domingo, agosto 26, 2007

Cómo Steve Jobs tradujo su fobia a los botones en una fortaleza de negocio

El iPhone es el intento de Steve Jobs de incursionar en un jugoso nuevo mercado para Apple Inc. Pero también forma parte de una batalla que Jobs ha librado desde hace décadas en contra de un objetivo mucho más amplio: los botones.

El nuevo celular de Apple carece de los teclados que adornan la mayoría de los modelos de sus rivales. En lugar de eso, ofrece una pantalla táctil para realizar llamadas y leer emails. Como resultado, el diseño es el más austero que ha ofrecido hasta ahora Apple, una compañía que ya es famosa por sus dispositivos minimalistas. Aunque muchas empresas de tecnología llenan sus productos con botones, Jobs los trata como si fueran impurezas que sacrifican la estética y complican el uso de los productos electrónicos.

La aversión a los botones se extiende a las tiendas de Apple, en cuyo diseño Jobs participa a menudo. Por ejemplo, el ascensor de la icónica tienda en Tokio no tiene botones para controlar los pisos en los que tiene que parar. El ascensor se detiene en cada una de las cuatro plantas del edificio.

Hace dos años, en un evento de Apple, Jobs se burló de la complejidad de los controles remotos tradicionales para productos electrónicos, incluyendo las computadoras "media center" diseñadas por Microsoft Corp. y sus socias. El ejecutivo mostró una imagen que comparaba los controles remotos de los "media centers" (con más de 40 cada uno) con el nuevo control remoto de Apple para reproducir películas y música en la Mac. El control de Apple tenía apenas seis botones.

"Nunca he visto una imagen que capte tan bien el sentido de Apple como ésta", dijo. En el evento, Jobs llevaba la camiseta negra de manga larga y sin botones con la que suele aparecer en público. Cuando se trata del diseño de productos, Jobs actúa como un editor exigente, desafiando a los ingenieros industriales y de hardware a que recorten funciones innecesarias que no agregan valor a un producto, dice un ex directivo de Apple. Los colegas que comparten su sentido de la estética, como Jonathan Ive, subdirector de diseño industrial de Apple, tienden a disfrutar de las carreras más exitosas en la compañía, aseveran ex ejecutivos.

Parece que los usuarios no suelen tener dificultades para adaptarse rápidamente a las peculiaridades de los diseños de Apple, como ha sucedido con el iPod.

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