domingo, agosto 05, 2007

El nuevo impuesto de matriculación prima la venta de utilitarios y diésel

La reforma del impuesto de matriculación impulsada por el Gobierno no convence del todo ni a los fabricantes ni a los ecologistas. La medida establece un nuevo sistema de pago de impuestos basado en la emisión de dióxido de carbono de los vehículos. Los más beneficiados por la nueva legislación son los utilitarios de gasolina y sobre todo, los motores diésel, que cuentan con un menor nivel de emisiones de dióxido de carbono.

Así, coches medios como Renault Megane, Citroën C4 o el BMW Serie 1 estarán exentos del pago. Eso no significa que los diésel contaminen menos, ya que emiten muchas más partículas que un gasolina. La Unión Europea incluso se está planteando normas más restrictivas para estas mecánicas. En la lista también se cuelan berlinas como el Toyota Prius y el Honda Civic 1.3 Hybrid, que combinan motores de combustión interna con eléctricos.

La reforma entrará en vigor el próximo 1 de enero y estructurará el impuesto en cuatro tramos, en vez de los dos actuales. Los vehículos que emitan menos de 120 gramos de CO2 por kilómetro estarán exentos del pago, mientras que se establece un nuevo tipo del 4,75 por ciento para los que emitan entre 120 y 160 gramos. La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) calcula que la reforma es neutra tributariamente, ya que la menor recaudación se compensará con el aumento de los tipos a los coches más contaminantes.

Anfac pide que se complemente con el Plan Prever, que termina este año, ya que un coche de los 70 contamina lo mismo que cien nuevos. "Es imprescindible la retirada de la circulación de los coches más antiguos, que es de donde proviene la contaminación", insiste Anfac. Tan sólo el 7,7 por ciento de los coches vendidos en 2006 emitían menos de 120 gramos. La patronal espera que la reforma incentive su demanda, aunque teme que ahora se distorsione el mercado y se ralenticen sus ventas hasta su entrada en vigor, porque supondrá rebajas de hasta 1.000 euros.

Los ecologistas tampoco están de acuerdo. "Este tipo de medidas son parches y brindis al sol", afirma el coordinador de Energía y Cambio Climático de Ecologistas en Acción, Pablo Cotarelo, que insiste en que "no va a tener mucho impacto porque la cuota de mercado de estos vehículos es bastante reducida". "Es, además, muy contradictorio, porque beneficia al diésel, que emite menos CO2, pero es mucho más contaminante por las partículas en suspensión", destaca Cotarelo.

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