sábado, septiembre 01, 2007

Turistas llevan dinero a distritos pobres de Sudáfrica

Tras ver tantos autobuses repletos de turistas buscando una fugaz visión de la pobreza en Sudáfrica, Lawrence Rolomana decidió intentar ganar una parte del dinero que los extranjeros gastaban.


Aburrido, desempleado y residente de un asentamiento, Rolomana, de 22 años, se acercó a los guías de las excursiones y preguntó "¿Podrían compartir a sus huéspedes con nosotros?"


Rolomana sugirió mostrar a los visitantes el asentamiento donde vive, ofreciéndoles más que un fugaz vistazo desde el camino.


"No hay problema," le dijeron, "en la medida en que los traigas de vuelta en una sola pieza."


Atraer turistas puede parecer una tarea de enormes proporciones para alguien que vive en un asentamiento en un municipio de Soweto, al borde de Johannesburgo, la ciudad más peligrosa del mundo fuera de una zona de guerra.


Sin embargo, cada semana Rolomana y sus amigos pasean por su comunidad a cientos de visitantes, en su mayoría occidentales, interesados en ver el lado oscuro de la nueva Sudáfrica.


Las pequeñas casuchas del asentamiento Motsoaledi no tienen agua ni electricidad. Padres e hijos comparten unos pocos metros cuadrados, posiblemente una mesa, una cama y un televisor que funciona a batería de automóvil. No hay museos ni atracciones turísticas obvias.


Antes de que se organizaran las excursiones, los visitantes en camino a ver la casa del ex presidente Nelson Mandela en Soweto, el crisol de la lucha anti apartheid, ya se detenían para echar un vistazo desde la seguridad de los autobuses.


Cuatro años más tarde, después de trabajar con los residentes sobre seguridad y turismo, los guías profesionales están felices con el arreglo.


También lo están Rolomana y otros 20 residentes que comparten el trabajo.


Recorrer el asentamiento es gratis. Pero en un buen día Rolomana puede ganar hasta 100 rand, 13,5 dólares, en propinas, al llevar a los turistas a un breve paseo por los angostos callejones a visitar una casucha y a ver a los residentes, ir y venir y recoger agua de una de las llaves comunales.


Eso aproximadamente equivale a casi la paga diaria de un guardia de seguridad en un complejo de departamentos en un suburbio adinerado.


NUMEROS QUE CRECEN


Un creciente número de turistas visita los municipios como Soweto entre safaris y viajes a la playa en Ciudad del Cabo.


¿Acaso les molesta a los residentes negros que los turistas mucho más ricos y a menudo blancos vayan a observar su pobreza?


Muchos dicen que no.


Desmond, de 42 años, quien se mudó a Soweto de la región sureste de Cabo del Este y vive en unos pocos metros cuadrados con su esposa y cuatro hijos, trata de sobrevivir trabajando de vez en cuando. El hombre le da la bienvenida al dinero extra.

"Me siento feliz porque la gente nos puede ayudar. Se siente bien, ningún problema," afirmó. Los visitantes, quienes se van después de intercambiar algunas palabras, a veces dejan un billete cuando le estrechan la mano.

En el callejón, Adili, un estudiante de 17 años, comentó: "Es algo bueno, porque la mayoría de las veces nos dan algo."

Algunos visitantes, sin embargo, no se sienten cómodos.

"No necesitaba ver cómo es un asentamiento y visitarlos como si vivieran en un zoológico," comentó la turista belga Lieve Vantecom, quien dijo preferir conocer la parte de Soweto relacionada con la lucha anti apartheid.

Otro problema quedó en evidencia cuando un niño llegó con la mano extendida, la única persona mendigando durante la visita de 20 minutos.

Existe el riesgo que a los niños en edad escolar les tiente faltar a clase ante la posibilidad de hacerse de unas pocas monedas.

El guía profesional Antonio Vukman dijo que los visitantes usualmente querían ver los asentamientos pero que el dinero era un problema y las excursiones necesitaban estar mejor organizadas, con un precio fijo.

"Las personas recalcan su pobreza, piden dinero. (A las excursiones) les falta estructura," afirmó.

"Puede que las excursiones saquen a Soweto del itinerario si la gente se queja de verse obligada a dar dinero," agregó Vukman.

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