(Por Rubén Levenberg) La industria tiene una participación fantasma en el PBI y en las exportaciones: Los productos que llevan partes de alto valor agregado elaborados en la Argentina. Muchas de esos consumidores son pequeñas y medianas empresas.
El lanzamiento oficial del Observatorio Permanente de la Industria del Software (OPPSI) por parte de la CESSI, cámara que agrupa a las empresas del sector, es un intento para profundizar el estudio del comportamiento de las empresas, sobre todo de las pequeñas y medianas, en materia de consumo de tecnología y comercio exterior. Con una suerte que parecen compartir, el sector de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y las PyMEs vienen creciendo en los últimos años a tasas altas, aunque todavía no representan un factor decisivo para el comercio exterior.
Con los US$ 350 millones que exportó el año pasado y aún ante la perspectiva de que la cifra crezca un 20 por ciento a lo largo de 2007, la industria de las tecnologías de la información todavía es un sector con un peso relativamente pequeño, si se toma en cuenta que las exportaciones totales superaron los US$ 46.500 millones, con una participación mayoritaria de cereales, combustibles –hoy en disminución- y automotores. A su vez las PyMEs exportaron el año pasado algo más de US$ 3600 millones, de los cuales US$ 2914 millones fueron ventas de productos de origen industrial.
Apariencias engañosas
Sin embargo, la evolución de la economía muestra que hay otros perfiles para analizar. El sector de las TIC es tal vez uno de los más difíciles de medir, porque si la Argentina exporta software –que representa el grueso de las ventas de tecnología- también vende autopartes, equipos de electro medicina, máquinas de los más variados tipos, automóviles, cereales transgénicos y alimentos procesados, sectores que en sí mismos son consumidores de productos de origen tecnológico.
Los fabricantes argentinos –o las filiales de grandes corporaciones- exportan productos que contienen software o hardware de mayor o menor nivel de sofisticación y de ellos, una gran proporción son pequeñas y medianas empresas, que tienen una alta participación en las exportaciones con mayor valor agregado.
Si el objetivo, como parece, es descorrer el velo y acercarse a un mayor conocimiento de la participación del sector tecnológico en el PBI y en el comercio exterior, la iniciativa servirá también para conocer cuál es el comportamiento de las PyMEs de la Argentina en materia de producción con partes locales y servirá para impulsar nuevas políticas para la industria y para el comercio exterior. En buena hora.
rlevenberg@bloggers.com.ar
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