Los líderes de la región Asia-Pacífico acordaron reducir las emisiones de gas de efecto invernadero, en una declaración no vinculante que apenas establece como objetivo una “aspiración a largo plazo”. Recientemente, el papa Benedicto XVI instó a los jóvenes del mundo a defender el planeta y toda creación divina, en su primera intervención pública acerca del cambio climático producido por la contaminación ambiental.
El primer ministro australiano, John Howard, dijo que los 21 líderes acordaron una “Declaración de Sidney” sobre el cambio climático, y resaltó la necesidad de que todas las naciones desarrolladas y en desarrollo contribuyan de acuerdo a sus propias capacidades a reducir los gases de efecto invernadero.
Las organizaciones ecologistas condenaron el hecho de que no se hayan establecido metas vinculantes. La declaración fue resultado de un compromiso entre las economías ricas y pobres de la APEC, que juntas representan el 60% de la economía mundial. Las economías en desarrollo, lideradas por China e Indonesia, se opusieron a comprometerse con objetivos vinculantes porque creen que perjudicarían su crecimiento económico. Argumentan que las naciones desarrolladas deben asumir más responsabilidad respecto del cambio climático. (DPA)
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