jueves, septiembre 27, 2007

Acusan a policía de Chicago de planear contratar sicarios

Un policía de Chicago acusado en un caso de corrupción sopesó contratar a pandilleros callejeros para que maten a un ex colega y potencial testigo en contra suya, de acuerdo con una demanda federal presentada el miércoles.


Jerome Finnigan, de 44 años, es citado en la declaración jurada de un agente del FBI diciendo a otro acusado que estaba esperando a alguien menos riesgoso que un pandillero pero advirtió que el costo podría subir por "pintores profesionales" - código usado para los asesinos.


Finnigan, quien está suspendido, es uno de los seis miembros de una unidad elite de Chicago que ya ha sido acusado de usar su placa para parar a residentes e intimidar a la gente. El se ha declarado inocente de los cargos estatales que se le imputan, incluyendo robo armado y secuestro agravado.


De acuerdo con funcionarios federales, el hombre al que se pensaba asesinar podría ser un testigo contra Finnigan tanto en la investigación federal como en el proceso estatal presentado en una corte criminal del condado de Cook.


Finnigan habló el fin de semana pasado sobre matar a otros tres policías que creía estaban cooperando con las investigaciones, de acuerdo con la declaración jurada y el fiscal federal Patrick Fitzgerald.


Las autoridades federales también están investigando la sección especial de operaciones del de la policía, que se enfoca en drogas y pandillas.


Durante una breve comparecencia en corte, Finnigan, con grilletes en los tobillos, dijo que entendía los cargos en su contra. El juez federal Jeffrey Cole ordenó que siguiera arrestado hasta el lunes, cuando se realizará una audiencia de detención.


Su abogado defensor Michael Ficaro dijo que daría comentarios después de saber más sobre el caso.


Agentes del FBI arrestaron el miércoles en la mañana en su casa a Finnigan, quien estaba libre tras pagar una fianza de cuatro millones de dólares por el caso estatal, indicaron las autoridades.


El está acusado de usar un teléfono para ordenar la muerte de alguien. En un caso como el de Finnigan, en el que no ha ocurrido ninguna muerte o lesión, la sentencia máxima podría ser 10 años de prisión y una multa de 250.000 dólares, señalaron las autoridades.

No hay comentarios: