domingo, enero 06, 2008

Lousteau se opone a que las pymes sean jerarquizadas fuera de su órbita y que Calcagno sea supersecretario

Martín Lousteau intentó bloquear la creación de una supersecretaría de pymes para que la maneje un “ministeriable” como Eric Calcagno. Pero como Cristina Kirchner está detrás de la iniciativa, tiene que resignar también este espacio de poder.


La promesa electoral de Cristina Kirchner sobre un renovado impulso a las pequeñas y medianas empresas durante su gobierno no termina de "bajar" al terreno de los hechos, debido a la puja que ha desatado en el elenco ministerial.

La principal objeción al rango de importancia que pretenden asignarle en la Casa Rosada proviene del titular del Palacio de Hacienda, Martín Lousteau, quien ya se venía oponiendo a la creación de una entidad financiera estatal dedicada al fomento crediticio de las pyme.

Pero en esta oportunidad, el joven ministro disputa un espacio de poder que se le abriría si la política hacia las pequeñas y medianas empresas fuese dispuesta desde un área autárquica, como el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, creyó leer de la directiva presidencial.

La jerarquización de las pyme, según la interpretación del funcionario político, parte de la designación de un responsable de predicamento, con fuerte compromiso ideológico con el desarrollo de este renglón dinámico de la economía real, como el ex embajador en Francia, Eric Calcagno.

El candidato de Zannini ya pidió licencia en su banca de senador para quedar en condiciones de asumir la conducción política de una Secretaría de Estado que se ocupe de las pyme, dependiente directamente de la Presidencia.

El proyecto es que funcione una suerte de Instituto Pyme, sacándolo de la esfera de Industria donde se encuentra actualmente, y cuente con financiación asegurada, como se hace en Brasil.

Según un informe de abeceb.com, existen en Argentina 14.020 pyme que exportan US$ 3.537 millones, más inclusive que en Brasil, donde esta categoría de firmas se aplica, principalmente, a la atención del mercado interno.

Calcagno ha recogido ideas en su estadía diplomática europea sobre cómo impulsar las pyme en la economía moderna, orientándolas a la integración regional.

Por eso, planteó la necesidad de actuar con manos libres para orientar el proceso, lo cual parecería bloquear un alineamiento burocrático con el organigrama del Palacio de Hacienda.

Lousteau no está de acuerdo con concederle ese vuelo a Calcagno y prefiere comprometer una prioridad en su agenda antes que abrir un nuevo frente de disputas internas de poder en el seno del gobierno.

Calcagno se remite a la intención original de convertir la Subsecretaría Pyme en Secretaría y dejó stand by su aceptación del cargo hasta que se definan los campos de acción. Es el único funcionario designado que no tiene su decreto de nombramiento firmado, como el resto de los subsecretarios.

El ministro de Economía habló con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y no obtuvo una satisfacción a su reclamo respecto de Calcagno, como tampoco logró que su mentor accediera a sacarle del staff a la subsecretaria Legal del organismo, Alejandra Taddei.

Plan B

Lo cierto es que, al no poder frenar la designación de Calcagno, Lousteau aplica un plan B, que es restarle margen propio de acción.

Algo parecido sucedió cuando se pronunció públicamente en contra de abrir un nuevo banco de fomento, similar al brasileño, al aducir que las entidades oficiales ya existentes podrían manejar líneas especiales de crédito que contuvieran esos incentivos.

Y finalmente el punto de transacción fue el impulso al BICE, pero a costa de conceder que al frente se haya puesto a su antecesor en el cargo y hombre de la UIA, Miguel Peirano.

Precisamente, las relaciones del ministro con la central fabril no atraviesan por su mejor momento. Tras la reunión que mantuvo con sus principales dirigentes, los ecos del descontento de los empresarios llegaron a la Casa Rosada.

Las limitaciones que le impusieron al titular del Palacio de Hacienda ya empezaron condicionándolo con el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, quien lo salpicó con su rotundo fracaso en el acuerdo de precios con el sector lácteo.

Pero uno de los fantasmas mayores que avizora hoy Lousteau es el senador Calcagno, un eventual competidor si se le complica el frente en el Ministerio de Economía.



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