Mental del Hospital de Poniente.

Por el momento, según Vázquez, el centro hospitalario no ha registrado ningún ingreso por ortorexia, aunque sí se han atendido consultas de este tipo.

Todo estos trastornos alimentarios pueden estar relacionados con una depresión

, que viene dada por el entorno de las amistades o de la familia, según informan desde Salud Mental.

No obstante, también es cierto que en estas patologías influyen de manera definitiva la televisión, la publicidad y el cine, que no cesan de trasmitir a los adolescentes el mensaje de que un cuerpo escultural es sinónimo de éxito social. Todo ello lleva al joven a la búsqueda de un cuerpo perfecto, que puede acabar en desórdenes alimentarios graves.

Ante todo esto la única arma de la que se dispone es la de la veracidad en la información sobre los problemas que puede ocasionar la obsesión por conseguir un cuerpo perfecto. También las dietas milagros y la información ofrecida en revistas y medios de comunicación poco fiables pueden incidir en que los jóvenes se inclinen a desarrollar conductas alimenticias poco saludables.

De hecho, según informa el director del Área Integrada de Salud Mental, los trastornos alimentarios son frecuentes. Tal es así, que un 3% de la población tiene algún tipo de síntoma que, aunque no llega a ser una patología, le lleva a alterar su conducta alimentaria.

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