No sólo a algunas personas les resulta difícil moverse en las mañanas. A las cucarachas tampoco les gustan, según investigadores estadounidenses.
Un estudio realizado por biólogos en la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee, encontró dramáticas variaciones en la capacidad de aprendizaje de las cucarachas a lo largo del día. Durante la mañana, los insectos no pueden aprender algunas tareas, pero en las tardes algo las impulsa.
"Este es un primer ejemplo de un insecto cuya habilidad para aprender está controlada por su reloj biológico," dijo el viernes Terry L. Page, profesor de ciencias biológicas.
"Este estudio fue una sorpresa desde el principio hasta el final: el hecho de que las cucarachas puedan ser entrenadas, incluso cuando uno no diría que son criaturas con un coeficiente de inteligencia elevado, y el impacto que su reloj corporal tiene en su capacidad para aprender."
Durante los dos años del estudio, los investigadores enseñaron a las cucarachas a asociar menta, un aroma que suele disgustar a los insectos, con agua azucarada para que lo prefieran por encima de la vainilla, que es uno de sus aromas favoritos.
Los investigadores entrenaron cientos de cucarachas en diferentes momentos del día y las evaluaron para ver por cuánto tiempo recordaban la asociación.
Las cucarachas que se entrenaron durante la tarde y la noche, cuando suelen ser más activas, recordaron lo que habían aprendido por varios días. Pero aquellas entrenadas en la mañana eran incapaces de aprender algo nuevo y recordarlo.
"Es muy sorprendente que el déficit en la mañana sea tan profundo," dijo Page, quien dirigió el estudio.
"Una pregunta interesante es por qué el animal no quería aprender en momento particular del día. No tenemos idea," concluyó.
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