viernes, enero 09, 2009
Sonria por favor
Es un buen consejo para comenzar bien el año. Como individuos sociales que somos (en teoría), debemos poseer algún mecanismo que nos hace compartir el destino de nuestros congéneres. Nos alegramos cuando les va bien y nos entristecemos cuando les ha sucedido algo malo. Esta conducta se denomina empatía, palabra que proviene del griego y se utiliza como sinónimo de «ponerse en el lugar del otro».
La empatía es un bien muy escaso y, por lo tanto, apreciado en la sociedad actual, tan llena de competitividad insana, con demasiada frecuencia por miserias ridículas. Para muchos intelectuales es una cualidad necesaria para cualquier persona que pretenda ser considerada como ejemplo de sabiduría. ¿De dónde surge la empatía? La historia tiene su gracia porque demuestra que la fortuna es un gran aliado de la investigación científica. Es el serendipity de los anglosajones.
En 1996, Rizzolatti, Fogassi y Gallese, de la universidad de Parma, estudiaban cómo se modificaba la actividad del área cerebral F5 cuando los animales de experimentación realizaban determinados movimientos. Se percataron de que había unas neuronas que se activaban no sólo cuando movían una extremidad sino cuando veían al investigador ejecutar los mismos movimientos. Denominaron a estas neuronas como neuronas en espejo y comprobaron que existían distribuidas en amplias áreas cerebrales formando sistemas neuronales complejos.
Posteriores experimentos han mostrado que estas áreas se activan cuando una persona se pone en el lugar de otra y, lo que más importante, también se activan cuando uno piensa en ponerse en el lugar de otro. Es decir, el sistema de neuronas en espejo y la empatía se pueden entrenar.
Recomendación: hágalo todos los días.
Su función se altera en el autismo y en las psicopatías, por motivos bien distintos. En el caso del autismo, la causa es un problema de la maduración del cerebro mientras que en las psicopatías hay una mezcla de factores genéticos y ambientales todavía no del todo conocidos. Ambos comparten una característica común que es una falta de empatía que provoca una gran dificultad en entablar relaciones 'normales' con otras personas, incluso muy cercanas. Conocer cómo se origina la empatía puede resultar en algún tipo de terapia en el futuro.
Las neuronas en espejo son también un elemento clave en la imitación de conductas. De hecho, son en parte responsables de que las emociones se contagien. Por eso, cuando uno sonríe está induciendo una activación de las neuronas encargadas de esbozar una sonrisa en la otra persona quien no tiene más remedio que sonreír. Aplicación práctica de todo esto: cuando le llame el jefe para echarle un broncazo, entre en su despacho sonriendo...y rece para que el sistema de neuronas en espejo le funcione adecuadamente. ¡Suerte!
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