Bolivia nacionalizará este año la operadora de ductos Transredes, controlada por el grupo internacional de inversiones Ashmore Energy, y una compañía alemana-peruana de almacenamiento de carburantes, a través de una negociación, dijo el martes el ministro de Hidrocarburos.
La recuperación del control estatal sobre Transredes y la Compañía Logística de Hidrocarburos de Bolivia (CLHB) es el próximo objetivo del proceso de nacionalización del sector iniciado en mayo del 2006, anunció el ministro Carlos Villegas, señalando por primera vez un plazo para esta operación.
El Gobierno de Evo Morales completó en agosto la recompra de dos refinerías que habían sido adquiridas hace siete años por la brasileña Petrobras, operación que siguió a la firma de nuevos contratos con la decena de transnacionales que explotan hidrocarburos en el país altiplánico.
Villegas recordó que, por mandato del decreto de nacionalización, los siguientes pasos son la recuperación de Tranredes, CLHB y las petroleras surgidas de la privatización de la década pasada: Andina, controlada por la española Repsol-YPF, y Chado, en manos de la estadounidense Panamerican Energy.
"Con Ashmore, la semana anterior hemos elaborado una agenda de trabajo donde se incluyen varios puntos, entre ellos la nacionalización o la recuperación de la propiedad de Transredes," declaró el ministro en la ciudad oriental de Santa Cruz, según un reporte de la cadena radial Fides.
"Máximo este año vamos a recuperar Transredes y CLHB y el plazo es el 31 de diciembre de este año," aseguró.
Villegas añadió que el Gobierno boliviano se propone recuperar el año venidero el control de Andina y Chaco, también vía negociación.
Los planes de nacionalización de Transredes fueron anunciados al mes siguiente de que esta compañía dijera que planea invertir más de 1.000 millones de dólares en el sistema de ductos de Bolivia, para atender un mayor suministro a Argentina y a una futura industria siderúrgica local.
Tras adquirir derechos de la quebrada firma estadounidense Enron y la anglo-holandesa Shell, Ashmore Energy International tiene el 50 por ciento y la administración de Transredes, en la que la petrolera estatal boliviana YPFB controla el 34 por ciento e inversionistas particulares la participación restante.
YPFB pretende comprar al menos 17 por ciento de acciones de Ashmore, para asumir el control de la compañía que opera la mayor red interna de ductos y controla el tramo boliviano de un gasoducto Bolivia-Brasil, según un anuncio oficial previo.
La petrolera boliviana buscará también la mayoría accionaria en CLHB, un consorcio conformado por OilTanking de Alemania y Graña Montero de Perú, que opera un sistema de almacenamiento y poliductos para transporte interno de derivados de petróleo.
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