domingo, agosto 26, 2007

La crisis frenará el crecimiento del PIB en España y llevará el Euríbor al 4,7%

La crisis hipotecaria de EEUU provocará el fin del "dinero barato" en España, ralentizará el crecimiento económico e impulsará la subida del Euríbor. Así se desprende del análisis realizado por varios expertos, que coinciden en que el ritmo de avance del PIB se reducirá, a partir de 2008, hasta tasas de entre el 2,5 y el 3 por ciento -a finales de 2006 repuntó un 3,8 por ciento y en el primer trimestre de este año lo hizo un 4,1, el nivel más alto en seis años-, mientras que el índice hipotecario se colocará en torno al 4,7 por ciento.

El director de la Gestora de Patrimonios de Ahorro Corporación, Josep Prats, explica a este respecto que, aunque no haya "efectos directos" por la crisis en los bancos y constructoras españolas, tanto a éstas como a los ciudadanos les afectará un encarecimiento del precio del dinero que contribuirá a la desaceleración del sector inmobiliario. Este sector "ha tirado mucho de la economía española", según el socio de Analistas Financieros (AFI) David Cano, quien señala que no habrá influencia en el crecimiento económico de 2007, pero sí a partir del próximo ejercicio, pues el "plazo de maduración" de este negocio es de dos a tres años.

"Se iniciarán menos proyectos inmobiliarios a un año vista, y se empezará a notar en una reducción de la actividad [nuevas viviendas] y en el desempleo", asegura Prats, que advierte de la "alta exposición" de los bancos a las promotoras.

El responsable de finanzas corporativas y análisis del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Manuel Colinas, subraya, no obstante, que las variables macroeconómicas de la Eurozona, y en particular de España, con crecimientos del PIB superiores al estadounidense y una inflación más contenida, permitirán que el "latigazo" de los mercados no tenga tanta repercusión como en EEUU. También destaca el prestigio del que goza el sistema bancario español en el análisis de riesgo, y el cuidado que ha puesto a la hora de conceder préstamos, lo que permitirá reducir la influencia del pinchazo.

En cuanto a la subida de las cuotas de la hipoteca, los expertos tienen claro que el Euríbor a 12 meses -al que está referenciado el grueso de los préstamos para vivienda en España- no alcanzará ni el máximo histórico del 5,248 por ciento registrado en agosto de 2000, ni el 4,80 que casi llegó a marcar en el mercado interbancario diario el pasado jueves. El responsable del IEE sostiene que la negociación diaria del indicador ha tocado techo y que se situará, "como máximo", 15 puntos básicos por encima del tipo de interés oficial que finalmente fije el Banco Central Europeo (BCE).

Los analistas están convencidos de que el BCE no subirá los tipos más allá del 4,50 por ciento -ahora está en el 4-, por lo que el Euríbor se situaría en el 4,65 por ciento. "El margen de subidas adicionales fuera de esto debe ser nulo", apunta Miguel Jiménez, de Renta4.

Manuel Colinas espera, en este sentido, que el BCE cumpla con el anuncio de elevar el precio del dinero a principios de septiembre y que, una vez conocida la decisión, se recupere la "tranquilidad relativa". A ese aumento de tipos en la Zona Euro podría seguirle un recorte (del 5,25 al 5 por ciento) en EEUU, donde Josep Prats cree que la Reserva Federal (Fed) aspira a dejarlos entre el 4,25 y el 4,50 por ciento.

El sector financiero español insiste en que la crisis hipotecaria no ha cambiado nada en lo que a la concesión de créditos se refiere, ya que las exigencias de garantía y los niveles de solvencia requeridos por bancos y cajas siguen igual. Lo que sí es cierto es que hay una menor demanda y que eso ha hecho caer en tres o cuatro puntos el crecimiento de la concesión de financiación. Desde el IEE creen que a esa tendencia puede sumarse un descenso del consumo, debido a la mayor dificultad de las familias para afrontar sus hipotecas.

El endurecimiento de las garantías y las primas a pagar por la concesión de créditos también afectará a las empresas de servicios, que estaban acostumbradas a realizar grandes movimientos corporativos o a conseguir nuevas concesiones. "Ahora no podrán hacer grandes compras como la que hizo Sacyr en Repsol, ACS en Ibedrola o la propia Acciona en Endesa", señala Prats.

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