viernes, septiembre 28, 2007

Brasil concede refugio a dos atletas cubanos

Brasil concedió el viernes el estatus de refugiado a dos atletas cubanos que abandonaron su delegación en los pasados Juegos Panamericanos de Río de Janeiro.


El refugio fue concedido a Rafael Dacosta, jugador de handbol, así como al ciclista Michel Fernández García, dijo el secretario ejecutivo del Ministerio de Justicia, Luiz Paulo Barreto, en un breve anuncio a los periodistas en la sede de su despacho.


La decisión fue tomada por el llamado Comité Nacional para Refugiados (Conare), el organismo colegiado de ocho miembros y dependiente de Ministerio de Justicia, que debate las solicitudes.


Según el Ministerio, ahora Dacosta y Fernández recibirán documentos de identidad brasileños y con ello tendrán acceso a servicios públicos de salud y educación, podrán buscar empleo, así como contarán con la protección jurídica del estado.


Ya ambos atletas tenían una licencia de trabajo provisional, que obtuvieron al pedir el refugio ante el Conare, indicó un despacho del servicio oficial de noticias Agencia Brasil.


Después de seis años, los dos cubanos podrán pedir la residencia permanente en el país y si lo quisieran su naturalización, agregó Agencia Brasil.


Barreto dijo que por los argumentos presentados por los atletas ante el Conare "demostraron la necesidad de tener esa protección (del estado) de Brasil". Dijo no poder dar detalles porque los procesos de debate del Conare son confidenciales.


Indicó que Dacosta y Fernández no podrán salir del país sin previa comunicación con el gobierno brasileño y que deben seguir las leyes locales.


Tras abandonar la concentración de los Panamericanos de Río en julio, los atletas aparecieron poco después en la ciudad de Sao Paulo y desde entonces se han mantenido fuera de la lupa pública.


Otros dos atletas cubanos, los boxeadores Guillermo Rigondeaux, doble campeón olímpico peso gallo, y Erislandy Lara, campeón mundial welter, desaparecieron de la villa panamericana el 20 de julio. Once días más tarde la policía los detuvo en una playa a las afueras de Río de Janeiro y 48 horas más tarde estaban de regreso en Cuba tras afirmar que deseaban volver a la isla.

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