lunes, marzo 02, 2009

VIAJE HACIA EL UNIVERSO INTERIOR

Los relatos de aquellos que por diferentes vías -espontáneas o provocadas- han protagonizado una “experiencia transpersonal”, que suele ser dificil de describir con palabras ya que trasciende el mundo de los sentidos, coinciden en muchos aspectos. El místico, el chamán, el médium, el que sufre una ECM, el que “canaliza” supuestas entidades astrales, el que medita, el que experimenta con sustancias alucinógenas, etc. suelen narrar prácticamente lo mismo. Cuando se encuentran bajo un “estado elevado de consciencia”, las puertas de la percepción se les abren a un mismo escenario, a un “lugar” lleno de luz en el que se siente un estado de felicidad suprema. Henry Corbin lo llama el “mundo imaginal”: “Ese mundo está escondido detrás del acto mismo de la percepción sensorial y hay que buscarlo por debajo de su aparente certidumbre objetiva (...) Es ontológicamente tan real como el mundo de los sentidos y del intelecto. Debemos ser cuidadosos y no confundirlo con la imaginación que el hombre moderno identifica con la fantasía”. Veamos algunos ejemplos...

El testimonio de una joven que sufrió un accidente automovilístico nos sirve para ilustrar las intensas visiones que se tienen durante una ECM: “...Rápidamente pasé del pánico y el temor por mi vida a ser plenamente consciente de que iba a morir. Fue entonces cuando tuve la sensación de paz y serenidad más profunda de mi vida. Fue como si hubiese viajado desde la periferia de mi ser, el cuerpo que me contenía, hasta el centro de mí misma, un lugar imperturbable, completamente silencioso y tranquilo (...) Toda yo, fuese lo que fuese en ese momento, me sentí transportada a un lejano y envolvente continuum más allá de lo que anteriormente había creido que era la muerte (...) Me sentí feliz y exuberante, incluso en medio de la catástrofe que me rodeaba (...) El accidente y la experiencia que conllevó transformaron totalmente mi visión del mundo y mi modo de comprender la existencia...”

¿Y qué cuentan los supuestos “espíritus” sobre el mundo del “más allá”?... La médium británica Helen Graves recibió el siguiente comunicado de una amiga suya que había fallecido poco tiempo antes: “...Aquí somos lo que parecemos ser... La luz es aquí literalmente la sustancia y materia de la vida del pensamiento. Así, a medida que nuestros pensamientos se armonizan con la vibración de la Divinidad Creadora, la sustancia de nuestros cuerpos cambia, se torna menos densa y refleja más luz”.

Por su parte, el contactado norteamericano Mark Probert suele “canalizar” presuntas revelaciones extraterrestres que versan sobre el Cosmos y la Vida: “El espacio no es algo objetivo ‘per se’ que se difumina a lo lejos y puede ser cruzado en un viaje alucinatorio, sino un estado de conciencia, la extensión de la propia vida interior. El espacio es en sí mismo un estado de la energía universal, un campo de la conciencia del ser”.

El estado de consciencia total (“samadhi”) que se consigue con la meditación es percibido así por el yogui Sri Chinmoy: “Ningún pensamiento, ninguna forma: sólo existencia pura. La voluntad y el pensamiento se extinguen. El final definitivo de la danza de la naturaleza: yo soy Eso que he estado buscando”.

Un sujeto, sometido a una sesión controlada con LSD, describió de la siguiente forma lo que para él fue la experiencia más maravillosa de su vida: “...Experimenté un trepidante relámpago de éxtasis y mi cuerpo se disolvió en el flujo de materia o energía del que está hecho el universo. Fui arrebatado hacia el centro de la existencia de donde surgen todas las cosas y en el que convergen todas las cosas (...) Hay una suave luz que emana desde abajo, dando un brillo vacilante (...) De lo único que se es consciente es del éxtasis y amor puros. Por un instante me sentí tentado de permanecer en ese lugar de belleza infinita...”

La verdad es que, en los últimos tiempos, se ha incrementado el número de personas que afirman tener experiencias extraordinarias. ¿Cuál sería el fin de estos encuentros con otras “realidades”?... Según el psicólogo Kenneth Ring, autor de “El Proyecto Omega”, “nos conducen hacia una reorientación fundamental de nuestros valores y visiones del mundo personales, pero lo que es más importante es que también parecen acelerar una transformación psicofísica”. Quizás, entre esos privilegiados individuos que logran traspasar el umbral de la consciencia ordinaria para acceder a las “dimensiones transpersonales”, esté emergiendo una nueva especie más avanzada. John White ya le ha dado un nombre: el “HOMO NOETICUS”...

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