Ayer vi en las noticias un caso que me llamó la atención, y es que en el Reino Unido se le ha denegado la adopción a una pareja porque el marido presenta problemas de obesidad. Esta medida, que como podéis imaginar ha dejado a la pareja abatida, se encuentra dentro de la “persecución” a la obesidad que se está llevando a cabo en el Reino Unido, donde es un problema que afecta a una gran parte de la población.
Sin embargo, me pregunto si en este caso es adecuada la negación de adopción. Entiendo los casos en que se niega una fecundación artificial a una mujer porque ésta sea obesa, ya que su condición de sobrepeso podría poner en peligro el embarazo. Y teniendo en cuenta la cantidad de mujeres que esperan una fecundación asistida, sería lógico priorizar a las que más posibilidades tienen de que el embarazo llegue a buen término.
Pero en este caso estamos hablando de un padre con sobrepeso, la obesidad no se contagia y no afectaría al hijo. Según las autoridades, los riesgos de salud y tal vez de una muerte prematura de una persona con obesidad mórbida son un elemento a tener en cuenta en la adopción.
En ese caso, a él, del mismo modo que a las mujeres que desean fecundación artificial y son obesas, deberían ayudarles en su enfermedad.
El hombre es Damien Hall, que pesa 156 kilos y tiene 37 años. Él y su mujer, Charlotte, de 31 años, llevan 11 de matrimonio y durante todo ese tiempo han intentado tener hijos biológicos, sin lograrlo.
El matrimonio reside en Leeds, y el Ayuntamiento le permitirá presentar la solicitud si el marido baja de peso. ¿Le habrán ofrecido ayuda para ello, cuando sabemos que muchos casos de obesidad no dependen estrictamente de la voluntad del enfermo, sino que necesitan tratamiento?
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