La crisis económica mundial afectará indirectamente a la
salud de trabajadores de todo el mundo. Así lo señaló la semana pasada en Madrid Rokho Kim, director del Programa de Salud Laboral del Centro Europeo para el Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Es de esperar que los trabajadores paguen el precio de la crisis si las empresas recortan en cuestiones que consideren menos esenciales, como la prevención y promoción de la salud", lamentó el experto en la celebración de la Sexta Reunión de la Red Europea de Centros Colaboradores de Salud Laboral de la OMS. "Además, en un entorno financiero complicado se exige a los trabajadores un mayor esfuerzo y en unas condiciones más peligrosas".
salud de trabajadores de todo el mundo. Así lo señaló la semana pasada en Madrid Rokho Kim, director del Programa de Salud Laboral del Centro Europeo para el Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Es de esperar que los trabajadores paguen el precio de la crisis si las empresas recortan en cuestiones que consideren menos esenciales, como la prevención y promoción de la salud", lamentó el experto en la celebración de la Sexta Reunión de la Red Europea de Centros Colaboradores de Salud Laboral de la OMS. "Además, en un entorno financiero complicado se exige a los trabajadores un mayor esfuerzo y en unas condiciones más peligrosas".
Con la crisis es de esperar que aumente la temporalidad y la inestabilidad laboral, "dos factores importantes que influyen en el riesgo de accidentes de trabajo", apuntó Manuel Peña, presidente del Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social (centro colaborador de la OMS). A ello hay que añadir que el "miedo a perder el trabajo y los ahorros son fuentes importantes de estrés", alegó Max Lum, representante de la Junta de la Red Global de Centros Colaboradores de la OMS.
El coste, tanto humano como económico, asociado a morbimortalidad laboral es muy alto. En términos económicos, Kim expuso que para un país como España esta partida supone el 4 por ciento del producto interior bruto (PIB), tasa similar a la del crecimiento anual. "Es absurdo ganar dinero por un lado y gastarlo por otro", resaltó. Por este motivo, destacó que la OMS, con la colaboración entre otros de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), acaba de poner en marcha el Plan Global de Acción para la Salud de los Trabajadores 2008-2011. Es una herramienta global que cuenta con el apoyo de sus centros colaboradores y para la que Kim considera "esencial" trabajar con los gobiernos nacionales con el fin de lograr su implantación efectiva. En España, el representante de la OMS ha detectado "una buena disponibilidad por parte del Ministerio de Sanidad".
El plan se ha marcado como objetivos prioritarios el desarrollo de instrumentos normativos sobre salud de los trabajadores; la protección y promoción de la salud en el lugar de trabajo; mejorar el acceso a los servicios de salud laboral; desarrollar estudios e información con aval científico que fundamenten las medidas en este ámbito, y la integración de la salud laboral en las políticas nacionales.
"Cada año fallecen en Europa cerca de 300.000 personas por motivos relacionados con las enfermedades laborales. Algunas de estas muertes están directamente ocasionadas por accidentes laborales (27.000 personas al año) y el resto se deriva de enfermedades cardiacas, pulmonares y factores de riesgo asociados como el estrés y la depresión", aseguró Kim.
Según Peña, la cuarta parte de los trabajadores europeos considera que sus responsabilidades laborales están perjudicando su salud y el 71 entiende que está expuesto a algún riesgo de accidente en su puesto de trabajo, especialmente en el sector de la construcción.
Dolor muscular
Además, el 74 por ciento sufre molestias musculoesqueléticas, que constituyen la enfermedad profesional más común en la Unión Europea, y el 25 por ciento está estresado. El estrés motiva a su vez entre el 50 y el 60 por ciento de bajas laborales.
El estrés ya es un factor de riesgo establecido de enfermedad cardiovascular (ECV), ya que puede aumentar hasta un 46 por ciento el grosor de las arterias. Un estudio en 10.308 empleados públicos londinenses de entre 35 y 55 años halló que los estresados presentaban un riesgo un 32 por ciento superior de sufrir ECV. Depresión, ansiedad, neurosis, gastritis, insomnio y colitis también forman parte del largo listado de enfermedades que pueden desencadenarse a causa del estrés.
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