domingo, agosto 26, 2007

Presidente hondureño anuncia diálogo con pandilleros juveniles

El Presidente hondureño Manuel Zelaya reiteró este sábado que saldrá a los barrios a buscar a los miembros de las temidas pandillas juveniles para dialogar y buscar solución al problema de la delincuencia en áreas marginales urbanas.


"Vamos a llegar a los barrios con actividades muy puntuales, con seguridad, deporte, cultura, educación, electricidad", anunció Zelaya en la ciudad de Danlí, 110 km al este de Tegucigalpa, donde participaba en una feria patronal.


La noche del viernes al inaugurar una feria de microempresas en el Instituto de Formación Profesional (Infop), en Tegucigalpa, Zelaya había hecho ya el anuncio del diálogo.


"Me quiero reunir con la juventud que no está estudiando, me voy a reunir con los miembros de pandillas para ver qué solución le damos al problema de inseguridad en los barrios", precisó.


"En septiembre vamos a llegar para hablar de tres temas fundamentales: primero, la seguridad, llegaré con la policía, con el ministro de Seguridad (Alvaro Romero) para ver qué es lo que está pasando en esos barrios", afirmó.


Días antes de asumir Zelaya el 27 de enero de 2006, el ministro de Seguridad anunció que, con la mediación de religiosos, iniciaría un diálogo con los líderes de las pandillas Mara Salvatrucha (MS) y Mara 18 (M-18), que según la policía están integradas por 32.000 jóvenes y que tienen unos 70.000 simpatizantes.


Los jefes de las agrupaciones que están en la cárcel respondieron estar dispuestos a dialogar con el gobierno para reinsertarse a la sociedad a cambio de empleo y oportunidades de rehabilitación y estudio.


Unos 800 jóvenes están presos al ser "cazados" en los barrios durante operativos que emprendió el gobierno de Ricardo Maduro (2002-2006), tras aprobarse la Ley Antimaras, que tipificó hasta 30 años de cárcel para los miembros de maras.


Los jóvenes, que se distinguen por sus tatuajes hasta en la cara, ropas holgadas y el cabello rapado, asolaban los barrios con asaltos y crímenes atroces, aunque la incidencia bajó desde que cayeron presos sus líderes.

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