lunes, enero 19, 2009

Nutricionistas sin salida en un país obeso

Querido director: Es sábado y acabo de terminar de hablar por teléfono con mis padres. No es que se trate de un acontecimiento memorable, pero como estamos a cierta distancia (unos 15.000 kilómetros) cada vez que cuelgo el teléfono me invade una especie de nostalgia que suele durar unas horas o días, según el estado de ánimo en el que me encuentre.

Esta vez quiero compartirla y por eso me he decidido a escribir. Para alivio de muchos no voy a detallar explícitamente lo que he hablado con quienes me dieron la vida, ya que, como mi madre no es la Pantoja ni mi padre Jesulín, dudo que a muchos les interesen los trapos sucios de mi familia. Un tema sí suele estar presente en estas conversaciones y es el tema del trabajo; trabajo que no consigo, por supuesto. Soy nutricionista y actualmente estoy cursando un master en Nutrición Humana. Me apasiona todo lo relacionado con esta disciplina, tanto que he decidido dedicarme a ello de por vida.

Pero el colectivo de diplomados en Nutrición Humana no está valorado, no se lo toma en cuenta para nada. Encontrar un trabajo acorde a mi perfil es prácticamente un sueño imposible. Cuesta creerlo, en un país donde el índice de obesidad infantil está a la cabeza de Europa y hasta me arriesgaría a decir del mundo.

Para desempeñar las tareas de un nutricionista basta con ser licenciado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Biología, Farmacia, diplomado en Enfermería y otros. No quiero que se malinterprete este último comentario, ya que guardo mis respetos a todos estos profesionales, pero me pregunto para qué diablos han creado una diplomatura en las universidades públicas si luego, a juzgar por mi experiencia, los titulados no encontramos sitio para desempeñar las funciones para las que fuimos preparados.

Considero que la formación continua es imprescindible para mantenerse actualizado y ampliar conocimientos, pero ¿tengo que empezar a estudiar otra carrera para poder conseguir trabajo de nutricionista? Me resulta un poco absurdo este planteamiento, pero la realidad parece ser esa.


Tengo 30 años y poca experiencia en el campo de la Nutrición (por falta de oportunidades) y no veo que el panorama cambie si a muchos les resulta que una persona emigre de su país dejando a toda su familia en él, que tenga que vivir en un sitio sin poseer permiso de trabajo, trabajar sin papeles (que prácticamente es lo mismo que decir sin derechos) para poder pagarse los estudios, ver a sus padres cada tres años, convivir con otras personas porque le sale mas económico, hacer malabares para compaginar los estudios con el trabajo (sin papeles), no tener derecho a percibir beca ni ningún tipo de ayuda social, no tener vacaciones porque hay que trabajar para pagarse la matrícula... Si todo esto significa no tener experiencia en la vida, no sé qué es lo que realmente pretenden. Creo que hay datos que no figuran en los expedientes académicos de las personas, pero que dicen mas de ellas que un título académico.

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