jueves, enero 15, 2009

Edgar Morin: «Es evidente que nos hemos quedado en la prehistoria de la mente»



Más conocido por su definición del pensamiento complejo, Edgar Morin (París, 1921) es también un «sociólogo de la vida y la humanidad», algo que queda claro en «Vidal y los suyos» (Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores), obra que se traduce por primera vez al castellano y en la que el pensador francés aparca su corpus teórico para orientarse a través de siglo XX utilizando la biografía de su padre como faro y brújula.

Nacido en Salónica en 1894 y testigo de las guerras balcánicas y las dos guerras mundiales, Vidal, el padre de Morin, es el protagonista absoluto de un libro que, asegura, escribió «riendo y llorando» y sin dejarse tentar por el libre albedrío de la ficción. « Para mí no hay ficción, aunque sea una vida novelesca», apunta. Tan novelesca que, según su autor, la historia de Vidal es también la de «los viajes de Occidente a Oriente» y la de las paradojas que han rodeado el desarrollo religioso en Europa y los países islámicos.

Un Islam tolerante en el pasado«Los cristianos rechazaron a los judíos en el pasado, que fueron acogidos por un imperio islámico. En el pasado, el Islam era religiosamente tolerante, pero todo esto cambió con la laicidad de Europa y el fracaso de democratización y desarrollo de los países árabes», recuerda el autor de «Pensamiento y barbarie». De ahí que, en su opinión, la radicalización del conflicto entre Israel y Palestina sea fruto «de un nuevo antisemitismo que no existía en el pasado». «Es un conflicto de dos naciones que se ha transformado en el conflicto de dos religiones, y la mezcla de nacionalismo y fanatismo religioso es lo peor que puede pasar», explica.

Vidal, el padre de Morin, es el protagonista absoluto de un libro que, asegura, escribió «riendo y llorando»

Quizá es por esto por lo que Morin considera que el ser humano sigue instalado en la prehistoria. «Es evidente que nos hemos quedado en la prehistoria de la mente humana, y cada vez parece más difícil salir de ahí, debido al subdesarrollo de la mente humana al maniqueísmo, la diabolización de los otros», asegura.

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