Ya pronto se van acercando elecciones en muchos de nuestros países. Teóricamente, cada persona que se nomina debe de poseer las cualidades de liderazgo que lo ponen por encima de los demás ciudadanos que son elegibles para poder ocupar esa posición.
Es cierto, muchas personas muy calificadas y capacitadas que pudieran ser candidatas a esas posiciones van a decidir no tirarse al ruedo, por diversas razones. No tienen el tiempo, no quieren arriesgarse, no quieren meterse en política, no quieren sacrificarse, la política es sucia, etc. etc. Bueno, pues esas personas no van a estar en la papeleta electoral y por lo tanto no pueden ser consideradas y el pueblo tiene que elegir entre los que sí tomaron la decisión de aspirar a los diferentes cargos y por lo tanto, esos son los mejores candidatos.
Y todos aquellos que no quisieron aspirar tienen que aceptar al que gane y entender que cada pueblo tiene los gobernantes que se merecen. Bueno, en la mayoría de los casos. En ocasiones un pueblo elige a un gobernante de buena fe y ese gobernante cuando ya tiene el poder decide cambiar las reglas del juego para así quedarse en el poder y convertirse en un dictador democráticamente electo. Ningún país se merece eso y la sociedad civíl tiene que hacer lo que sea para que eso no suceda. Un país que cae bajo un gobierno totalitario no puede progresar y jamás podrá darles a sus ciudadanos el bienestar social que su pueblo merece. Por eso tenemos países ricos en recursos naturales con gente muy pobre que no reciben los beneficios de esas riquezas.
Dicho esto, es apropiado en este artículo sacar a relucir un estudio conducido por el Centro para la Innovación y los Empresarios, una institución que investiga lo que la gente espera de sus líderes y que lo viene haciendo en los últimos 20 años. El estudio se centra en entrevistas a miles de ejecutivos en empresas privadas y gubernamentales.
Ellos hicieron la siguiente pregunta: ¿Qué valores (rasgos personales o características) busca usted o admira en un líder?
No es sorprendente que en respuesta a esa pregunta abierta, los entrevistados identificaron más de 225 diferentes valores, rasgos y características. Un análisis más detallado redujo todas estas características a 20 finalistas. El cuestionario se les administró a más de 75,000 personas en todo el mundo y se sigue administrando cada par de años para actualizarlo.
Como parte de la metodología, toman esas 20 características y le piden al entrevistado que seleccione las “siete” que mas ellos identifican con un líder que admiran, un líder cuyas directrices ellos seguirían voluntariamente. A los encuestados se les dice claramente que la palabra clave en la pregunta es “voluntariamente”. ¿Que esperarían ellos de un líder que siguen porque “quieren”, no porque “tienen” que seguirlo?
Los resultados que el Centro ha recopilado año tras año impresionan por la regularidad de las respuestas. Aunque todas las características reciben algunos votos, y por lo tanto son importantes para algunas personas, lo que es más impresionante y evidente es que a través del tiempo y en los diferentes países del mundo, solo cuatro han recibido continuamente más del 50% de los votos. Los investigadores nos dicen que algunas cualidades se han acercado a estas cuatro pero que no han llegado a destronarlas. Estas cuatro características son:
Honestidad
Vision de futuro
Competente
Inspirador
Ahora que sabemos esto, le sugiero a usted en su país comparar estas cuatro características con los candidatos a los diferentes puestos disponibles, desde el más humilde escaño hasta el Presidente de la República. Escriban los nombres de los candidatos y al lado de cada uno, presente estas cuatro cualidades y dele una nota para que así usted escoja al mejor de todos.
Para ayudarlo a tomar una buena decisión, puede guiarse por un dicho muy sabio de Lao Tzu:
“Un líder es un gran líder cuando la gente casi ni sabe que existe, no tan bueno cuando la gente lo obedece y lo aclama, y peor aun cuando la gente lo desprecia...Pero de un buen líder que habla poco cuando hace el trabajo, sus objetivos cumplidos, la gente entonces dirá: “lo hicimos nosotros mismos.”
Recuerden mis estimados lectores, que hay muchos elementos en la fórmula del bienestar social. El liderazgo es lo más importante, todo lo demás viene después.
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