Si la siquiatría es el estudio de la mente desde el punto de vista biológico y social, no es explicable que en las escuelas de negocios y liderazgo se le preste tan poca atención.
Siempre he tenido un profundo respeto y especial temor por la siquiatría. Posiblemente la manera como los medios informan sobre dicha profesión y películas que satirizan sobre el tema, como algunas de Woody Allen, han distorsionado la imagen que tenemos sobre la siquiatría. Es hora de replantear el tema.
El mundo requiere líderes en todas las áreas: en política, en el sector privado, en educación. Pero, cuales son los modelos de lideres que el mundo necesita: ¿Cómo Hitler, Stalin o Mussolini; o como Churchill, Gandhi o George Washington? ¿Cómo el actual Bush, Chávez o Ahmadineyad, presidente de Irán; o como Uribe, Obama o Lulla?
¿Cómo Madoff o Murcia, o como Bill Gates o Arturo Calle?
El profesor Manfred Kets de Vries, director del Centro de Liderazgo Global del INSEAD (Una de las 10 mejores escuelas de negocios en el mundo) y director del seminario “Creando Líderes Reflexivos”, se ha dedicado a estudiar posibles mejoras en liderazgo utilizando el sicoanálisis y la sicoterapia. Es consejero de corporaciones como Heineken, British Petroleum y Nokia. La prestigiosa revista “The Economist” considera a de Vries como uno de los principales pensadores en desarrollo gerencial.
Según de Vries la mayoría de los libros de negocios sobre liderazgo parten de la base de que los líderes son seres racionales. En ellos los lectores encuentran consejos y sugerencias de las motivaciones, comportamientos y modelos de buenos líderes. La literatura de negocios nunca estudia el lado irracional de los líderes, nunca analiza que sus éxitos se deben con frecuencia a sus debilidades y desequilibrios sicológicos. Para de Vries la irracionalidad es parte integral de la naturaleza humana y los conflictos sicológicos son en gran media los motivadores de un líder: “Todo líder requiere de una saludable dosis de narcisismo, con el fin de sobrevivir.
Es la fuerza que empuja el liderazgo. Características como asertividad, confianza, tenacidad y creatividad no son suficientes. Pero una vez el narcisista alcanza posiciones importantes de liderazgo, pueden pasar cosas muy peligrosas”. De allí las ventajas de recostar en el diván a quienes se proyectan como dirigentes y líderes. Explorar como sus primeras experiencias personales influyen en su comportamiento y entender su capacidad de enfrentar dolor, depresión y problemas en general.
En física se aprende que los desequilibrios generan movimiento de los cuerpos. Igual ocurre con las personas: líderes capaces de generar cambios, tienen algún desequilibrio. Dependiendo del tipo de desequilibrio, el cambio que promuevan podrá ser bueno o malo.
Según Freud, todo individuo arrastra consigo su mapa de relaciones y experiencias pasadas, las “transfiere” siempre al presente. Para Carl I. Cohen, profesor de siquiatría en el Centro de Salud Científica SUNY, en Brooklyn, la siquiatría pude liberar a las personas de la opresión social, física y sicológica y ayudarlas a ser lo que podrían llegar a ser, a alcanzar su realización personal. Puede liberar al individuo de los efectos de fuerzas biológicas internas que podrían ser causa de enfermedades mentales y liberarlo también de las “transferencias” negativas.
Si la siquiatría es el estudio de la mente desde el punto de vista biológico y social, no es explicable que en las escuelas de negocios y liderazgo se le preste tan poca atención. Si la función de un líder o administrador es liderar personas, entonces debe estudiar y entender las motivaciones y frustraciones que él y sus dirigidos puedan tener. Para Cohen la siquiatría debe desarrollar nuevos conceptos para asistir mejor a las personas en identificar sus propios valores, sus habilidades cognoscitivas y fijar sus metas de acuerdo a su estructura biológica y emocional.
Nunca me he reclinado en el diván de un siquiatra, sin embargo empezaré a reclinarme en el de casa ¡Conviene estar entrenado!
¿Usted en cuál se reclina?
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