Premio Galicia de Investigación; premio nacional Rey Jaime I de Medicina Clínica; premio internacional de Neuroendocrinología Geoffrey Harris; premio Novoa Santos de la Asociación de Médicos Gallegos, doctor honoris causa por la Universidad polaca de Lodtz... Y ahora presidente de la Sociedad Internacional de Endocrinología, con lo que se convierte en el primer español en asumir este cargo. A Felipe Casanueva, catedrático de Endocrinología en la Universidade de Santiago, jefe del servicio de endocrinología y salud del CHUS y director del Centro Nacional de Investigación en Red de la Obesidad y la Nutrición (CiberObn), en el que coordina a 27 grupos de toda España, se le acumulan los reconocimientos. Y repite, modestamente, el mismo comentario que cuando le dieron el último: «Es porque me estoy volviendo mayor». Casanueva dice que su mérito es el de la endocrinología gallega.
-¿El cargo es también una nueva responsabilidad?
-Sí, es una gran responsabilidad porque hay mucho trabajo que hacer, como la coordinación y dirección de todas las sociedades de endocrinología del mundo. Para el próximo año, y a propuesta mía, nuestro objetivo de trabajo va a ser África.
-¿Por qué África?
-En África hay países que no tienen insulina, hay pocos endocrinólogos y muy dispersos, y la situación desde el punto de vista clínico es dramática. África debe ser el objetivo de nuestra entidad.
-Y como endocrino, el ¿mundo occidental come mal?
-Comemos mucho y alimentos cada vez más ricos energéticamente, lo que se une a una reducción de la actividad física y esto está dando lugar a una epidemia mundial de obesidad cuyas repercusiones aún no se conocen bien, pero hay que tocar la voz de alarma.
-¿Pero existe realmente una epidemia de obesidad?
-Está fuera de toda duda, lo único que se discute ahora es su tasa de crecimiento.
-Para preocuparse.
-Sí, porque el problema no es solo la obesidad ni la mortalidad que arrastra, sino la aparición de diabetes melitus tipo II asociada a la obesidad. No solo nos enfrentamos a una epidemia de obesidad, sino también de diabetes, cuyas consecuencias sociales, sanitarias y económicas son difíciles de predecir.
-¿Existe conciencia de la gravedad del problema?
-No, todavía no se ha tomado la suficiente conciencia de su gravedad. Mucha gente aún sigue pensando que exageramos sobre sus riesgos. Pasa lo mismo que antes con el tabaco, que la gente te decía que no debía ser tan malo porque los médicos fumaban, y ahora ya ves. El problema se ve, pero no se vive todavía como acuciante.
-¿Qué datos hay?
-Un dato muy relevante es que en Estados Unidos se han reducido de forma espectacular las causas de mortalidad cardiovascular, todas menos las asociadas a la obesidad y la diabetes.
-¿Y existen nuevos riesgos?
-Hay algo muy importante que aún es desconocido para mucha gente, como es el hecho de que la obesidad se asocia ya a varios tipos de cáncer, como de pecho o colon. Y esto es algo totalmente demostrado. El cáncer debido a la obesidad probablemente vaya a aumentar como en el pasado lo hizo el asociado al tabaco.
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