Los 600 presos que fugaron de una cárcel en Perú que colapsó por el seísmo del 15 de agosto tienen plazo hasta el 4 de septiembre para entregarse a la policía sin represalias legales, anunció el sábado el Gobierno peruano.
El inusual pedido apareció en la gaceta oficial, donde se instó a los presos a volver de manera voluntaria tras las rejas, después de que la penitenciaría de la ciudad de Chincha se derrumbó por el terremoto, que alcanzó los 7,7 grados Richter.
"Aquellos que decidan retornar, tendrán derecho a que dicho abandono no se le considere como una agravante ni demérito en la evaluación de peticiones de beneficios penitenciarios", señaló el Gobierno.
Menos de 200 de los 600 presos de la cárcel Tambo de Mora, en Chincha, se han puesto en manos de las autoridades locales desde el seísmo del 15 de agosto. La mayoría de quienes volvieron están por cumplir su condena.
Los muros de la cárcel se derrumbaron y el local fue invadido por las aguas del mar, señalaron en días pasados algunos presos para justificar la fuga masiva.
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