domingo, noviembre 02, 2008

El primer beso


El primer beso da temor y ansiedad

Según los psicólogos, el acto está ligado al despertar sexual. Los chicos besan para experimentar. No debe ser la causa del sexo precoz.

Está catalogado como el principio y, muchas veces, el final feliz de toda historia de amor. Por ello es el invitado infaltable, incluso, el gran héroe de los cuentos de hadas que se lee en la niñez.

De no ser por un beso del príncipe azul, por ejemplo, la Bella Durmiente y Cenicienta hubiesen muerto y Fiona, en la película ‘Shrek’, no hubiese encontrado a su verdadero amor. Alrededor del beso, y más aún si es el primero en la adolescencia, se mezclan varias sensaciones. Por un lado está la fantasía y por el otro, la curiosidad y los nervios.

En todos ellos, el momento es mágico. No hubo nadie cerca, ambos tiemblan, las manos sudan y rozan, se acercan, la cabeza dice una cosa, pero el corazón otra, cierran los ojos... se besan.

Esto sintió Gabriela E., de 15 años, cuando dio su primer beso a los 12 años. “Se me acercó, y no tuve escapatoria, lo hice para experimentar”. Pero algo salió mal, y su momento no fue mágico como esperaba, “sentía que me asfixiaba, no podía respirar”. En cambio, para Rosy Serrano, de 16 años, su primer beso a los 12 años, fue “ rico, con amor...”.

La psicóloga clínica Flora Yacelga explica que las reacciones distintas de ambos chicos son normales. “El beso trae expectativas gratificantes, si hubo una relación afectiva, pero frustrante, si fue obligado y no espontáneo”.

La especialista afirma que no hay una fórmula exacta para descubrir la edad del primer beso “depende de la madurez física y psicológica del adolescente”.

A Diego, de 17 años, le robaron su primer beso a los 11 años. “Estábamos jugando a la botella, y a mi compañera le tocó cumplir el reto, lo hizo, yo sentí rico...”.

Este Diario consultó a 10 adolescentes, entre 15 y 17 años. De ellos, siete afirmaron que su primer beso fue por curiosidad y no por amor. Solo tres señalaron que se besaron con su primer enamorado, el resto fue con compañeros y amigos, “como reacción del momento, no más”.

María de los Ángeles Núñez, presidenta nacional de la Sociedad Ecuatoriana de Sexología y Educación Sexual, señala que el beso es una consecuencia propia y normal, generada por el despertar sexual del pequeño.

Núñez identifica tres etapas. La primera se da en los escolares hasta los 10 años. Aquí, la sexualidad aún está escondida. “El beso mixto es difícil, les asquea”.
Este es el caso de Sabine, de 10 años, quien mira al beso como “feo, guácale, puras babas...”.

La segunda nace en la pubertad, que según la especialista es cada vez más temprana; es decir 10 años, en las mujeres y 12, en los varones. Para la niña, la experiencia –explica Núñez- será mágica, conversan con las amigas cómo es, cómo se siente, se dan secretos y juegan.

Michael A., de 13 años, dice que el secreto para besar bien “es practicar con una naranja”.

Pero las sensaciones toman un nuevo sentido en la adolescencia (14 y 15 años). La psicóloga clínica sostiene que en estos años empieza el juego de los vaciles. “Los chicos sacan pecho, le ponen calificativos, ven al beso como un artículo de colección”.

El primer beso de Jorge C., de 17 años, no fue por amor. “Fue por ‘joda’ de los compañeros, los desafíos que te exigen. Hace un año recién besé por amor”.

Núñez dice que esto no debería ocurrir. Y sostiene que la mejor manera de prevenir es explicando a los chicos que en el beso debe haber afecto y no experimentación. “Dar un beso sin amor es horrible, forzar es fatal”.

Carmen Altamirano, madre de familia, siente preocupación de su hija Camila, de 14 años. Hace tres meses tuvo su primer enamorado. “Tengo miedo que de besito en besito terminen teniendo relaciones sexuales”.

Yacelga manifiesta que los padres no pueden parar esta situación, “sino los adolescentes, hay que explicarles que el beso genera excitación y cuando las cosas pasan un límite hay que poner un alto a la situación”.

Carlos, de 16 años, con sonrojo, dice que cuando dio su primer beso a los 14 años tuvo su primer sueño húmedo en la noche. Pero Yacelga explica que el beso no tuvo nada que ver, “la eyaculación es parte de la pubertad, un cambio físico”.

El criterio lo comparte Núñez, quien dice que esto no goza de sustento, “los niños pueden besarse, masturbarse demasiado, pero sin eyacular. Es como si quisiéramos decir que si una niña besa menstruará en la noche”.

Algo que sí inquieta a ambas especialistas es el hecho de que hay padres que besan en la boca a sus hijos. Yacelga y Núñez aclaran que esto no se debe permitir, porque pueden confundir los sentimientos de relación filial (de amigos) y amorosa (con pareja) del niño y el adolescente.

Consejos en casa

Para la psicóloga María de los Ángeles Núñez, el beso no debe ser “motivo de una relación sexual precoz, si hay una adecuada educación sexual en la casa”.

Para la especialista, los padres deben formar a sus hijos desde pequeños. Sugiere hablarles de su cuerpo y enseñarles a respetar el cuerpo del otro.

Asimismo, la psicóloga aconseja motivar en los chicos el beso con amor y no como un paso de presión o por experimentación.

La psicóloga Flora Yacelga dice que los padres deben brindar confianza a sus hijos para que ellos hablen de sus dudas libremente. Las curiosidades y dudas se generan cuando los chicos desconocen.

El beso -según Yacelga- no debe verse como algo malo. A los niños y adolescentes se les debe decir que es normal, y que hay edades para empezar una relación. No hay un grado de madurez estándar para ellos.

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