jueves, agosto 30, 2007

El Gobierno autoriza la vacuna contra el papiloma humano

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, anunció ayer tras el Consejo de Ministros que el Gobierno ha aprobado la comercialización a partir de septiembre de Gardasil, la vacuna contra el virus del papiloma humano (VHP) de Sanofi Pasteur MSD. "Con ello España se sitúa a la vanguardia en las técnicas de prevención y en el grupo de países europeos punteros en las políticas públicas de salud", aseguró.

De la Vega señaló que esta decisión ha sido tomada "en un tiempo récord" y, con, ella España se suma al grupo de países que ya han recomendado incluir la vacuna en el calendario oficial, como Francia, Alemania, Reino Unido o Bélgica. El cáncer de cuello de útero, provocado por el VHP, es el segundo más frecuente en mujeres en el mundo y anualmente se producen medio millón de casos nuevos y unas 280.0000 defunciones.

En España, la prevalencia de infección por VHP es una de las más bajas de Europa. En los estudios realizados en población general se obtienen resultados en torno al 3,4 por ciento, detectándose valores más altos, entre un 10 y un 17 por ciento, en estudios realizados en mujeres que acuden a centros asistenciales, según datos del Ministerio de Sanidad. Se ha identificado un mayor riesgo asociado a mujeres con más parejas sexuales,así como una suave tendencia decreciente con la edad.

Concretamente, la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC) estimó la incidencia de cáncer cervical en España en 2002 en 2.103 casos, lo que supone una tasa de 7,6 casos por 100.000 mujeres. La mortalidad detectada en 2005 por el Instituto Nacional de Estadística (INE) fue de 594 fallecimientos por cáncer de cuello de útero, lo que supone una tasa ajustada por edad de 2 muertes por 100.000 mujeres, con una edad media de defunción de 63 años. Las cifras de mortalidad están también entre las más bajas de Europa.

De la Vega explicó que el Gobierno ha autorizado esta vacuna tras conocer el "pormenorizado informe" presentado por el ministro de Sanidad, Bernat Soria, que incluye los estudios técnicos previos, los ensayos clínicos realizados y la situación en otros países de la UE.

"Con el fin de acelerar los trámites legales y administrativos para comercializar la vacuna y para que sea incluida en el calendario de vacunación cuanto antes -explicó De la Vega-, el ministro Soria informará de la decisión a la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos que se celebrará en septiembre y al Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud que tendrá lugar en octubre para que pueda pronunciarse al respecto", teniendo en cuenta los informes técnicos y las disponibilidades presupuestarias de las comunidades autónomas a las que corresponde la financiación.

Además, el ministro también propondrá la puesta en marcha de un grupo de trabajo específico que elabore las recomendaciones pertinentes para mejorar el cribado de cáncer de cuello de útero, en el contexto de una vacunación universal, y desarrollar campañas de Educación Sanitaria, realizar estudios periódicos para conocer los genotipos de virus del papiloma humano circulantes.

El virus del papiloma humano es una de las infecciones de transmisión sexual más común, de la que se conocen más de cien tipos. La IARC considera que al menos trece de estos tipos son cancerígenos para los humanos. Aproximadamente, el 70 por ciento de los casos de cáncer de cuello de útero en el mundo son producidos por dos de estos tipos de virus. Otros dos genotipos de bajo riesgo producen un elevado porcentaje de displasias cervicales leves y más del 90 por ciento de las verrugas genitales o condilomas.

Generalmente, las infecciones por este virus ceden espontáneamente en un plazo máximo de dos años, pero pueden persistir y producir lesiones precancerosas de cuello uterino que, si no se tratan, pueden evolucionar en 20 o 30 años a un cáncer cervical.

La prevalencia de infección por el VPH está asociada a la edad, siendo más alta en la etapa inmediata al inicio de las relaciones sexuales. Posteriormente se produce una disminución muy marcada, hasta los 40 años, para estabilizarse a partir de esta edad.

La eficacia de la vacuna se considera que es muy alta en mujeres sin infección previa y disminuye en los estudios realizados en población general. Sin embargo, el ministerio puntualiza que la introducción de un programa de vacunación frente a VPH no eliminará la necesidad de otras iniciativas preventivas, ya que el cáncer puede estar producido por otros tipos de VPH no incluidos en la vacuna.

Así, la detección precoz mediante cribados sistemáticos es una estrategia de prevención secundaria muy eficiente para prevenir la presencia de cáncer cervical. Estos cribados deberán adaptarse a las recomendaciones sobre edad de inicio y frecuencia y la secuencia de uso de otras pruebas diagnósticas. Además, se considera fundamental intensificar en la población de mayor riesgo (15-25 años) las políticas de educación sanitaria y sexual, con especial incidencia en la utilización de medidas profilácticas, especialmente el preservativo, así como promover campañas de educación sanitaria para evitar que la percepción de seguridad tras la introducción de la vacuna lleve a un aumento de prácticas sexuales no seguras, de forma especial entre las adolescentes vacunadas.

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