sábado, septiembre 15, 2007

Nuevo brote de fiebre aftosa pone en alerta a Inglaterra

Los primeros exámenes del virus de la fiebre aftosa detectado en ganado en una granja en el condado de Surrey, sur de Inglaterra, indican que la cepa es idéntica a la que causó el brote en agosto pasado, indicaron el jueves las autoridades sanitarias británicas.



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El ministerio británico de Medioambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (Defra) indicó que los resultados de las pruebas iniciales efectuadas en ganado de una granja en la ciudad de Egham demostraron que la cepa del virus es igual la detectada en reses en la misma región del sur Inglaterra el mes pasado.

Las autoridades británicas -que confirmaron el martes el nuevo brote de fiebre aftosa en una granja de Surrey, sólo cinco días después de haber anunciado que la enfermedad estaba controlada- impusieron una zona de protección alrededor del criadero donde se declaró el brote de esa enfermedad.

En esta zona de control de diez kilómetros alrededor de la granja afectada están las Granjas Reales Windsor, propiedad de la reina Isabel, con unas 400 cabezas de ganado vacuno y 2.000 cerdos.

Las autoridades prohibieron el transporte de animales en todo el país y suspendieron las exportaciones de ganado y productos animales para evitar la extensión del virus, que es sumamente contagioso y causa serios problemas a los ganaderos.

El gobierno comenzó también a sacrificar a una manada de ganado sospechosa de padecer fiebre aftosa, con el objetivo de erradicar la enfermedad y evitar que se repita la epizootia de hace seis años, que causó grandes estragos en Gran Bretaña, golpeando en particular al sector ganadero.

Al mismo tiempo se están examinados otros animales para detectar si no están contaminados.

Una señal de la movilización de las autoridades británicas para luchar contra la extensión del virus es que el primer ministro británico, Gordon Brown, presidió el jueves el comité de crisis, conocido como Cobra, a la que asistió la asesora veterinaria del gobierno, Debby Reynolds y otros expertos.

Esas medidas han alejado un poco el temor de que se repita la epizootia de hace seis años, que estalló en febrero y no se contuvo hasta octubre del 2001, tras haberse sacrificado millones de reses y sufrido pérdidas económicas millonarias.

Ese año, la fiebre aftosa, que hace que aparezcan ampollas en las patas y la boca de los animales infectados, dejó sin ovejas, vacas y cerdos los campos, praderas y establos de grandes zonas de Gran Bretaña.

El gobierno defendió el jueves su decisión de declarar hace cinco días que el país estaba libre de aftosa, tras el brote en dos granjas de Surrey en agosto pasado.

"Fue una decisión basada en pruebas científicas. Fue una decisión tomada por la veterinaria asesora y apoyada por muchos expertos", indicó un portavoz gubernamental, que negó presiones políticas para declarar que se había erradicado la aftosa en Gran Bretaña(agencias).

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