lunes, marzo 02, 2009

EN BUSCA DEL “FACTOR PSI”

La supuesta energía psíquica responsable de los fenómenos paranormales ha recibido diversos nombres: telergia, bioplasma, potencialidad PSI, fuerza metaetérea, psicotrónica, etc. Durante la época metapsíquica, se utilizaron otros términos como “fluido mesmérico”, “radiaciones rígidas”, “rayos N”... Sin embargo, hasta ahora no se han ofrecido argumentos favorables sobre su naturaleza física, ya que como sabemos, la energía disminuye proporcionalmente en función de la distancia y eso no ocurre en fenómenos como la telepatía; y, por otro lado, los fenómenos PK (Psicokinesis) se han podido reproducir a través de la llamada Jaula de Faraday por lo que hay que descartar la posibilidad de que dicha energía sea electromagnética como siempre ha creido la Parapsicología oficial.

“Las manifestaciones telérgicas, en las que intervienen una supuesta energía física, mensurable y a veces visible, no constituyen hoy un hecho todavía probado”, asegura Antonio Jiménez Visedo, directivo de la Sociedad Española de Parapsicología. Ante esta deducción, pronto surgieron otras posibles explicaciones para la actividad PSI. El astrónomo V.A. Firsoff se refirió a una especie de partícula psíquica, semejante a los neutrinos, a las que bautizó con el nombre de “mindones”. El psicólogo Cyril Burt prefirió denominarlas “psicones”, mientras que el matemático A. Dobbs las llamó “psitrones”. Es así como se comienza a relacionar los fenómenos ESP y PK con la mecánica cuántica, siendo actualmente uno de los campos teóricos predilectos de la Parapsicología Científica.

Pero de lo que no hay duda es que la mente humana es el epicentro de la fenomenología paranormal. Y parece ser también que cuando el cerebro emite frecuencias del tipo “alfa” (cuando el sujeto se encuentra en relajación), es más probable que se manifiesten las facultades PSI, como se ha podido constatar en numerosas pruebas de laboratorio. Hoy, mediante las modernas técnicas de “biofeedback” (biorretroalimentación) el sujeto puede producir y controlar voluntariamente el “estado alfa”. Asimismo, a través del método “Ganzfeld” (vocablo alemán que viene a significar “campo total”), la persona es sometida a una privación sensorial hasta alcanzar un nivel profundo de relajación. Este tipo de experimentación con medios técnicos está contribuyendo a que puedan desarrollar la ESP individuos que nunca antes habían tenido experiencias de esta naturaleza. A su vez, se ha podido comprobar con mayor control y rigor la existencia de las facultades PSI atrayendo el interés de científicos de diversas disciplinas.

Pero ¿es el “factor PSI” una cualidad natural que poseía el hombre primitivo y que fue perdiéndose conforme surgió el lenguaje hablado? ¿o, por el contrario, es una facultad que está en proceso de evolución como otras características (genéticas, físicas, etc.) humanas?... No hay una respuesta concreta que nos pueda aclarar esta duda. Existen opiniones para todos los gustos. Freud, por ejemplo, señaló al respecto de la telepatía que “cabe la sospecha de que fuera la vía original, arcaica, de comunicación entre los seres individuales, que a lo largo del desarrollo filogenético experimentó una regresión a favor del mejor método de comunicación por medio de signos que se perciben con los órganos sensoriales”. De hecho, la antropóloga Margaret Mead ha encontrado en algunas actuales tribus primitivas indicios de que utilizan sistemas de comunicación extrasensoriales amén de poseer otras capacidades parapsicológicas.

Lo cierto es que, como afirmó Henry Margenau, profesor de física de la Universidad de Yale, “sabemos hoy que existen muchos fenómenos que se sitúan en la frontera, en la periferia de la ciencia actual. Fenómenos que aún no comprendemos, que permanecen en la oscuridad, pero que, sin duda, pasarán a formar parte del campo estudiado por la ciencia en el futuro”


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