sábado, abril 25, 2009

El olor del sexo

Le vi, le olí y me gustó. Pocas veces reparamos en uno de los aspectos más importantes de nuestra sexualidad: el olor, que nos atrae como imanes a nuestro objeto de seducción y desencadena la exitación.



Está claro que cada persona es un mundo y que las apetencias varían en función de cada uno, pero el olor es tan importante que forma parte de la fantasía general. La terapeuta y orientadora sexual Leonor Saiz Vergaz ha contado a El Confidencial que, a pesar de que “los hombres tienen una respuesta sexual más corta que las mujeres y todo les entra por la vista, a diferencia de ellas, que son más afines al tacto”, “es el olfato el sentido que nos permite conectar con el mundo. Con el que percibimos y gracias al que somos percibidos”, explica.



Además, “los olores forman parte de las fantasías debido a que somos más capaces de disfrutar cuando asociamos los olores a experiencias gratificantes de nuestra vida”. Aunque, “el aditivo de los perfumes es un poderoso elemento de seducción”, “los olores naturales de nuestro cuerpo son fuente de excitación”, no así como fuera de este escenario sexual. “Cuando uno está en el meollo de la cuestión, al estar super-excitado y ver excitada a la otra persona, los olores corporales son muy apetecibles porque muestran que el otro está ahí y que está gozoso”.



Diferentes estudios han analizado el papel de las feromonas en la sexualidad humana. Unas investigaciones apuntan que, aunque los hombres no sean conscientes de que la mujer está ovulando, responden con un incremento de testosterona. Otras han llegado a decir que las colonias masculinas producen un decrecimiento de la respuesta sexual femenina, y hasta las hay que aseguran que tener sexo activo con frecuencia nos hace olor diferente y predispone hacia la actividad sexual.



Según la experta, “a efectos del cuerpo femenino, en la ovulación y en el parto se segrega más oxitocina y serotonina, pero no por ello el hombre se siente mas atraído en estos momentos. Esto pertenece al mundo animal. Los humanos, afortunadamente, nos regimos racionalmente”.



Sea como fuere, cada participante del acto sexual tienes unas inquietudes y gustos individuales que no tienen por qué coincidir con las del resto de los mortales. Lo que realmente no es objeto de discusión es que el olor es un estimulante del erotismo que despierta el placer sexual y que ha sido así históricamente.



Según Saiz Vergaz, “la cultura del olfato es diferente en cada sociedad: en la gitana, el olor de la mujer erotiza, pero en la cultura occidental, utilizamos el perfume como elemento de seducción
y se recurre a los aromas como aditivo para preparar un ambiente propicio para el ambiente intimo. Muchos encienden incienso, pero todos se perfuman. Queremos tapar nuestro olor propio porque nuestra cultura apuesta por los olores de fuera”.



A pesar de nuestra insistencia por tapar nuestro olor natural con fragancias, “la transpiración corporal surgida a raíz del gasto de energía que se produce en el acto sexual y la descarga de fluidos genitales, siguen siendo fuente de excitación, pero generalmente hay unas técnicas como el cunilingus o la felación que nos gusta practicar cuando el genital no huele”. Claro que, para gustos, colores, porque ¿quién no ha tenido la curiosidad de olor la ropa interior de su pareja?



Como bien dice la experta, “la respuesta sexual humana tiene un proceso general ascendente compuesto por el deseo, la excitación y el orgasmo”, pero “la forma en que nos excitamos cada uno no tiene porque ser general”.



Si es usted de los que les gusta oler y ser olido, anímese a probar un consejo que la terapeuta sexual denomina ‘placereado’, que se basa en la focalización sensorial. “Yo aconsejo que antes haya un encuentro en el baño utilizando agua caliente y olor de sales, aceites de baño o espuma con olor, porque la mezcla apacigua y ayuda a que las dos personas conecten”. Según la orientadora, “da muy buenos resultados porque predispone para sentir placer”.


Tenga a mano flor de azahar, aromas cítricos, canela o té y deseche el narciso -pésimo para asuntos de alcoba-. Ya sabe que el olfato es fundamental para disfrutar de una relación sexual placentera, así que bienvenido al mundo de los olores.

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