miércoles, diciembre 31, 2008

El perdón

Hay personajes que por su alto sentido humano, espiritualidad, forma de actuar, de vivir, de ser o de pensar se convierten en escuela de vida para quienes conviven con ellos, los escuchan o los leen.

Uno de mis escritores favoritos es el sacerdote de la Compañía de Jesús y místico hindú Anthony de Mello, quien con una extensa obra que va desde Autoliberación interior, pasando por El canto del pájaro hasta llegar a Medicina del alma, logra combinar sutilmente en sus escritos la espiritualidad oriental con la occidental conduciéndonos con ellos a escuchar nuestra voz interior para darnos en sus enseñanzas un legado de vida.

Me encantan todas las lecciones de Anthony de Mello, hoy parafraseo una de ellas para usted, resulta que en el pueblo había una mujer plena de amor a Dios y a la vida que todos decían que era una santa, cierto día se “apersonó” con el padre Chuyo diciéndole que por las noches creía escuchar la voz de Dios.

––Puede que estés escuchando a la voz de tu imaginación –dijo el querido sacerdote– pero la próxima vez que te hable el Señor, haz una prueba para ver si es exactamente Dios.

––¿Una prueba? –preguntó la humil-de mujer.

––Sí, le dirás que te haga el favor de decirte todos los pecados cometidos por este servidor, si en verdad es Dios quien te habla, te hará la revelación de mis pecados, al día siguiente vendrás a la catedral a contarme los pecados que el señor te haya revelado.

––Con mucho gusto seguiré sus indicaciones –dijo la humilde mujer al mismo tiempo que se retiraba a casa. No habían trascurrido 15 días, cuando la mujer regresó a la catedral con el padre Chuyo.

––¿Te habló nuevamente el Señor?

––Así lo creo su señoría –dijo amablemente la mujer.

––¿Le preguntaste, como te pedí, lo de mis pecados?

––¡¡Claro, padre, que lo hice!!

––¿Y qué fue lo que te dijo el Señor?

––Dios me dijo anoche “Dile al padre Chuyo que yo sólo recuerdo las buenas acciones, que olvido fácilmente todos los pecados”.

La moraleja es muy clara, si Dios tiene una capacidad enorme para ejercer el poder del perdón, por qué no lo habremos de hacer nosotros y aplicarlo en nuestra vida para darnos una oportunidad para seguir creciendo y ser más felices.

“En la vida siempre encontrarás dos caminos existenciales”, crecer o morir, amar u odiar, día o noche, luz u oscuridad, perdonar u odiar. De todas las voces que Dios nos otorgó, la palabra perdón es la que conjuntamente con el amor te armoniza más contigo mismo y con el Universo, haciendo que por tu mente fluyan pensamientos positivos.

El odio es ponzoña pura para tu vida, contamina de una manera desmesurada hasta lo más íntimo de tu ser, es demasiado pesado para que tu alma levante vuelo; para el doctor Deepak Chopra “el cuerpo es un río de átomos, la mente
un río de pensamientos, unidos por una inteligencia universal y es la calidad de tu vida afectiva y mental la que va a determinar la calidad de tus emociones y sentimientos, impactando en tu vida material”.

Debes hacer de tu mente y cuerpo una dualidad indisoluble, y cuando estás atrapado por el odio dejas de crecer, y si dejas de crecer principias a morir, si tú inicias hoy con la práctica del perdón a quienes te han ofendido o dañado, tendrás el inicio de una extraordinaria vida, eliminarás la ansiedad
, la depresión, la inestabilidad emocional, te sorprenderás con los milagros de tu vida, vendrá a ti una alta autoestima y con ella la más intensa emoción de merecer todo en la vida, porque tú estás aquí para una misión: triunfar y ser feliz.

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