A través de un artículo de Marco Antonio, el oro a lo largo de la historia se ha convertido en un valor refugio, más aún cuando las perspectivas sobre el dólar y la inflación no se han tornado muy positivas.
En esta ocasión, lo que quiero analizar es el incremento jamás visto en las transacciones con este metal precioso en esta época de crisis, en la que los establecimientos de compro oro, están al ‘rojo vivo’, con un incremento de los establecimientos y de la facturación jamás conocidos.
En una época en la que los mercados bursátiles se han desplomado, el euro y el dólar han retrocedido posiciones, los tipos de interés están por los suelos, y la incertidumbre económica general se ceba con unas expectitivas que empeoran día tras día, la propia situación está empujando al precio del oro hacia los máximos de las últimas décadas.
Este incremento del precio del metal amarillo es ‘puro teatro’, fruto de la confluencia de las curvas de oferta y demanda, que con una demanda proporcionalmente inelástica a un empeoramiento de la situación macroeconómica internacional, nos está llevando hacia una nueva burbuja.
Se estima que el precio del oro seguirá en aumento en los próximos meses, e incluso años. Anunciándose por activa y por pasiva como ‘inversión modelo’ para aquellos inversores que buscan donde y como invertir y desean obtener ganancias en la actual situación.
¿Será que no hemos aprendido de la burbuja inmobiliaria, o el ser humano tanto en cuanto como agente económico necesita alguna ‘burbuja’ para huir de la realidad del mercado?
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