lunes, marzo 15, 2010

El dinero pesa más que la calidad

Pocas veces la parrilla de la fórmula 1 ha presentado tantas caras nuevas como esta temporada. Mientras en años anteriores sólo uno o como máximo dos pilotos debutaban en una misma temporada, esta vez la presencia de dos nuevos equipos y la ampliación de la parrilla a 12 escuderías ha abierto las puertas a cinco con capacidades aún no demostradas, pero con dinero para comprar sus volantes. Ayer disputaron su primera calificación y pudo comprobarse que no todos merecen estar en la máxima categoría del automovilismo mundial. Pero, al mismo tiempo, también se hizo patente que no todos los equipos tienen capacidad para ocupar una plaza en la parrilla.


Sólo dos de los cinco novatos consiguieron superar la primera tanda de la calificación. Curiosamente, fueron el campeón y el subcampeón de la última edición de la GP2. Nico Hulkenberg, de 22 años, fue reclutado directamente por Williams, que creyó ciegamente en sus posibilidades. Muchos expertos de la F-1 sitúan a este alemán en la estela de Michael Schumacher y de Sebastian Vettel. Y la verdad es que ni en los entrenamientos de invierno ni ayer en la clasificación decepcionó. Hulkenberg situó su Williams en la 13ª posición, a dos segundos de Vettel.

Pero también Vitaly Petrov, de 25 años, se salvó de la primera quema y consiguió situar su Renault en la 17ª plaza. Los dos quedaron por detrás, eso sí, de sus jefes de fila: Rubens Barrichello y Robert Kubica.

Hulkenberg y Petrov están en equipos solventes y experimentados que les han ofrecido monoplazas competitivos. Pero los tres restantes coparán hoy las últimas tres plazas de la parrilla sin remisión. Luca di Grassi, probador de Renault y de Honda antes de obtener su primer volante oficial en el equipo Virgin, fue víctima de los problemas que está teniendo su escudería, con el único coche de F-1 diseñado enteramente por ordenador y sin pasar por el túnel de viento. Y tanto Bruno Senna como Karun Chandhok llegaron a Bahrein sin saber con exactitud si su equipo, el Hispania, conseguiría tener a punto sus coches para poder competir. Senna pudo hacerlo ya el viernes. Pero Chandhok tuvo que esperarse hasta la clasificatoria para completar sus primeras vueltas, siete en total. Sus tiempos les colocaron a 6 y 10 segundos de distancia de la pole position. Una diferencia tan sustancial que puede crear un auténtico caos durante la carrera, cuando empiecen a ser doblados antes incluso de la décima vuelta, o cuando surjan los primeros problemas mecánicos.

La cuestión para algunas escuderías no es tanto si los pilotos tienen calidad como si pueden aportar dinero para financiar el desarrollo de sus coches. Y la consecuencia de ello es que ya no hace falta ser un campeón ni estar entre los mejores de las categorías previas a la F-1 para tener un volante. Basta con comprometerse a aportar entre tres y cinco millones de euros para sentarse en uno de los actuales monoplazas del circo.

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