Y la actitud del paciente y no del médico es fundamental para analizar el poder de la hipnosis. La hipnosis no puede hacer que la gente haga lo que no desea. Puede tener éxito sólo en ayudar a la gente para que haga los cambios que desea.
En efecto, la hipnosis es el epítome de la medicina psicosomática. Puede permitir que la mente diga al cuerpo cómo reaccionar y modificar los mensajes que éste le envía a aquella. Entre otras aplicaciones fue utilizada para controlar las náuseas en el embarazo y en la quimioterapia; para la ansiedad ante tratamientos dentales o ante exámenes; para dolores asociados con la cirugía; para tratamientos de conducto y partos; contra el miedo a volar y a hablar en público; en la compulsión por la que el paciente se tira de los cabellos, y contra hipos difíciles, entre otros complicados problemas de salud. Se sabe que en cada paciente existe un potencial útil que ayuda a beneficiarse de la hipnosis y el objetivo de la hipnosis es ayudar a los pacientes.
Para tomar en cuenta
La hipnosis es el epítome de la medicina psicosomática. Puede permitir que la mente diga al cuerpo cómo reaccionar y modificar los mensajes que éste le envía a aquella.
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